JACALA

SUCESOS HISTÓRICOS MÁS IMPORTANTES

En la frontera Norte de Mesoamérica, habitaron en la época prehispánica, grupos nómadas cazadores y recolectores, llamados Chichimecas, que en lengua náhuatl significa Linaje de Perros; mientras que en la planicie, donde hoy se conoce como Valle del Mezquital, se desarrollaba la raza otomí, seres intransigentes que deseaban mantener sus costumbres y tradiciones, contrarios a las manifestaciones culturales de su tiempo y a la civilización.

En su historia de la Conquista de México, Antonio Solís, habla sobre estos grupos de indios: los Chichimecas y Otomíes ocupaban montes y serranías, gente bárbara sin república ni policía, que habitaba en las cavernas de la tierra, en las quiebras de los peñascos, sustentándose de la caza y frutas de árboles silvestres, pero tan diestros en el uso de sus flechas y en servirse de las asperezas y ventajas de la montaña, que resistieron varias veces a todo el poder mexicano, enemigo de la sujeción, que se contentaba con no dejarse vencer, y aspiraban solo a conservar entre las fieras su libertad.

Los chichimecas que habitaban la Sierra Gorda, más tarde se fundieron con grupos otomíes, que huían de la sujeción azteca y del pago de tributos, empezando una mezcla racial junto con núcleos Nahoas salvajes, llamada de los Chichimecas Jonaces. Aún dentro de la Sierra Gorda, el poder mexicano se extendió para el cobro del tributo, llevando parte del oro que se explotaba por los naturales chichimecas de esta zona y lo que reafirma la venida de dichos aztecas, es lo que cuenta la tradición y da nombre al Río Moctezuma, ya que nos dice cómo el Emperador mandó construir al centro un pilar al centro de dicho río, hecho que le dio el nombre.

Por transmisión oral, nos cuentan los naturales de la comunidad de José Ma. Morelos, (municipio de Jacala), que a una distancia aproximada de tres horas se encuentra una cueva que presenta en su exterior la apariencia de ser piedras derretidas, la cual en tiempos prehispánicos fue ocupada por el Emperador Moctezuma como hábitat, y en la cual en su interior se guardaba el oro que llevaba de Jacala a la Misión, como pago de tributos a los aztecas. 

En Mesoamérica, los ahora municipios de Chapulhuacán, Pisaflores, Pacula, La Misión y Jacala, estaban bajo el dominio del Señorío de Metztitlán, de origen azteca o mexicano, lo que influyó en el nombre de los lugares más importes de cada municipio.

En el caso de Jacala, haremos alusión a las siguientes comunidades:

El Coñesito: No se ha definido claramente lo que motivo su nombre, lo que así se conoce, era que en tiempos prehispánicos, era un centro de reunión de los grupos étnicos Chichimecos Jonaces.

La Palma: Municipio de Jacala, nombre original = "Zoyatl", "Palma"

Quetzalapa:  Mpio. De Jacala Quetzali = hermoso, atl = agua, pan = sobre  "En el Agua Hermosa".

Tilcuautla: Mpio. De Jacala nombre actual = San Nicolás, Tlil = oscuro, Coahuil = árbol, tla o Tlalli = abundancia "Donde abundan los Árboles Obscuros".

Octupilla: Mpio. De Jacala, barbarismo de nombre "Atocpilli" pequeño atocpa (actopan) "Lugar de Tierras Húmedas".

Comaschquia o Xacallan: Mpio. De Jacala, nombre actual = Jacala de Ledesma, Comaschquia nombre chichimeca, con el que llamaban el lugar donde vivían y que significaba para los mexicanos "Xacal". Por ello llamaron "Xacallan" = "Xacales".

Los chichimecas, también eran adoradores de los astros, en especial del sol y la luna como se representa en su lengua, que aún en la actualidad conservan:

Npaá = El Padre del Sol

Nmaá = Madre de la Luna.

Comaschquia = Cabaña o choza = Jacala

Majaó Comaschquia Bonito Jacala

Wast Comaschquia Vamos a Jacala

Stipaá Namishiós Buenos días Amigo

Numeración común chichimeca, como no la presenta el Prof. Cornelio Espinoza Martínez, en su obra "Épicas" Historia Sintética de Jacala de Ledesma, Hgo

Na (1) uno Tiquián (6) seis Nadhe (natjé) (20) veinte
Tiyue (2) dos Tiquitiyue (7) siete Tiyuede stethó (50) cincuenta
Tinión (3) tres Tiquiriñon (8) ocho Nanthé (natjé) (100) cien
Tipá (4) cuatro Nahué (najué) (9) nueve
Sothón (sotjón) (5) cinco Stethó (sterhó) (10) diez

México después de la conquista vio invadidas sus entrañas por extranjeros, manos españoles, en las diversas partes de su territorio. Para los conquistadores, el país subyugado era una veta minera enorme y había despertado su codicia; lo que trajo consigo que se formaran grupos de audaces colonos, para adentrarse a lo desconocido de las sierras en busca de fortuna. De manera inmediata a la Conquista Española, mostró su preocupación por incrementar la explotación minera, para lo cual expide el 9 de Noviembre de 1526, la Real Cédula promulgada en Granada, en la que se establece:

"Que toda persona o cualquiera persona que sean así los cristianos, españoles, como los naturales de ella, podían sacar oro o plata por su persona, esclavos o criados en cualquier mina que hallasen o por bien tuvieren...".

