SUCESOS HISTÓRICOS MÁS IMPORTANTES DE EPAZOYUCAN

Para comprender a un pueblo, es necesario conocer su origen y estudiar su evolución a través del tiempo, es por ello que vamos a remontarnos a un pasado del cual se tienen antecedentes documentados por historiadores y arqueólogos.

En la superficie de lo que hoy es el municipio de Epazoyucan, desde el cenolítico inferior (14,000 a 9,000 a.c.) hay indicios claros de una predominación de la casería sobre otro tipo de actividades económicas, considerando el instrumental hallado, la mayoría de superficie y poco de excavación pero bien documentado. Este estadio se caracteriza por la presencia de puntas de proyectil de piedra (basalto y obsidiana) bastante especializados los foliados, acanalados, etc.

Se mejoran las técnicas de tallado de piedra, lo que aumenta en forma considerable los tipos de instrumentos, que a su vez nos indican procesos tecnológicos diversos. El incremento instrumental y demográfico señala el uso de medios y modos más eficaces de obtención de alimentos, o que aumenta las posibilidades y aprovechamiento de recursos. Se aumenta la recolección de frutos y semillas, raíces y plantas, así como de larvas e insectos. La cacería se especializa, tanto de la actividad misma, como en el empleo de instrumentos, a efecto de obtener animales medianos; aunque de menor medida, se continúa cazando a los chicos, así como a los de mayor tamaño (mastodontes, mamuts, etc.), cuando éstos se atacaban en los pantanos, o de alguna otra manera quedaban más vulnerables. La organización social se basaba en bandas formadas por familias, inclusive algo mayores que la nuclear o doméstica.

A partir del cenolítico superior (9,000 a 7,000 a.c.), existe un aumento general de temperatura, y en consecuencia, se observan cambios en la flora y en la fauna, que llevan a la desaparición gradual y diferencial de las principales especies de la fauna mayor o megafauna significando esto que a diferentes ritmos fueron desapareciendo mamuts, mastodontes, etc.

En este horizonte encontramos un aumento significativo de puntas de proyectil y la  aparición de varios tipos de puntas con aletas, que muestran un avance tecnológico, en relación con el periodo anterior  y de mayor funcionalidad, pudiendo pensarse en artefactos específicos, para diferentes animales, igual que en otros artefactos tales como raspadores, navajas, perforadas y cuchillos. Es importante hacer notar que durante esta fase, aparecen los implementos de molienda (metates y morteros), aprovechándose al principio, piedras más o menos planas que con el uso, se les produce una concavidad, en la cual se trituraban granos y semillas.

Se inicia el cultivo del maíz o del "Teocintle", de la calabaza (mixta y mostacha), Chile, amaranto (alegría), etc., de manera que estos cultivadores incipientes, iniciaron su especialización, debido a una o varias de las causas que a continuación se anotan.

Por una parte, presionados por la disminución de la cacería de especies grandes y medianas, con excepción el venado y por otro lado, por un mayor conocimiento de los ciclos vegetales y un desarrollo tecnológico, pues el empleo de piedras de molienda indica la predigestión de alimentos vegetales y, por lo tanto, una mejor alimentación. A lo anterior debe agregarse la presión demográfica.

Entre otras manifestaciones culturales se contaba con canastos, tejidos y adornos personales como pendientes. Hay datos de canibalismo y de la idea enterramientos; también los hay de arte rupestre.

Algunos datos parecen indicar que el cuidado de las plantas identificadas por ellos como productoras, obligaba a un sedentarismo, quizá no de todo el grupo, pero sí parte de él.

Por otra parte su organización social se hace más compleja continuándose en forma de bandas multifamiliares, habiendo indicios claros de un mercado predominio de la recolección y cuidado de vegetales sobre la actividad de la cacería.

Protoneolítico (7,000 a 4,500 a.c.), para este contamos con pocos datos específicos. Se continúan produciendo los mismos artefactos, pero más bien podría tratarse del momento en que se establece la importante diferencia entre agricultores y recolectores cazadores. Los primeros, por la presencia de la agricultura ya establecida como técnica de producción, trayendo como consecuencia grupos sedentarios en aldeas, con las primeras cerámicas; y los segundos, que encontraron un equilibrio entre la recolección y la caza, que les obligó a seguir siendo nómadas.

El horizonte formativo (4,500 a 2,000 a.c.), se caracteriza por varios tipos de figurillas femeninas, algunos materiales como la cerámica negra pulida esgrafiada, que muestran relaciones con las culturas del Golfo.

La base económica se erige, fundamentalmente, a partir de la agricultura, completada con la caza de pesca. Por otro lado la manufactura de cerámica y el comercio son otras actividades que redondean la esfera de producción, además de evidencias la presencia de la división social de trabajo. Desde el punto de vista del comercio mismo, esto nos revela otro nivel de relaciones económicas, principalmente entre el área actual de Hidalgo y la cuenca de México, la zona del Golfo y en menor medida, con el occidente del país. Desde el punto de vista de la estratificación social podemos distinguir, a partir de los datos arqueológicos, por lo menos, tres grupos: productores (agricultores, cazadores, alfareros, etc.), comerciantes y sacerdotes. Estos últimos, claramente representados en esculturas, piezas cerámicas, etc., presentan así mismo sus actividades religiosas en tales figuras plásticas.

Entre las actividades sacerdotales, destaca el culto a la fertilidad, en diversas deidades vinculadas a ella; a Huehuetéotl, dios viejo del fuego y a Tláloc, dios de la lluvia.

