EL ARENAL
NOMBRE DEL MUNICIPIO
La designación de El Arenal, se debe a que en el lugar, abunda la arena y aunque no se conoce su nombre náhuatl, en otomí la población fue designada como Mohmu, que quiere decir, montón de arena. Dentro del municipio se encuentran dos poblados importantes por su antigüedad y número de habitantes, uno de ellos es Tepenené cuyo significado proviene de las palabras Nahoas Tepetl "cerro" y Nenetl "muñeco", es decir, "cerro de los muñecos", lo que se refiere a los monolitos de piedra denominados "Los Frailes", el otro poblado es el "Jiadi" que en lengua otomí quiere decir "Solecito" o "Sol de Anáhuac".
FECHA DE FUNDACIÓN
A pesar de la escasez de fuentes sobre la historia del lugar los datos existentes puede deducirse su origen otomí, pues figura en las fronteras su origen otomí, pues figura en las fronteras de expansión de este pueblo, consignadas por Pedro Carrasco Pizana. El maestro Raúl Guerrero, historiador del pueblo ñahñu (palabra con la que auto-designan los otomíes), consigna que el nombre otomí de la población fue Mohmu cuyo significado es montón de arena.
Si se toma en cuenta que la historia del lugar se encuentra íntimamente ligada a la de Actopan puede colegirse su conquista con los Chichimecas en 1117 y su dependencia del reino de Acolhuacan hacia 1120, así como la ocupación mexicana durante el gobierno de Itzcoatl (1472 a 1440) quien les entregó como tributarios de Tlaxcoapan (Tacuba), enviado periódicamente cal, piedra, petates y arena que abunda en el lugar. Por otra parte el lugar, cobró importancia por ser frontera con el señorío independiente de Metztitlán y con toda seguridad aportó contingente en la guerra que contra ese reino autónomo, emprendió el Tehcutli Mexica Tizoc.
Consumada la conquista, el territorio de El Arenal fue encargado en encomienda a Atotonilco el Grande ejercida por Pedro de Paz quien fue sucedido por su viuda, Francisca de Ferrer casada en segundas nupcias con el conquistador Andrés de Tapia. El territorio de esta encomienda habitado fundamentalmente por indígenas otomíes, se convirtió más tarde en una extensa estancia agrícola, dependiente de la Alcaldía Mayor de Actopan, en cuyas inmediaciones se encontraban las haciendas de Chivasco (hoy parte del municipio de Actopan) y Tepenené.