Esta preocupación de la Corona Española, estribaba en el aumento del impuesto a la explotación metalúrgica (quinto real), los que serían mayores en la medida que hubiesen más yacimientos en explotación.

Cabe señalar, que dicha cédula nunca funcionó como se había previsto, debido a la creciente codicia y ansia de poder de los españoles. Los naturales de las tierras mexicanas (Azteca, Otomíes, Chichimecas, etc.), fueron sometidos a los trabajos de tamemes y en la explotación minera, bajo retribuciones precarias para su sostenimiento. El creciente empuje español hacia el norte, en las tierras chichimecas, creó el conflicto de la guerra que sería con el paso del tiempo, la pesadilla que español alguno hubiese imaginado jamás.

Fernán González de Eslava, citado en el libro La Guerra Chichimeca (1550-1600), de Phillip W. Powell, comprende el salvajismo de  las naciones chichimecas al comentar:

Dentro de su furor esquivo
e encierran todos los males,
y con flechas infernales    
a ninguno dejo vivo          
de los míseros inmortales

Las guerrillas chichimecas como se ve, tenían diversos fines, primero, estaba siendo invadidas por extranjeros su territorio que por siglos les había pertenecido, segundo, cuidaban de su hábitat y más que nada de su fuente de alimento, los animales y las frutas y por último su orgullo (o como podrías ser), o su displicencia a no trabajar como esclavos en las minas, sabedores en sus consecuencias, se contraía la enfermedad del hidrargirismo, también llamado temblor mercurial, temblor de azogado y que no era otra cosa más que intoxicación de la piel con mercurio, el cual penetraba producía la muerte, los hizo defender con su vida, lo que para ello era eso..... su vida.

Estos indios chichimecos, antes que verse subyugados, preferían morir en combate, por lo que no perdonaban la vida a ningún español, ya que fueran hombre, mujeres o niños; a quienes mataban sin consideración y les quitaban sus cabelleras para lucirlas como trofeos de guerra. (Esta práctica era propia de casi todas las naciones Chichimecas).

Como cuentan algunos cronistas:"...lo primero que hacen, es arrancar la piel de la cabeza, tirando contra la dirección del pelo, dejando el cráneo limpio y esto mientras la víctima aún vivía...

....Traen por detrás, colgadas las cabelleras de las coronas que quitan y algunas han sido de mujeres con cabellos rubios y largos.... a los niños pequeños, que no pueden ayudar en los trabajos, los toman y los azotan de cabeza contra las rocas o contra el piso hasta que broten los sesos..."

De las depredaciones de los Chichimecas jonaces que dan fe, se inician en el año de 1566, cuando estos indios, organizado en cuadrillas de bandoleros (práctica que les daba buenos resultados), atacaron y quemaron Jalpan, en el Estado de Querétaro; dando cuenta también del Monasterio, lo que propició el abandono de la misión por varios años, debido al temor que habían despertado los indios Jonaces.

De igual manera, otra de las invasiones, se dio en el año de 1570, cuando Chichicaxtla, se vio asoleada, por los indios Jonaces, que destruyeron el templo, el monasterio y hasta los cimientos de las casas, dando fuga a sus moradores que emigraron a Tlahuiltepa, la cual se encontraba bajo el señorío de Metztitlán.

Tiempo después, en Marzo de 1585, los Jonaces invaden Zimapán, matando once indios junto con un español, sacrificando y quemando a los demás. Ante la amenaza, los vecinos nombraron a dos hombres ilustres don Juan Velázquez de Salazar y don Antonio Valdés, para que en su representación acudiera ante el Real Tercer Concilio que se realizaba en México, demandando auxilio y pedir que se les hiciera la guerra a los chichimecas para que fueran  aplacados, lo cual no sucedió por más de un siglo. Fue hasta el año de 1715, cuando el virreinato los mandó juzgar por medio del Coronel don Gabriel Guerrero Ardilas y el Capitán Don Gerónimo de Labra (quien habría de ser nombrado Protector Reformado de los Indios Jonaces de la Sierra Gorda), protagonizando sangrientos combates contra estos indios indómitos y al no existir un vencedor, se logra establece la firma de un convenio llamado "Paz Maconí", en el pueblo de Maconí, jurisdicción de Cadereyta (Qro.).

Fue en el año de 1670, cuando un español minero, don Gaspar Rubio envía escribanos y topógrafos trabajadores suyos a reconocer las vastos terrenos que hoy ocupa Jacala y pueblos vecinos. Estos, lograron encontrar en Jacala, un pequeño arroyo, procedente de los manantiales nombrados ahora, de El Toribio y El Sabino, justo al pie de la "cuesta" donde más tarde se construyeron las pilas (las cuales aún en la actualidad se pueden ver en la parte posterior a la Presidencia Municipal).

Junto a ese arroyo y al pie de la "cuesta", estaban unas cabañas rudimentarias, hechas por los chichimecas Jonaces, que les empleaban para guarecerse de la intemperie, cuando andaban de cacería. Los mexicanos inmediatamente llamaron al sitio "Xacallan" que significa, "lugar de jacales".