Horizonte clásico (100 a 700), este momento se caracteriza por la consolidación de centros urbanos, y para la altiplanicie central, por el sumergimiento de Teotihuacan, primera ciudad propiamente dicha que  floreció  en Mesoamérica y llegó a ser el centro cultural  y religioso más importante de este horizonte que difundió por todos los ámbitos mesoamericanos, los elementos culturales característicos de una verdadera civilización: sistema de escritura y numeración, calendario, producción de grandes obras arquitectónicas planificadas, que dieron origen a un centro ceremonial, división de la sociedad en clases, de perfeccionamiento del sistema de trabajo y superación de las actividades artísticas, así como otros elementos importantes.

Teotihuacan controló el comercio y el intercambio en el área cultural de Mesoamérica, y cuyas áreas de influencia se detectan al Sur, hasta Centro-América (Costa Rica), y al Norte incluya el Occidente de México; al Centro del Bajío y al Oriente, hasta el Pánuco.

El área que ocupa el Estado de Hidalgo incluyendo al actual municipio de Epazoyucan, quedó bajo el dominio de Teotihuacan, debiéndose esto principalmente a que proveía de una importante materia prima: la obsidiana que Teotihuacan se encargaba de distribuir a una gran parte de Mesoamérica.

Una de las principales minas de obsidiana se sitúa al Norte del municipio de Epazoyucan y es la del Cerro de Las Navajas cercanas al poblado de Nopalillo, la cual queda ubicada muy cerca de una de las principales rutas de comercio, establecida por los teotihuacanos para comunicarse con el Golfo.

Dentro del municipio se cuenta con varios centros arqueológicos de importancia, huellas de unidades habitacionales así como pequeños poblados agrícolas.

Este horizonte ha sido considerado tradicionalmente, como el apogeo de los gobiernos o controles teocráticos aunque están presentes una poderosa clase militar y una comerciante, lo cual se aprecia en numerosas representaciones murales, vasijas, etc., compartiendo ambas clases diferentes niveles predomino, hecho que nos revela la mayor complejidad de la estratificación social.

Por último, es necesario mencionar paradójicamente, el poderoso control comercial que Teotihuacan ejercía en Mesoamérica fue determinante para su desarrollo, apogeo y finalmente su descendencia.

Durante el horizonte postclásico (700 a 1521) viene la caída de Teotihuacan, y por lo tanto, cesa su hegemonía y permite que surjan, en varias partes de Mesoamérica, importantes polos de desarrollo y control regional entre ellos en Tula Hidalgo.

En el actual Estado de Hidalgo, cerca del río Tula, se levantó una villa llamada Tollan, que llegó a ser la esplendorosa capital de los toltecas. Tollan o Tula había sido fundada por los nahuas y otros grupos, entre ellos los otomíes, los Chichimecas y los Nonoalcas. En este lugar los bárbaros se civilizaron a tal grado que la palabra Tolteca llegó a se sinónimo de artífice, esto es, maestro en todos los oficios.

En la historia de los toltecas se distinguen tres períodos: el primero se inicia con la llegada de los Tolteca - chichimecas al Valle de México capitaneados por Mixcoatl. El segundo período se inicia con la llegada de Ce Acatl Topiltzin a Culhuacan, recuperando el trono que un usurpador  había ocupado a la muerte de su padre, cambió la capital primero a Tulancingo después a Tula (Tollan), importó artistas y artesanos para que se construyeran los monumentos de Tula; estos artistas extranjeros son conocidos como Nonoalcas y procedían probablemente de Xochicalco y de Atzcapotzalco, eran gentes de Cultura Teotihuacana. La presencia de los Nonoalcas fecundó la Cultura Tolteca y Tula alcanzó súbitamente la edad de oro bajo el reinado de Topiltzin. El tercer período de la historia Tolteca es el mas largo y el menos brillante. Una sucesión de reyes, hasta terminar con Huemac quien en 1168 también abandonó Tula y cambió su capital a Chapultepec, donde fuera la última capital Tolteca.

Otra de las grandes culturas que influenció definitivamente a esta región de Epazoyucan, fue la de Mexica o Azteca, quienes fundaron la ciudad de Tenochtitlán (México) aproximadamente en el suelo pantanoso. Desde que iniciaron su peregrinación hasta que se establecieron en Tenochtitlan, estuvieron regidos por sacerdotes que obedecían ciegamente las ordenes de su dios Huitzilopochtli; pero a partir de su régimen teocrático por otro que les garantizara su supervivencia en aquel medio tan hostil y a partir de entonces tuvieron un rey. Formaron la alianza  tripartita entre México-Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan (Tacuba) bajo el mando de México. La expansión Mexica comprendió desde la Huasteca y Jalisco hasta Guatemala. La base de su economía fue la agrícola, el maíz fue base de su alimentación: además cultivaron frijol, calabaza, camote, jitomate, melón, chía; gustaron la carne de guajolote, pato, ganso y perdis; comían gusanos de maguey, peces , iguanas, Venados y conejos.

Practicaron un intenso comercio y sus mercados fueron famosos, fueron magníficos artesanos, orfebres, lapidarios, escultores y carpinteros. La clase privilegiada la formaban los militares, sacerdotes y mercaderes. La educación era impartida tanto en los hogares como en la escuela, era muy severa, militarista y castigaba la pereza y la mentira, su ejército era numeroso y bien organizado. Tenían conocimientos de Astrología, Aritmética, Botánica, zoología y medicina entre otros.

SUCESOS HISTÓRICOS MÁS IMPORTANTES

Con el descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón, viene la incursión de los españoles y otros europeos a tierras americanas y con ellos la conquista del territorio.

Fue así como en 1519 Hernán Cortés funda la villa rica de la Veracruz y desde ahí parte hacia el interior del territorio con el propósito de conquistarlo. Se hace amigo de los Cempoaltecas y Tlaxcaltecas quienes eran enemigos de los mexicas.