Así lo registraron los escribanos y el topógrafo que levantaba los planos de las propiedades de don Gaspar. Supieron más tarde que los chichimecas llamaban al sitio "Comashquia", que significa un mexicano "Xacal" y en español "cabaña o choza".

El 10 de septiembre del año de 1680, se presentaron don Gaspar Rubio y su esposa Catarina Sánchez Visuet, originarios de Zimapán y procedentes de Encarnación, al paraje denominado por el señorío de Metztitlán como Tilcuautla (que en mexicano quiere decir" lugar donde abundan los árboles obscuros"), encontrándose con un valle relleno de bosques, de enebros y grandes capulines y mezquites, huizaches, frutillas y tepehuajes y en las cabañas guayacanes.    En la barranca de ese mismo, por tener carrizos y guayabos, fue bautizado como "guayabos", la barranca que se encuentra arriba del lugar fue llamada "barranca arriba", Debido a que en la fecha en la que se apearon en el lugar, era el día de San Nicolás Tolentino, resolvieron llamar al lugar, en "gracia de la cristiandad" San Nicolás Tilcuautla y que más tarde dio paso a su actual nombre San Nicolás del Potrero.

Don Gaspar Rubio hizo la traza para los hogares, de las haciendas y sus servidores y también de una gran plaza. De igual manera dio a un fraile, un predio para la construcción de su templo. Don Gaspar más tarde mandó extender su exploraciones y nuevamente sus trabajadores volvían a encontrarse con el manantial que procedía de El Toribio, al pie del cerro "La Peña", cerca de la cumbre del Puerto del Mocroño (hoy puerto de horcones), y en el cerro de junto descubrieron vetas de rico mineral, con buenas leyes de cobre, plomo, plata, oro, lo que hizo que se le reconociera por sus magníficas vetas como el "Cerro de las Maravillas".

La llegada de estos audaces pero abusivos españoles a la Sierra Gorda, trajo como consecuencia una infinidad de encuentros bélicos contra los Chichimecas, por la posesión de los terrenos codiciados por los mineros. Los abusivos españoles trataron siempre de atraerse a los indígenas corrompiéndolos, dándoles alimentos y alojamiento, esto cuando algunos eran heridos y llevados al templo,  donde se les procuraba atender para ganarse su confianza y lograr la ansiada paz la llegada a Jacala fue menos cruenta, los Chichimecas defendían con su vida su sitio de cada y alimentación. En la hendidura que se forma entre el cerro de El Toribio  y el cerro de las Maravillas, se pueden ver aún las haciendas construidas por los primero españoles, así mismo, en el Puerto de los Frijoles, al sur de Jacala.

Visto el antecedente por Don Gaspar, ordenó que para el barrio de Xacallan se cambiaran, porque fuera mejor lugar y en todos cupieran. Además ya estaba algo poblado con Xacales bien ordenados, algunas buenas casas y hasta el templo empezado, que él mismo había planeado y dirigido la traza, pá las casas y la plaza; abundante agua para la gente, que traiba del arroyito que corría por la barranca y luego la vecindá entusiasmada se puso hacer canaletas, en trozas muy derechas pá conducir el agua muy limpia y muy fresca desde el manantial del Sabino que rápidamente vino a alegrar con su arrullo la vida de los colonos, que olvidando sus enojos, gozaron con sus murmullo, pues caiba en unas grandes pilas. 

Que olvidando sus enconos, gozaron con su murmullo, pues caíba en unas grandes pilas al pie de la cuesta construidas, y de allí se proveyeron los del pueblo pá, sus vidas. Y el mero trece de junio de mil seiscientos noventa  bajamos al Santo Patrono San Antonio de Padua, en medio de una gran fiesta. Y ese mesmo día sucedió que la vecindá pidiera escrituras de propiedá como don Gaspar ofreciera, y fue el Gaspar Rubio Sánchez o Gaspar segundo, también llamado, encargado que se cumpliera las promesas que nos hiciera, su señor padre, en fecha antes. Asina se animí más la fiesta y a don Gaspar aclamaron, porque así comprobaron que era cumplidor legalista. Y consta por primera vez en las escrituras citadas, el nombre de...

 "En el pueblo de Xacallan con esa fecha se reconocen la propiedad de don Venancio González y Reinoso... con los linderos y los vientos que a la autoridá se declaran, y que son las siguientes...

...Todo lo que es asentado en el libro de Registro de la Propiedad por manos de los escribanos que certifican y firman, y dan fe de ser verdá..." 

Siendo su nombre...don Felix Rubio, don Luis Raygadas y don Phillipe de Vargas, que rubrican ser la autenticidad hoy trece de junio, de mil seicientos noventa. La fiesta se desarrolló en la calle de las pilas, donde se llevaron acabo las carreras de caballos, sin resaltar las peleas de gallos, así como el palo encebado, Y las carreras de argollas que es un evento obligado; donde lucen muy bonitas las muchachas del poblado; y bien podemos decir las primeras "xacaleñas" llevando bellos atuendos y el rubor en la mejillas, cuando puesto aquel de rodillas se inclinaban a dar el premio. Así nació Xacala, con una bella fiesta el mero 13 de junio de mil seiscientos noventa. 

Extractado de forma original, del libro Prof. Cornelio Espinoza Martínez, "Épicas", historia sintética de Jacala de Ledesma, Hidalgo.

Los documentos seleccionados en su mayor parte extractados, hablaran por sí mismos de la experiencia misionera de los frailes franciscanos del Colegio Apostólico de Propagación de la fe de San Francisco de Pachuca. Es la historia de cuarenta y tres años, a partir de 1734, de conversión al catolicismo esfuerzos salpicados por la "Santa Inquisición" al entrar en contacto con Jonaces y Pames.

El Capitán don Gerónimo de Labra Protector General y Reformado de los indios Jonaces de la Sierra Gorda, Cabo y Caudillo a guerra recibido a sueldo de los fundadores vecinos circunvecinos, por el Rey Nuestro Señor (que Dios guarde), inspector nombrado en junta de la minería, comercio y vecindad de este reino y minas de Zimapán, para facilitar la Misión que por el año pasado de mil setecientos treinta y ocho se propuso por más conveniente medio para la reducción de los indios Chichimecos Jonaces que como apostatas se mantienen en las viciosas costumbres y aseo de su gentílica naturaleza, sin haber sido posible su reducción ni a doctrina ni a influjos de celosos Ministros Evangélicos, de varias religiones, que desde los pasados siglos, hasta el presente se han dedicado a la instrucción, catequización y educación de estos Jonaces sin haber logrado fruto alguno de sus trabajosas tareas, motivo que les precisa abandonar las misiones, que habían plantado y transplantado en el centro y habitación de los dichos jonaces; ni a impulsos militares providencias que por cuatro veces se han dado por Exmos., señores virreyes en los tiempos de su gobierno, a consta de Real Hacienda y con fuerza de armas, para ver si la eminencia o rigor vencía la contumás rebeldía de dichos Jonaces a sujeción; y habiendo manifestado la experiencia de más de siglo y medio que se pretende la reducción de dichos indómitos jonaces sin haberse encontrado eficaz medio ni remedio provechoso para conseguir tan deseado fin, como la redención de tantas almas tan lastimosamente perdidas, se consideró por más oportuno, último y proficuo a que por el año pasado de mil setecientos treinta y cuatro ofreció la contingencia de haber despachado el cantarito del Apostólico Colegio de Religiosos Mineros Descalzos de la más estrecha observancia de Nuestro Padre S. Francisco de la Ciudad de Nuestra Señora de la Asunción Real y Minas de Pachuca, en los recientes años de su erección y como primicias del fruto que abundante promete lo fértil de su semilla una misión con tres religiosos que a impulsos de su fervorosa doctrina y a influencia de su Apostólico Instituto lograron abundante cosecha en las sementeras ya cultivadas en la labor del Santo Evangélico; y noticiosos de lamentable estado en que los miserables, grupos étnicos (chichimecas jonaces)  que habitan la Sierra Gorda y apostatas de las santa fe católica por el santo bautismo han profesado se conservan en las depravadas costumbres de su gentilidad; traspasadas de dolor y abrazados en el incendio de su caridad los dichos religiosos se restituyeron a su Colegio. Considerando que tan lastimosa desgracia podría causarse por falta de ministros que dedicados solo a la educación de los infelices jonaces pudieran conseguir su remedio.

Las naciones que en el cumplimiento de mi obligación en los empleos que ha tenido desde los primeros años de mi juventud, en servicio del Rey Nuestro Señor ha podido averiguar mi cuidado, instruido en los instrumentos auténticos antiguos y modernos, que de los servicios de mis antepasados recogí para norte de mis ministerios, son rigurosamente tres, una llamada de los Ximpeses, otra los Pames  y la otra los Jonaces, cuyas inclinaciones, estado y costumbres haré patentes en esta expresión:

La primera nación que es la de los Ximpeses, es de naturaleza tan dócil que no hay tradición alguna que persuada su conquista, pues cuando entraron a administrarla los religiosos agustinos, la hallaron pacífica y reducida. Esta tenía su situación en el paraje denominado Pugingia sujetos a la doctrina de Xalpa que administran otros religiosos agustinos que la asistían como visita, y  porque estos Ximpeses habrá como cincuenta y tres años pidieron ministro, aparte se les proveyó al bachiller de Don Guillermo de los Ángeles, clérigo preítero por cuya muerte enviaron religiosos de nuestro Padre Santo Domingo, a su administración y mandaron la misión al paraje de Pugingia al de Aguacatlán donde hasta se mantiene con su antigua quietud.

La segunda es la de los Pames. Cuya situación fundada por dichos religiosos seráficos y abandonada por el citado año de seiscientos nueve fue en el paraje nombrado Xiliapa y la trasplantaron dichos religiosos agustinos al paraje nombrado Pacula donde hoy se mantiene. Dichos Pames son semejantes a los Ximpeses y muy aplicados al trabajo y comercio con los españoles y opuestos a los Jonaces.