Tras sangrientas batallas, hambre, peste y estragos de la guerra, Cuauhtémoc (ultimo emperador Mexica), fue hecho prisionero y el 13 de agosto de 1521, tras la caída de Tenochtitlan  (capital del imperio Mexica), los españoles se convirtieron en dueños absolutos del territorio.

Después de la caída de Tenochtitlán se inicia definitivamente la avanzada al interior del territorio guiando y estimulando a los españoles el señuelo de descubrir yacimientos de minerales preciosos en donde hallaron oro y plata a mediados del siglo XVI.

Los documentos históricos no indican que haya habido luchas violentas en el pueblo de Epazoyucan para resistir la conquista de los europeos. Tal parece que al rendirse los gobiernos del centro aceptaron allí también las nuevas autoridades. Tan pronto se constituyó el nuevo gobierno quedó bajo el sistema de encomienda a cargo del Sr. Marcos Ruiz hasta 1530; después pasó al Sr. López Mendoza quien  fue el primer tenedor del pueblo; a su muerte pasó a su viuda Doña Francisca del Rincón, hasta 1580 y de ahí a don Luis de Velasco, el joven "a buena cuenta de la merced de seis mil ducados, que le hizo el rey y pueblos vascos". En 1660 Juana García, heredó el cacicazgo de los indios, quienes instigados por los monjes agustinos se instalaron permanentemente en algunos de los predios. A su muerte, su familia perdió el poder y lo obtuvo Carlos Santander, cuando en 1712 doña Juana Mendoza García "cacica principal" de Epazoyucan pidió se le restituyeran sus derechos.

Además de las autoridades civiles, los religiosos llegaron para evangelizar a los indios. Correspondió el principio de la evangelización a los franciscanos de Texcoco, quienes en 1527-28 llegaron a la religión y probablemente erigieron una capilla o ermita, sujetando la población a la doctrina de Zempoala". Una década después se hicieron cargo de los agustinos quienes "Hasta el año 1540, en que siendo provincial de la orden agustina Fray Jorge de Ávila, se pusieron religiosos de pie, construyéndose el hermoso convento que hoy existe".

Grijalva nos relata a este respecto. La gente era tanta que se edificó casa e iglesia en siete meses y días. Está escrito ene l libro de depósito por caso notable; porque era de los mejores y mayores del reino y los que ahora lo ven se maravillan con mucha razón, porque parece imposible que en este tiempo se haya acabado solamente el patio y grandes, por ser hermosísimo  y costoso".

Este dato se ve corroborado por inscripción que existe en el coro y sobre la ventana que dice: En el siglo XVI año de 1540 fundación de la iglesia y Convento de Epazoyucan por los R.P. agustinos".

"En 1563 fue electo provincial por segunda vez Fray Diego de Vetardillo quien gobernó hasta 1566":

En la "relación de los obispos de Tlaxcala, Michoacán y otros lugares en el siglo XVI" del  Sr. Joaquín García Icazbalceta, en las Págs.. 107 y 108 se encuentran los siguientes datos:

En el pueblo de Epazoyucan que está encomienda a doña Francisca del Rincón, viuda hay un convento de la orden de San Agustín, en el cual residen de ordinario cuatro religiosos, y los que al presente en él están son: Fr. Nicolás de Perea, prior, hombre docto y antiguo en la tierra y lengua mexicana, Fr. Melchor de los Reyes, teólogo, que ha leído un curso de artes y teología en España y otros en esta Nueva España; es la lengua Otomí y Mexicana, y Fray Antonio de Esquivel, que ha estudiado artes y teología; es lengua mexicana, y los tres dichos administran la doctrina y sacramentos a los indios. Está también en un religioso de epístola que se llama Fray Esteban de San Anselmo.

"Fray Nicolás de Perea, hombre docto, llegó a Nueva España en 1539 salió del país, después volvió a México, donde perseveró hasta su muerte ocurrida el 2 de mayo de 1596".

"Fray Melchor de los Reyes, poeta, humanista y gran letrado, llegó a la Nueva España en 1564 aprendiendo las lenguas otomí y mexicana, para ser catedrático de la sagrada escritura en la Real Universidad de México desde 1572 hasta 1593".

"Tiene el dicho pueblo de Epazoyuca, en la cabecera 979 tributantes y 959 personas de confesión de la lengua mexicana, y 1773 de lengua otomí"."En 1571 los cuatro religiosos atendían en la cabecera 979 indios mexicanos, 1773 otomíes, más nueve pueblos numerosos, entre ellos Singuilucan con 988 mexicanos y 800 otomíes también tributantes".

La secularización tuvo lugar en 1751, bajo la advocación de San Andrés, siendo su primer cura beneficiado el bachiller Mateo Quiñones y dependía en su categoría de parroquia vicaría foránea de La Asunción (Pachuca), del arzobispado de México, hasta que esta última con sus subordinadas paso a depender del obispado de Tulancingo.

En realidad, la conquista de estos lugares, se debió más a la obra de los frailes que a la de los soldados, lo cual resultó peor, pues al mismo tiempo que recibían la doctrina cristiana, con dolor veían como eran derribados sus dioses y quemados en la hoguera sus libros sagrados sintiendo, seguramente, por lo menos al principio, que quedaban en la orfandad, en la más absoluta soledad, pues sin entender todavía las enseñanzas de la nueva fe, se veían obligados a abjurar de sus antiguas creencias, aprendidas y practicadas desde siempre. La labor de la evangelización por parte de los frailes fue un medio importante de sojuzgamiento, por lo cual fue muy apoyada por las autoridades reales y virreinales, además de que, a través de esta acción de índole religiosa, España justificaba ante el resto de Europa, o por lo menos, explicaba, la conquista y posesión de nuestras tierras.

La labor evangelizadora sirvió también para amparar y proteger a los españoles que iban avecinando a las localidades donde los religiosos se habían establecido, consolidando así, el dominio hispano, quedando representadas la autoridad real y la religiosa.

El caserío que constituía el poblado de Epazoyucan, se extendía hasta las faldas de los cerros cercanos por lo que los monjes favorecieron la concentración de sus pobladores.

Este asentamiento conservó su primicia y se constituyó en la actual cabecera municipal.  En 1554, con el descubrimiento de los centros mineros de Pachuca y Real del Monte, convirtió a los habitantes de Epazoyucan en objeto de explotación irracional en las minas que se localizan a tres horas de camino (a pie) aproximadamente desde la cabecera. Los mineros vivían poco debido a su pesado trabajo en las minas y a su alimentación que era principalmente de tortillas mohosas, y a que dormían en tierra húmeda.

En 1746 don José Villaseñor y Sánchez, data a Epazoyucan como República de indios dependiente de la alcaldía de Zempoala, de la intendencia de México.

En el pueblo de Epazoyucan de la Nueva España, en primero de Noviembre de mil y quinientos y ochenta años, el ilustre señor Luis de Obregón, corregidor de la congregación de Zempoala y justicia mayor en este dicho pueblo de Epazoyucan y Tetliztaca, sus sujetos, por su majestad, hizo parecer ante sí a don Juan de Austria, gobernador de dicho pueblo, y a don Bernardino de Tolentino  a Francisco de Guzmán y a Miguel de Medina, y a Esteban de Mendoza y a Juan Enríquez, alcaldes de dicho pueblo, y a otros muchos indios viejos y ancianos, para hacer la descripción que su majestad manda del dicho pueblo, a los cuales fueles) preguntado mediante Juan de Umaña, español intérprete para el efecto nombrado. Y después que fueron preguntados por los capítulos de la descripción, y dijeron y aclararon lo siguiente:

El pueblo de Epazoyuca está debajo de la jurisdicción del corregimiento de Zempoala y tiene doctrina, que hay monasterios de frailes agustinos, y es cabecera. Tiene cuatro barrios, que (son) Quachálcac (que) quiere decir "cabeza grandaja", y Tezcacohuac, que quiere decir "espejo de culebra", y Tzapotla, que quiere decir "don hay árboles de zapote", que es una fruta, y Tepa, (que) quiere decir "donde hay piedra". Y otras cuatro estancias tiene sujetas a esa cabecera, que es Oztotlatlahuaca, (que) quiere decir "cueva bermeja"; está (a) media lengua de la cabecera. Y otra estancia que se dice Oztoyuca, (que) quiere decir "de las cuevas", está (a) don leguas de la cabecera; está estancia acude a la doctrina de Zempoala. Y (a) otra estancia que se dice Xala, (que) quiere decir "arenal", hay tres leguas desde la cabecera; también acude a la doctrina de Zempoala. Y otra estanzuela que se dice Tochatlauhco, que quiere decir "arroyo de conejos", éstos también acuden a la doctrina de Zempoala, por la cercanía.

El pueblo de Epazoyuca tiene alrededor muchos pueblos: hacia levante, está Tulantzinco, (al que) hay cinco leguas (de) camino llano, pasan monte para ir; las leguas son grandes y derechas. Y entre levante y sur están muchos pueblos pequeños, como Tzihuiquilica y Tetliztaca; y el pueblo grande de Tepe(a)pulco está (a) cinco leguas de camino llano, y las leguas son grandes. Y, entre sur y poniente, está Zempoala (a la) que llaman congregación; hay dos leguas grandes y (de) camino muy llano y, hacia el poniente, esta Atocpa, (al) que hay siete leguas grandes y (de) camino llano; y, más acá está (n) las minas de Pachuca, (a las) que hay dos leguas grandes(de) cam(ino) llano, donde está el r(e)al de abajo; y el r(e)al de Monte está hacia el norte, (y) hay dos leguas (de) camino trabajoso de los cerros grandes. Y está, también hacia el pu(ebl)o de Atotonilco, al que hay cinco leguas grandes pasan por monte, (y es) el camino no muy llano. Y, entre norte y levanta, está un pueblo pequeño que se dice Acatlán (al) que hay cuatro leguas; pasan por el monte (y las) leguas son grandes y (de) camino llano. Y la ciudad de México cae entre sur y poniente, (a la) que hay trece leguas todo camino llano.

El (nombre del) pueblo de Epazoyuca quiere decir "donde hay muchos epazotes", que es yerba cálida como yerbabuena . Pusieron (le este nombre) los primeros fundadores de este pueblo, que son Cihuatecóltl y Colhua, y herma(na) suya. Su padre de éstos, que descubrió este pu(ebl)o, que se llama Tloti, (que) quiere decir "gavilán", púsole por nombre Tomazquitla, (que quiere decir) "lugar de muchos madroños", y sus hijos la llamaron Epazoyuca, y ha permanecido este nombre hasta ahora. Y los primeros fundadores de este pu(ebl)o hablaban le(n)gua chichimeca, porque (de) su generación eran chichimecos, y después hablaron sus hijos la lengua mexicana, aunque hay algunos Otomíes advenedizos que hablan su lengua otomí, y hay algunos chichimecas que hablan la lengua chichimeca.