La tercera nación es la de los rebeldes indómitos Jonaces, cuyo nombre tiene como oprobio de los Ximpeses y Pames, que les llaman así porque en su idioma quiere decir "come - caballo". Estos han tenido su habitación desde la media luna, Estoras, San Cristóbal, Las Ranas, Maconí, Santa María, Cerro Prieto, Las Trincheras, Cerro de San Nicolás, los Piñones, Las Adjuntas, parajes inmediatos a este Real de Zimapán, en donde abrigados de la áspera  fragosidad, se mantenían como escudo de sus insultos y hostilidades y beleidosa inconstancia no les permitía población fija, mudándose de unos a otros parajes y enrollándose siempre antes dichos. Esta perversa nación es la que ha dado tanto que hacer por su ociosa naturaleza habituada sólo a comer del sudor ajeno, sin disfrutar el suyo aún para su sustento pues en las repetidas veces que se le han puesto misiones y ministros por su educación no hay ejemplar alguno que dé muestra de alguna aplicación al trabajo para su sustento, engreídos solo e que se les diese por los ministros y jefes de todo lo necesario para su mantenimiento, unas veces a costa de la Real Hacienda y otras a la de los Protectores estando éstos en las vecindades contribuyendo como jornaleros para poder libertar sus caudales, de sus licenciosas atrocidades, todo lo cual hará patente la expresión de los precedido en los pasados y presentes tiempos.

Real de Zimapán y junio treinta de mil setecientos y cuarenta años, Gerónimo de Labra (rúbrica).

Con el nacimiento franciscano en el año de 1743, se organizan misiones evangelizadoras a cargo de los Colegios Apostólicos de San Fernando de México y de San Francisco de Pachuca, correspondiendo a estos últimos las regiones de Pacula, Xiliapan, Cerro Prieto y Tolimán, mientras las del Colegio de San Fernando , se estableció en Jacala y daban principio en 1744 a la construcción de la iglesia dedicada a San Antonio de Padua, concluida en el año de 1747.. Las luchas de independencia, fueron acciones que abarcaron en gran parte del país, no faltando las acciones militares en la Sierra Gorda, como sucedió en enero de 1811, el subdelegado de Zacualtipán don Ignacio Muñoz y ayudado por el párroco Joaquín Ugalde, representando las fuerzas realistas atacaron Jacala, encontrando una enconada resistencia de la Guardia Nacional encabezados por la Justicia Mayor, Sargento Rafael Mancilla. Los realistas fueron diezmados y desalojados de Jacala.

Al consumarse la guerra de Independencia el 27 de septiembre de 1821 , cuando entra el Ejército Trigarante a la Ciudad de México, presentando un magno desfile de fuerzas combatientes que participaron en todos los rincones del país, en contra de extranjeros, se presentaron representando a la Sierra Gorda hidalguense en la primera Sección de la Caballería los llamados "Dragones de la Sierra Gorda".

El Alcalde Primero, don Gabriel Mayorga, convoca a los vecinos de Jacala a una reunión y en asamblea general, después de deliberar lo conducente, exponiendo diversos puntos de vista eminentemente liberales, el 18 de febrero de 1856, se redacta el documento denominado "Acta de Jacala", que contiene antecedentes históricos de algunas de las Leyes de Reforma, que tres años más tarde, en 1859, serían promulgadas por don Benito Juárez en Veracruz.    Las discusiones ocuparon a la asamblea, durante todo el día y al final del cual se nombró a los señores don Cayetano Castellanos y don Félix Rubio Rubio, para redactar el acta respectiva y como secretario de esa comisión también salió nombrado el señor Ricardo Rubio.

Con fecha 22 de noviembre de 1855, de noviembre de 1855, el Presidente Interino don Juan Álvarez, expidió, en uso de sus facultades que le conferían el Plan de Ayutla, un decreto sobre administración de Justicia, conocido con el nombre de Ley Juárez.

Hacia 1848 - 1849, sucedió lo que se conoce como sublevación de la Sierra Gorda, cuyo Jefe Militar, Eleuterio Quiroz, era un desertor del ejército, inconforme con la actitud de Santa Ana ante la guerra contra los norteamericanos en 1867. Huyó hacia la Sierra de Xichú  Qro. y aprovechó el descontento que había entre los serranos por las contribuciones y otras cargas de carácter fiscal.

El 24 de junio de 1849, los sublevados queretanos, al mando de don Francisco Bueno atacan la población de Jacala, encontrando una resistencia por parte de la Guardia Nacional, de este lugar, la cual estaba bajo el mando del Coronel don José Guadalupe Ledesma. Más tarde, Quiroz propone un plan en el que pedía la distribución de tierras, la disolución del ejército y su reemplazo por una Guardia Nacional, reformas a la intervención del clero en la política y reformas en el asunto electoral.

Este plan fue presentado por Quiroz, al Gral. Anastasio Bustamante y arregló un armisticio para procurar el restablecimiento de la paz en toda la Sierra Gorda. En derrotado completamente don Eleuterio Quiroz, cuando rinde la plaza de Jalpan, Qro., la cual tenía en su poder al General don Joaquín R. Martínez que comandaba a la Guardia Nacional de Jacala.

A partir del 18 de Febrero de 1856, al conocerse en la región los conceptos contenidos en el "Acta de Jacala" de ideas liberales, pidiendo la "separación" iglesia - estado y la "libertad de cultos", se consideraron ofendidos los levíticos de Querétaro, Ixmiquilpan y otros lugares, por lo que acordaron acabar con el núcleo liberal de Jacala.

De igual manera, hubo descontento en La Misión, Cerro Prieto, Cipatla y San Nicolás, en el municipio de Jacala. Estos poblados se apresuraron a unirse a los religiosos, dando inicio a una serie de luchas intestinas dentro de la Sierra Gorda.

Después de haberse dado a conocer las Leyes de Reforma en 1859, el país se dividió, por un lado el clero, ejército y capitalista, todos ellos conservadores, que buscaban volver a tener el poder y seguir explotando y por el otro lado, el pueblo mayoritario, dirigidos por hombres leales al gobierno de Juárez y que habrían de ser a la postre, los que liberarían a México de la decadencia. Los fanáticos clericales de Cerro Prieto, La Misión, Zipatla, y San Nicolás, en busca de la consecución de sus propios intereses, logran unirse a los conservadores de Jalpan y don Mariano Paulín, Jefe de Ixmiquilpan, lograron atacar Jacala en el mismo año, al cual hubiese sido destruida de no ser por la oportuna intervención del Coronel Felipe Ángeles (padre). Más tarde, cuando las tropas federales se hubieron marchado de Jacala, los rebeldes clericales regresaron saqueando y asaltando la población.

En Abril de 1861, los conservadores al mando de don Tomás Mejía, atacaron Jacala saqueándola primero para después incendiarla, a su paso La Misión atacaron El Pinalito, que de igual manera fue incendiada, auque no en grandes proporciones como lo harían con la comunidad de Los Duraznos,, la cual fue arrasada,, quedando solo en cenizas. En julio de 1861, la guarnición nacionalista de Jacala, que apoyaban el legítimo gobierno de Juárez, se encontraban parapetadas en Huichapan conjuntamente con la Guardia Nacional de ese lugar, bajo el mando del distinguido Jacalteca: el Coronel don José Guadalupe Ledesma, por el acoso de los rebeldes que apoyaba al Emperador Maximiliano. Tras una lucha desigual que habría de durar un día completo, salen derrotados los nacionalistas habiendo caído en combate el Coronel don José Guadalupe Ledesma, en lo que fue una de sus más memorables batallas. Por esta defensa heroica de la plaza de Huichapan, fueron nombradas Jacala y Huichapan "Hijas predilectas de la Nación" por Decreto Juarista.

En 1862, el General Joaquín R. Martínez, inflige seria derrota en Jacala al Coronel Juan F. Saldivar quien se había apoderado de la población. Estas luchas continuaron azotando al país y la región de la Sierra Gorda, la cual se organizó y ordenó un poderoso ejército serrano comandado por el general don Joaquín Martínez para participar en el sitio de Querétaro, el cual duró desde el 8 de marzo hasta el 15 de mayo de 1867. El general Martínez acostumbrado al peligro y en causa para su país, se cuenta estuvo en los sitios de mayor peligro, afrontando los riesgos con su tropa, hasta la toma de la plaza de Querétaro, donde el Emperador Maximiliano rinde espada al General Martínez, el cual rechazó por honestidad, dado que el general en jefe del Sirio era don Mariano Escobedo.

Después del fusilamiento del Emperador Maximiliano de Hasburgo y los generales Miguel Miramón y Don Tomás Mejía en el Cerro de las Campanas, Qro., el 19 de junio de 1867 empieza una etapa de tranquilidad para la Sierra Hidalguense, la que sería coartada en Jacala, tras el asesinato del jefe político de esta población, don Manuel Pérez Ocampo en el año de 1888, a manos de un sujeto de San Nicolás. Para mayor inquietud vinieron las exacciones a los rancheros y con las injustas levas determinaron un resentimiento, que aunque permanecía en una rebelión latente, pugnaba por actuar. La arbitrario posesión de terrenos que se daban a caciques privilegiados, especialmente del latifundio de Tampochocho (hoy Pisaflores de Zaragoza), vino incubando un recio movimiento de los rancheros que estalló en forma violenta. El que encabezó este movimiento fue Felipe Neri, quien convocó a los afectados de Zipatal y Palo Semita, ocupando el mando con Apolonio Covarrubias.

El 25 de marzo de 1889, ambos grupos armados marcharon sobre Jacala, como cabecera y asiento de las autoridades constituidas. El Lic. Joaquín González, quien ocupaba el cargo de Juez de Primera Instancia, repelió valerosamente la agresión para después de apoderarse de Neriy once de sus compañeros, los que fueron condenados a muerte. Tras esta rebelión el gobierno de Porfirio Díaz, envía delegados especiales para determinar las causas de dicha rebelión y darle solución.

En 1911, se levanta en armas, al llamado "Sufragio Efectivo. No Reelección" de Francisco I. Madero, el revolucionario Nicolás Flores, que abandona sus tierras y propiedades en su natal Pisaflores, para combatir en contra de la dictadura Porfirista, a su lado, los Coroneles Cecilio López y Otilio Villegas (distinguido jacalteca), que se encargaron de la organización militar de voluntarios que afrontaron la lucha junto con los coroneles y Diputados Constituyentes, Don Alfonso Mayorga (de Jacala) y Don Leopoldo Ruiz (de Pacula), personajes que también contribuyeron a la reorganización de nuestra patria, al firmar en representación de los habitantes de la Sierra Gorda, la Constitución Mexicana del 15 de Febrero de 1917.