(Los d)el pueblo de Epazoyuca, en t(iem)po de su gentilidad eran del señorío de Tezcuco, (y), como descienden de los chichimecas de Tezcuco, siempre reconocían, de(sde) sus mayores, (al) que llamana el reino de Acolhuaca. No tributaban nada (sino) solamente navajas con que hacían macanas. Y siendo señor de Méx(i)co Itzcohuatzin, pidióle al señor de Tezcuco que (como) no tenían muchas tierras que les diese algunos pueblos de la comarca de México. Entonces se dividió este pu(ebl)o, por que se gozase también el s(eñ)or de Méx(i)co las navajas, la mitad (de las cuales) llevó el Tezcuco, y (la) otra mitad el de Méx(i)co. Y entr(aron) también otros pueblos debajo del señorio de Méx(i)co, como Zempoala, Tlaquilpa, Pachuca, y Temazcalapa. Todos estos pueblos pasaron a Méx(i)co, y estos pueblos ayudaban a sacar navajas. Y no tenían otro tributo, hasta que vino a señoriar el antecesor de Mo(n)tezuma que se llamaba Ahuitzontzin (que) quiere decir "Nutria". Este fue el que mandó que tributasen mantas y maíz y gallinas, p(ar)a hacer una fiesta cuando acabó el templo del ídolo que llamaban Huitzilopochtli. Déste, entonces, comenzaron los tributos de este pu(ebl)o y (de) toda la comarca. Y recogió los cautivos habidos de guerra el dicho templo), donde (los) sacrificó.

Las adoraciones que tenían (al principio) eran solamente el sol, y no otra cosa. Toda la caza, antes que (la) comiesen, alzaban al cielo en señal de dar gracias, y mucho t(iem)po estuvieron así los chichimecos, hasta que vinieron los colhuaques, que es generación de por sí, (y) estos (les) enseñaron las adoraciones y las ceremonias que hacían los ídolos. Adoraban a Huitzilopochtli, (a) Titlacahuan (a) Quetzalcóatl, (a) Omelácatl, (a) Tezcatlipoca y (a) otros ídolos de menos cuenta; hacíanles sus sacrificios de veinte en veinte días. También reverenciaban al fuego que llamaban tlaxicco ónoc, (y, en) la reverencia que les hacían, tocaban la mano con la tierra (y) luego la besaban (en un acto) que llamaban ontlalqua, cuando hacían su ceremonia, ayunaban pan a secas, (se) horadaban la lengua con lanceta y, por allí, pasaban un manojo de paja y mimbre; otros (se honraban) en el molledo o en el muslo o en los p(es)torejos de las orejas; cada uno donde le parecía (se) horadaba, y pasaba sesenta vacas de mimbre o paja. Y había sacerdotes que llamaban teopixque, y (al) mayoral dellos llamaban tlenamácac, (que) quiere decir "suhumador que él solo sahumaba".

La costumbre que tenían era que los señores y mayores mandaban que son graves penas, ninguno críase a su hijo, sino que (a) todos los enviasen a(l) Telpochcalco en siendo en edad de doce años, p(ar)a que allí aprendiesen buen(as) costumbre(s). Y (a) los que eran p(ar)a el servi(ci)o del templo (los) enviaban a(l) Calmécac, donde desprendían las ceremonias. Y los Teopixques jamás conocían mujer, so pena de la vida y maldición del ídolo. Tres veces tañian el caracol: una vez, a prima noche y otra a media noche, y (otra), al alba, y (las) tres veces sahumaba(n). Y los que iban a la guerra, si no traían un cautivo, siempre andaban abatidos; y al que traía un cautivo, luego le quitaban el cabello que cae a las espaldas, (al) que llaman cuexpal(e); y el que traía muchos cautivos y (era) más valiente, traía unos cabellos como copete, (al) que llamaban ixquatzontli. Y estos (últimos) eran muy libertados, (porque podían) tener las mujeres que quisieran, y vestir las mantas pintadas y (la) manta leonada que es señal de valiente. Y el que no merecía por su (propia) persona, aunque fuese hijo de gran señor, no podía tener cosa ninguna (de distinción), sino (que su  vestirera) llano. Y (a) los muchachos, si (alguno de ellos) se amancebaba estando en la escuela, le castigaban (y) apaleaban hasta que (le) dejaban medio muerto. Y los que eran de edad, (si) se casaban, las ceremonias que hacían eran que les sentaban junto al fuego (en un petate) y les emplumaban con pluma de color, y no se alzaba el petate hasta el tercer día. Y si cometía(n) adulterio, se les quebraban las cabezas (y) entrambos morían. Y, si (era) manceba (la que) cometía traición, (la) entregaban a los mancebos p(ar)a que se aprovechasen de lla, porque mujeres legítimas y mancebas.

Gobernabase (por) los señores (y) en cada pueblo, servíanlos: les hacían sus sementeras  y mantas, y les hacían (sus) casas y les daban gallinas. Los que gobernaban eran (llamados) tlacatecuhtli (y), era éste, Tlacochtecuhtli, Tlitancalqui, Eezuhuahuácatl, Quahnochtli y (a) otros inferiores (llamaban) Tlayacanes Tecyhtli (es) nombre de los grandes; como dicen Tecúyotl (y) Tlatocáyotl, "señorío" y "mando", (el) nombre Tecuhtli es nombre supremo. (Y) luego, tras de los Tecuhtlis, llamaban Achcauhtli (a los) que son inferiores. Estos son, (en resumen), los que mandaban y castigaban.

Traían guerra con los de Tlaxcala, y con los de Huexotzinco y Cholula, y con los Cuextecas, que es la gente que vive hacia el norte, que es ahora lo que llaman "de los valles" de Pánuco des(d)e Huexutla. (A) éstos nombraron Cuexteca, y no comían carne humana porque, (a) que cautivaban en la guerra, luegos les cortaban las cabezas, y (éstas) llevaban a su tierra a allá (las) desollaban y las secaban. Y traían, cada uno, un sarta(l) de cabezas llama(das) (Quahuatzalli, por señas de los que ha(bían) cautivado y vencido en la guerra, y los cuerpos los dejaban.

Peleaban con arcos y flechas y, a manera de lanzas, unos bordones con su pedernal (a los) que (lla)man Tecpatopilli. Y los de este pueblo de Epazoyuca traían las armas de macanas, y los arcos y flechas, y sus petos a manera de jubón sin mangas, abiertos de detrás. Los valientes traían mucha plumería de diferentes maneras y sus rodelas cubiertas de plumas ricas; y los Tequihuas, que son los capitanes, traían Tozhuipilli, que es todo amarillo (de) plumas de papagayos, abiertos de detrás, con sus mangas y faldones.

El hábito que (generalmente) traían eran unas mantas y sus bragueros nomás, y ahora traen camisas y zaraguelles y jubón, y mantas y sombreros y zapatos. Y los manteniemientos (que usan) es el maíz, (del) que hacen tortillas y tamales, y Chile y sal, y, algunos carne. Y antiguamente vivían mucho (y), de viejos morían y si alguno morían en su juventud, lo tenían por milagro (y) decían que los dioses debían de estar contra él enojados. Y las enfermedades o pestilencias venían de treinta a treinta años.

Ahora se van haciendo delicados, porque antiguamente, (se) ejercitaban en muchos trabajos, dormían en la calle (y) andaban desnudos al frío y al sol. (Además, se) ejercitaban en correr y saltar, (y) no salían del pueblo todos, sino los grandes, que iban a la guerra (a) donde (aunque fuera) a tierras remotas. (Y, si) ahora viven poco, la causa es porque ahora andan muy trabajados por (hacer de) Tememes, y ocupados en muchas cosas (y) en (ir) al serv(ici)o de las minas; (por) que salen de su natural, y comen tortillas mohosas y duermen en tierra húmeda, y lo meten en las minas. Por esa causa adolecen muchos, y andan enfermos y viven poco.

El pueblo de Epazoyucan está poblado en la falda de(l) cerro que llaman Tláloc. Tierra descubierta  y llana, está (a) dos lenguas del monte; es tierra fría y airosa, porque en el monte cae hacia el norte (y) los cerros (son) muy grandes.

Es tierra sanísima, porque es tierra seca (y) no hay humedad. Y en este pu(ebl)o no se ha visto indio que fuese quebrantado, ni (con) mal de orina ni ijada. Las enfermedades que comunmente hay es cámara de sangre y dolor de costado,  aunque pocos; y se curan con yerbas, (porque) los antiguos de este pu(ebl)o que curaban las enfermedades, (y) eran herbolarios. (Y) habían otros herbolarios en este pu(ebl)o que curaban las enfermedades, (y) estos entendían por sus cuentas que contaban cada día por sus pinturas, y les decían a cada uno, el día (en)  que nacían, los trabajos que habían de tener, (y) si ha(bía) de ser rico o pobre, o si ha(bia) de morir desastrado. (Y a) estos les llamaban Tonalpouhque.

Está en el pueblo de Epazoyuca un bajo y, hacia el norte (tiene) una cordillera de monte, y, hacia la banda del sur, (es) todo llano, aunque hay algunos cerros pequeños. El mayor de los cerros (de) que está rodeado el pu(ebl)o es (el) Cihuacayo que está hacia el sur: y (hay) otro cerro no muy grande, que se llama Chiconquiyáhutl, y otro cerillo, que está frontero al  pueblo, que  se llama Epazoyo, que (dél) se tomó el nombre del pu(ebl)o de Epazoyucan. Y (hay) otros cerros pequeños.

Los árboles silvestres que hay es robles, encinas, pinos y oyameles, (que es de) donde se saca el aceite de abeto, y (hay) otros géneros de árboles de poco provecho.

Los árboles de fruta son de capulines, que se llaman cerezas (o) manzanillas de tierra, y tunales y magueyales muchos, que es el árbol mas provechoso, y, (de) los árboles venidos de España, se dan muy bien los duraznos, y membrillos y manzanas.

Las semillas que se conocen en este pueblo es el maíz menudo que dura diez años, y frijol de muchas maneras. Y hay otros grandes como habas, (a los) que laman Ayecotli y (hay) Chía y Huatli y pepitas de calabaza,  (a las) que llaman Ayohuachtli. Y, (en general), toda la verdura traída de España se da muy bien.

El trigo de España se da muy bien. En este pu(ebl)o se coge muy extremado trigo y cebada. Cógese mucha trementina de los pinos, con que se curan los indios.

Los animales que hay son leones y lobos, y adives y venados, conejos, liebres (pardas y berrendas) y codornices, y gallinass, de la tierra y de castilla, se crían muchas. Y (hay) carneros y cabras, y el mejor herbaje p(ar)a cabras y carneros que hay en toda la comarca, porque crían mucho sebo, y los cabritos gordísimos.

Hay minas de navajas. Sacan (las) de cuarenta estados, toda tierra muerta que con un poco de trabajo se socava.

Se proveen de sal, los de Epazoyuca, de Méx(i)co, y (el) algodón se trae de Pahutlán, (al) que hay doce leguas, p(ar)a hacer mantos.

Las casas son de piedra y lodo y adobe, con sus techos, que hay harta madera y piedra. Los tratos y granjerías de los indios de este pu(ebl)o son hacer miel y sembrar maíz, y para sus tributos en maíz y (en) dineros.

Los Diócesis (es) de(l) arzobispado de Méx(i)co. Hay trece leguas y (es) todo camino en llano. Cae Méx(i)co entre sur y poniente.

Hay monasterio de frailes agustinos, y el primero que fundó fue un frair P(edr)o de Pareja, de pedimi(en)to del señor natural deste pu(ebl)o, porque tuviesen doctrina los naturales.

Hay un hospital donde acogen los pobres enfermos que mandó hacer el s(eñ)or natural, y a su costa.