En Mayo de 1911, al mando de un grupo de revolucionarios, Don Nicolás Flores, ocupa las poblaciones de Chapulhuacán, Pisaflores y La Misión, se apodera así mismo Jacala y avanza hacía Zimapán e Ixmiquilpan. En ese año de 1911, al ver desmoronarse su dictadura, Porfirio Díaz, presenta su renuncia y sale para Veracruz al exilio.

Madero convoca a elecciones, lo que lo lleva inminentemente a la silla presidencial, la cual ocupa hasta 1913, cuando es asesinado después de presentar su renuncia, por el traidor Victoriano Huerta que ocupa la Presidencia de la República. El General Huerta, nombra en Hidalgo, al general Agustín Sanginés como gobernador.

1913, nuevamente toma las armas en las sierra Gorda, don Nicolás Flores, que al lado del general Otilio Villegas, don Alfonso Mayorga y don Leopoldo Ruiz, realizan las siguientes acciones revolucionarias:

Junio del 16 al 19 de 1913.- Las fuerzas revolucionarias sitian la Plaza de Jacala, en contra de las fuerzas federales del capitán Epigmenio Martínez que encontraba en su poder.

Julio 19 de 1913.- Las fuerzas revolucionarias del general Flores, combaten en la comunidad de Zimpantla (Mpio. de La Misión) en contra de las fuerzas federales que venían capitaneadas por el general José Pérez Castro.

Julio 30 de 1930.- Nuevamente enfrentan a las fuerzas federales del general José Pérez Castro, ahora en Puerto de Piedra (Mpio. de Jacala).

Enero 6 de 1914.- En Puerto de Horcones (Mpio. de Jacala), las fuerzas del general Flores, combaten contra las fuerzas federales que se encontraban bajo el mando del teniente coronel Alberto Orozco.

Junio 27 de  1914.- Las fuerzas revolucionarias ocupan la Plaza  de Zimapán, realizando enfrentamientos contra el teniente coronel Orozco en las comunidades de Xita, Tasquillo y el Puerto de la Oreja.

Julio 22 de 1914.- Los revolucionarios de la Sierra Gorda, se atribuyen la ocupación de la plaza de Actopan.

Junio 27 de 1914.- Culminan  las aspiraciones del general Flores, al tomar la importante plaza de Pachuca. Las fuerzas del general Flores, toman la plaza de Tula. Sangines, abandona el poder estatal, en ese año ante el acoso de las tropas serranas, siendo elegido Gobernador Provisional el federal don Nicolás Flores.

En 1917, don Nicolás Flores deja el puerto provisionalmente y se lanza como candidato al Gobierno Constitucional del Estado de Hidalgo, el que logra satisfactoriamente.

El 21 de septiembre de 1920, el Gobernador don Nicolás Flores, promulga la Constitución Política del Estado. Con la llegada del general Flores a la gubernatura del Estado, fue nombrado el general Otilio Villegas (el que se encargó de la organización de las tropas de don Nicolás Flores), como Jefe de las Operaciones Militares en el Estado. Dicho militar jacalteca, combatió al lado de don Alfonso Mayorga, en Santa Ana de Allende (Mpio. de Chapulhuacán), en 1913 en contra de las fuerzas federales comandadas por el teniente coronel Cristóbal Rodríguez.

También, en febrero de 1915, ocupa la plaza de Zimapán que se encontraba en manos de los villistas bajo el mando del general Enrique Lara. El general Otilio Villegas, llegó a ser Presidente Municipal de Jacala en 1922, año en que el coronel Porfirio Rubio, que se hacía llamar Jefe de la Defensa Social de este lugar , se alza contra el gobierno y se apodera del pueblo de La Misión. Más tarde es vencido en las cercanías de Chapulhuacán, por el Ejército Nacional.

Erección del Estado de Hidalgo.-Benito Juárez Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a sus habitantes sabed:

Que el Congreso de la Unión, ha tenido a bien expedir el decreto siguiente:

El Congreso de la Unión, habiendo observado las prevenciones de la Fracción III, del Artículo 72 de la Constitución, decreta:

Artículo Único: Queda definitivamente erigido en nuevo Estado de la Federación, con el nombre de Hidalgo, la porción del territorio, del antiguo Estado de México, comprendida en los Distritos de Actopan, Huazcazaloya, Huejutla, Ixmiquilpan, Pachuca, Tula, Tulancingo, Zimapán, que forma el Segundo Distrito Militar, creado por decreto del 7 de junio de 1862.

Transitorios:

Artículo 1o.- El Ejecutivo, con aprobación del Congreso nombrará un Gobernador Provisional, que se encargue de expedir la convocatoria para el nombramiento del Diputado a la Legislatura y Gobernador del nuevo Estado y de regirlo, mientras se instalan los poderes que se eligen popularmente.

Para expedir la convocatoria y gobernar el Estado se sujetará a las prescripciones de la Constitución, Ley Federal y además disposiciones vigentes en el Estado de México.