Este es el asiento del pu(ebl)o de Epazoyuca. Está en una falda de un cerro que (se) llama Tláloc, tierra seca. Y se trae el agua de tres leguas, que mana de unos cerros altísimos que (se) llaman Itztli, Y, abajo del pu(ebl)o, está una vega, donde se coge mucho maíz y hay muchos magueyes. Y (este) pu(ebl)o tiene dos leguas de monte hacia la banda del norte. Y el pu(ebl)o tienen sus calles: tiene doce calles, Y la iglesia tiene un cementerio, y, abajo de las gradas está una plaza donde se hace Tianguez cada ocho días, que es el sábado, a donde acude toda la comarca; vienen de doce leguas. La iglesia o templo mira al poniente, y el cerro está hacia el oriente. La iglesia tiene, de largo cincuenta brazas y, de ancho, siete imedia, (y) de hueco, quince brazas de alto y, la torre tiene veinte brazas. Hay mucha cacería, y las casas de los principales tienes sus altos, y todas las casa son de techo y (hay) muchas casas. (Entre las) antiguallas, hay (un) edificio de ciento sesenta años. Luis Obregón Rúbrica, Antemó: Bartolomé Osorio, escr(iba)no. (Rúbrica).

Después de la Independencia mexicana, surgió la inquietud entre los pobladores de Epazoyucan para desagregar el municipio de la jurisdicción de Zempoala. Internamente los asuntos locales se manejaban en forma autónoma y las autoridades se elegían por acuerdo común de los habitantes. El proyecto para construir un nuevo municipio se encargó a la familia Zarazúa que entonces tenía el poder político de la región. Se inició la recopilación de documentos y los duros viajes hasta Toluca por no haberse fundado aún el Estado de Hidalgo.

Aún no hemos podido constatar la fecha exacta de la creación del municipio, pero es probable que haya sido un poco antes de la erección del Estado de Hidalgo.

Con la expedición de las leyes sobre desamortización de bienes en 1856, quienes arrendaban los terrenos del común se constituyeron en sus propietarios legales; ello sucedió con "La Huerta", "Nexpa", "Jometitlan". Además también en la parte baja o franja agrícola se habían constituido propiedades de dimensiones considerables, dedicadas todas a la explotación de cereales y de maguey combinado con algo de ganado. La principal producción era la cebada, y un poco de cultivo de maíz.

Al lado de estas grandes propiedades existían gran cantidad de predios o lotes de subsistencia que ocupaban pequeñas áreas en las rancherías mismas o en los espacios entre una hacienda y otra sembrados en su mayoría por cebada y una mínima parte de maíz por se un cultivo mas azaroso ya que las tierras eran de temporal.

En cambio el maguey proporcionaba un ingreso limitado pero seguro durante todo el año, con lo cual podían cubrir del consumo diario y a su vez el ganado constituía una especie de alcancía para afrontar los gastos imprevistos.

En el paraje el Guajolote, se constituyó una hacienda con el mismo nombre que fue de las mayor extensión.  La relación con las explotaciones mineras se siguió dando todo este tiempo. A los centros acudían gentes del municipio desde todas las rancherías, con excepción de  Santa Mónica, ya que el recorrido se hacía diariamente a pie, 3 horas en cada sentido desde los puntos mas lejanos.

Los trabajadores solían recoger el zacatón que crece entre los pinares, con lo que confeccionaban escobetas y cepillos para venderlos los domingos en el Real del Monte. Este era un trabajo fuera de sus deberes para con la hacienda por lo que muchas veces  el hombre se limitaba a recoger el material  y las material y las mujeres se encargaban de fabricar los artículos.

En las haciendas se les exigía la recolección del aguamiel, hacer labores agrícolas de la temporada de cultivo u obtener manera del bosque. Las tareas se distribuían  entre peones  especializados de manera que obtenían una mayor eficiencia en la explotación de los recursos.

En la Hacienda del Guajolote, los salarios eran un poco más altos que en los demás lugares cercanos. En este período, las rancherías de San Juan Tizahuapan y Xolostitla, alquilaban su fuerza de trabajo en las explotaciones de minerales. Acudían en grupos familiares y generalmente sólo cuando no se tenían labores de Agricultura.

No se tenía preferencia por alguna mina en particular, sino que se escogía aquella donde ya estaba un amigo o pariente trabajando; se acudía por igual a Pachuca que al Real.

Ninguno de  los que poseían predios agrícolas los abandonaron mientras trabajaron en la mina, de hecho, sólo algunos trabajaban continuamente como peones mineros.

A fines del siglo pasado y a principios del presente, el malestar general en el municipio se hizo notorio, sobre todo en lo que se refiere a la cuota que como contribución personal, debía pagar cada habitante; se hizo necesario que fuerzas armadas estatales acompañaran al recaudador para poder hacer efectiva su gestión de cobro. La resistencia era en la mayor parte de los casos pacífica y sólo ocasionalmente hubo casos violentos. Fue sobre todo en los inicios del presente siglo cuando el descontento se hizo más notorio, se acudía al Gobernador para acusar la exigencias de las autoridades locales, se pedía la condonación de rezagos de los pagos y más que otra cosa se evitaba el pago mismo. Para 1885 la composición de la fuerza de trabajo en la cabecera se distribuía como sigue: 100 jornaleros, 5 carpinteros, 1 artesano, 2 obrajeros, 9 Tlachiqueros, 1 cigarrero, 1 mozo, 7 labradores, 7 arrieros, 1 ayudante, 1 pastor, 2 zapateros, 3 comerciantes, haciendo un total de 141 jefes de familia.

En un registro similar que se levantó dos años después en las rancherías del municipio, se nota que la relación entre jornaleros, (peones agrícolas acasillados) y labradores (propietarios de pequeñas parcelas) varía de acuerdo con la ubicación del caserío. Aquellos ubicados en los límites de una hacienda o de una gran explotación agrícola tienen casi exclusivamente jornaleros, mientras que en los caseríos "independientes" hay un grupo significativo de labradores. De uno y de otro grupo se reclutaba la fuerza de trabajo para las haciendas y explotaciones agrícolas. También iban a trabajar a las minas, y según testimonios encontrados en el mismo archivo, se sabe que el grupo de los labradores-mineros eran más numeroso que el de los jornaleros. Esto se debía a que los jornaleros tenían mayor dependencia con la hacienda. Por cuanto a los labradores, a pesar de que los predios eran "....cortos retazos de terrenos infecundos (que)...no son bastantes para poder nuestra subsistencia.." (are, exp. de comunicaciones, octubre 1905), el poseer una fuente de alimento aunque esta fuese insuficiente, permitía a sus propietarios mejores opciones en cuanto a la renta de su fuerza de trabajo sin por ello abandonar las actividades agrícolas. E cuanto a las explotaciones mineras que también eran una fuente significativa de empelo para los jornaleros podemos mencionar la Compañía aviadora de minas de Pachuca y Real del Monte, Santa Gertrudis, La Blanca y la compañia Real del Monte.

Respecto al maguey como fuente de recursos económicos se tiene que en este mismo lapso (comienzos del siglo XIX gasta los albores del XX), además del maguey cimarrón adquirió una importancia que hasta entonces nunca tuvo. Ella se debió a que se desarrolló una técnica para la elaboración de una bebida alcohólica de alta graduación tipo mezcal, "amargo", a partir del Mexontete de la planta y mezclando con pulque concentrado por deshidratación. Este proceso alcanzó su auge en la segunda mitad del siglo XIX cuando casi todas las exportaciones tenían alambiques de destilación; tal era el caso en San Marcos, Jometitlán, Coporillo, Nopalpa y San Francisco.

A la par con este auge, el mercado del pulque tuvo una ampliación considerable a nivel nacional que coincidió en general con el período del porfiriato y todavía aún después de la destacada lucha revolucionaria. La documentación de la producción del pulque para el primer cuarto presente siglo es abundante y estaba destinado a Mineral del Monte, al de San Guillermo, a Pachuca, a las fincas, rancherías y cabecera del municipio.

La reacción de los habitantes ante la revolución de los habitantes fue en general, de escepticismo e indiferencia. Durante los primeros 6 años del movimiento no hubo participación alguna del pueblo. La política oficial apoyaba al gobernador central en turno, como se les dictaba desde Pachuca. Ya en el municipio, cuando una de las facciones cruzaba o llegaba al pueblo se les daba lo que exigían (postura o montura) y en algunas ocasiones, tales visitas se aprovechaban para deshacerse de algún vecino rival, denunciándole como partidario de la facción contraria. La etapa de mayor inseguridad abarcó de 1915 a 1921. Aprovechándose el desconcierto general hubo en el pueblo una ola de bandidaje en la que grupos aislados manifestaban apoyar a alguna de las facciones en pugna y escudándose en sus lemas forzaban a los pobladores a entregarles dinero y víveres; generalmente todos ellos se avocaban a las oficinas de hacienda donde se llevaron en más de 4 ocasiones lo recaudado, en algunas aún con el saldo de vidas de quienes lo custodiaban.

Los propietarios de los grandes terrenos, fueran éstas haciendas o lotes acumulados y manejados en un solo bloque, optaron por abandonar Epazoyucan y radicarse en Pachuca y México. Al frente de sus propiedades dejaron un peón o administrador para recoger exclusivamente los frutos de maguey. Pocas haciendas aventuraban grandes extensiones en la producción de granos y sólo algunos sembraban maíz. Por ello, para el pueblo en general, las consecuencias más desastrosas de la revolución fue una escasez severa de alimentos que cada quien remedió según su entendimiento; para hacer rendir el maíz se mezclaban cebada y la pasta obtenida de una biznaga silvestre que abunda en la región. Por lo demás al ciudadano común no se le molestó; aunque algunos habitantes participaron en la lucha, su decisión fue personal y nunca representativa del grupo; hubo gentes en todas las facciones.

Las primeras gestiones para la constitución de los ejidos se hizo durante la segunda década del presente siglo. Los repartos se iniciaron en la zona baja justamente en la ranchería de San Juan Tizahuapan, cuyos habitantes tenían conocimientos de movimiento laborales y organización de grupos por experiencias similares en las explotaciones mineras.

La inquietud agraria ya existía desde 1916, sólo que los canales legales a través de los cuales se exigía que pasaran, no les otorgaba posibilidades de realizarse, o bien hacían mas lento cualquier trámite. En 1923 los habitantes de San Juan de apoderaron de una parte de los terrenos pertenecientes a las haciendas de Nopalapa de Palacio, ambas propiedad de la familia Rodríguez, Unos años después se afectaron en esto de las grandes extensiones, de suerte que para 1932 se habían constituido los ejidos que hasta ahora se explotan. Las primeras haciendas afectadas fueron: Jalapilla, El Ocote, Tecuaco y la Huerta para los de Xolostitla, que incluyó una gran parte de terreno forestal y después San Marcos. A Jometitlán lo afectaron los vecinos de San Francisco.

Una vez repartidas las tierras, la producción de aguamiel se incremento debido a la sobre explotación de las magueyeras (se capaban antes de madurar), ocasionando una merma en las plantaciones. El ejidatario actuó presionado por la necesidad del dinero además, en los cascos de hacienda se quedaron todos los implementos de trabajo, por lo que el ejidatario se vio en la necesidad de vender su producción de aguamiel a la finca. Para ésta siguieron siendo las ganancias substanciosas; el producto procesado se llevaba a Pachuca, México y a los poblados del Valle de Tezontepec, los cuales constituyeron un nuevo mercado.

 

 

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