En casos extraordinarios, podrán obtenerse del Presidente de la República, las autorizaciones necesarias para afrontar la situación; pero sin que en ningún caso, ellas comprenden la suspensión de las garantías otorgadas por la Constitución General o la del Estado de México.

Artículo 2o.- El Gobernador Provisional, no podrá ser electo popularmente para el mismo cargo y quedará obligado a dar cuenta de los actos de su admiración, ante la Legislatura que se elija en el Estado.

Artículo 3o.- Se convocará a la Legislatura, con doble carácter de Constituyente y Constitucional. Usará de las facultades constitutivas para formar la Constitución propia y adecuada del mismo Estado.

Articulo 4o.- El Ejecutivo nombrará cinco magistrados, para que formasen el Tribunal Superior del Estado.

Articulo 5o.- Cesa la representación en la Legislatura del Estado de México, de los Diputados electos por los Distritos que se segregan.

Salón de sesiones del Congreso de la Unión.- México.- enero 15 de mil ochocientos sesenta y nueve.

Manuel María Zamacona.-

Diputado Presidente

Julio Zárate.-

Diputado Secretario.

Por tanto mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento.

Palacio de Gobierno Nacional de México, 16 de enero de mil ochocientos sesenta y nueve (1869).

Benito Juárez.- Al C. José Ma. Iglesias.-

Ministro de Gobernación

Y lo comunico a usted, para su conocimiento y fines correspondientes

Independencia y Libertad.- México, enero 16 de 1969. Iglesias.

"MI JACALA"

I II

III

Jacala Sierra querida, Jacala Hidalgo no falla Es preciosa mi Jacala,
Tierra donde yo nací, se lo dice un trovador, en Hidalgo es un rincón,
tierra donde yo nací hace sus fiestas con ganas es preciosa mi Jacala.
Jacala sierra querida. y saborean con honor, El Huapango es el que jala,
Lugar bello que la vida cecina con enchiladas, lo bailan de corazón,
al de afuera y al de aquí benditas por el creador. en concursos tiene fama,
el que se va no te olvida para zapatear el son.
les juro por Dios que sí.
IV V

VI

Jacala Hidalgo no falla, En esta región se baila, Jacala Hidalgo no falla,
se lo dice un trovador, polkas, corridas el tango, se lo dice un trovador,
hace sus fiestas con ganas, polkas corridas el tango, hace sus fiestas con ganas
y saborea con honor, en esta región se baila. y saborean con honor,
cecina con enchiladas, Por verías en la cala, cecina con enchiladas,
benditas por el creador. y disfrutar del fandango, bendita por el creador.
los invito a mi Jacala,
al concurso de Huapango.
VII VIII
Adiós le digo a mi gente, Jacala Hidalgo no falla.
pronto, pronto volveré, se lo dice un trovador;
pronto, pronto volveré. hace sus fiestas con ganas,
adiós le digo a mi gente. y saborean con honor,
Cantándole a mi Jacala, cecina con enchiladas,
que jamás olvidaré, benditas por el creador.
y por lejos que me vaya,
yo siempre regresaré.

Dentro del patrimonio cultural, legado de nuestros antepasados y de las adquisiciones propias de nuestro tiempo, podemos decir, que el municipio de Jacala, cuenta con "tríos huapangueros", que nos pueden deleitar con hermosas coplas y sones, que son el himno al encanto de la región.

Estos tríos como el llamado "Variedad Huasteca" (que todos los domingos de tianguis en Jacala, se encuentra alegrando al concurrente, por una módica cantidad), del barrio de El Sabino en Jacala y el trío Romance 88 de la comunidad de Laguna Seca, así como también el de "Los nuevos pescadores", (este último, ha sacado al mercado un casett de 15 huapangos, entre ellos y con el que lleva el nombre, es dedicado a "Mi Jacala"); llevan esta actividad para dar vida a  la tradición y al baile del Huapango, así también, como una actividad económica en su tiempo libre. Habiendo un precedente de la importancia cultural de esta actividad, se realiza el primer concurso de tríos de México, Querétaro y de la Huasteca y de la Sierra Hidalguense.

En cuanto a la danza, el baile tradicional por excelencia, ha sido el Huapango, disfrutado por generaciones. Este baile no se ha aclarado bien en su cuna, pero podemos decir con satisfacción, que si fuese la región jacalteca,, sería un digno representante, por la originalidad con que su gente se desenvuelve.

Anteriormente, hablando de un período de 1900 al año 60 aproximadamente, el traje típico de este baile, era el calzón de manta, la camisa de manta y los huaraches de garbancillo, para los hombres; en la mujeres, el tradicional "quexquemetl" la falda hueluda, el cabello ensortijado con estambre de colores y sus huaraches de correas.

Actualmente se ha perdido un poco en este sentido, los hombres han cambiado los huaraches de garbancillo, por los botines para danza, las mujeres no usan estambre en el cabello, ni el vestuario adecuado. En 1988 y en 1989, se realiza en Jacala, el primero y segundo concurso nacional de Huapango, contando con un buen número de participantes, de la República y del propio Estado.

El teatro, la poesía, etc., solo son practicados por las instituciones educativas, como la Escuela Secundaria Técnica No. 16 de Jacala, así, también la música de rondallas de esta institución y la casa de cultura en este mismo lugar.

 hidalguia@hotmail.com 

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