Cultura oral o escrita de Tizayuca

Existen en el municipio leyendas, cuentos, historias, poesías, adivinanzas, etc. Uno de los más famosos es el poema de Gregorio García Reyes:

I.-

La muerte tiene sus leyes,
la mucha nobleza abate,
y Gregorio García Reyes
sobrevivió en el embate.

II.-

Esa sangre fue fatal,
para el traidor hacendado, pues
comisariado ejidal
García Reyes fue nombrado.

III.-

Y este roble hoy centenario,
la lucha agraria sigue,
cabal revolucionario a su
pueblo gobernó.

IV.-

Si letras le han faltado
al pueblo trabajador
a la patria ha ofrendado,
toda su vida y amor.

Gregorio García Reyes ( Gracias Columba García por tu atinada corrección) fue el precursor del ejido de Tizayuca. Durante la guerra de independencia tuvo que sufrir las frecuentes incursiones de grupos armados que, tomando como pretexto la santa causa levantada en Dolores por Don Miguel Hidalgo, se dedicaban a robar y a saquear las poblaciones indefensas. En cierta ocasión se dirigía uno de estos grupos a la cercana población de Tolcayuca. Los habitantes del lugar; temerosos y acobardados por las amargas experiencias sufridas, trataron de esconderse en los lugares que a su juicio podrían brindarles mayor protección. El sacristán de la iglesia, que tenía una hija muy hermosa, no sabía donde ocultarla temiendo que siguiera la suerte de otras varias. De pronto una idea luminosa le asaltó: se dirigió al templo bajó de su peana a la virgen que se veneraba en el sagrado recinto, y en su lugar coloco a su hija ataviada con las mismas prendas de la virgen, entre las que lucía una valiosísimo collar de esmeraldas. Cuando los rebeldes llegaron a la población y se entregaron al robo y al pillaje, un grupo se dirigió primero a la iglesia: lo primero que descubrió su codicia fue el costoso collar. Y cuando uno de aquellos hombres de torva faz y de repugnante apariencia se acercó para arrancarlo, la muchacha, no pudiendo contener el espanto, lanzó un grito de terror. El grupo retrocedió sumiso y respetuoso, y cayendo de rodillas; estaban convencidos de que se trataba de un milagro y, a los pocos momentos, abandonaron el templo apresuradamente.

La feliz ocurrencia del sacristán había salvado la vida de su vida de su hija y el collar de la virgen. Este episodio de la guerra de independencia, aunque no pertenece propiamente a Tizayuca, hemos creído pertinente relatarlo, por tratarse de una de las más bellas leyendas que adornan la historia de nuestro estado. En el mes de septiembre de 1877, se dirigía el señor Prisciliano Pérez a la ciudad de México, montando un buen caballo. Al llegar al pueblo de San Cristóbal Ecatepec, observó que las aguas del largo habían rebasado su nivel e inundaban una extensa zona. Decepcionado y contrariado se encontraba a la orilla de l lago cuando un movimiento brusco de la cabalgadura arrojó al jinete al fondo de las aguas. Este, en su ansiosa desesperación, convoco a la imagen de la Virgen de Cosamaloapan e instantáneamente, empujado por una fuerza extraña logró alcanzar la orilla y salir salvo de aquella aventura que puedo haber sido de fatales consecuencias, debido a que el largo estaba circundando por una barda de piedra bastante elevada que impedía cualquier intento de salvación.

Un aguacero torrencial acompañado de continuas descargas eléctricas azotaba a la población. En la iglesia se encontraban reunidos un grupo de creyentes. De pronto un rayo cayó sobre un grupo de jóvenes que se encontraban entregados a sus oraciones cerca del altar mayor. Pasados los momentos de confusión y cuando todos creían encontrar varias víctimas, con sorpresa comprobaron que todos estaban ilesos y la descarga sólo había arrancado al joven Ángel Rodríguez, sin lastimarlo en lo más mínimo. Este fenómeno eléctrico nos recuerda aquel inexplicable suceso registrando en el Convento del Distrito de los Leones, cuando en cierta ocasión cayó un rayo sobre un grupo escultórico que representaba a San Miguel luchando con Satanás. Después de las descargas, el santo, que momentos que lucía en su ornato vivos colores, había quedado completamente negro, mientras el diablo, que estaba pintado de negro hasta entonces, se había cubierto con una hermosa capa blanca brillante y resplandeciente.

Este hecho, como se recordará, impresionó hondamente a los frailes moradores de aquel retiro y a todas las personas que tuvieron la oportunidad de presenciar la caprichosa transformación de colores motivada por la descarga. Por último, nos viene a la memoria este otro episodio que nos refirió en cierta ocasión el Sr. Julio Pérez. En el año de 1920 y con motivos de la fiesta titular de pueblo, la Junta de Festejos había preparado una corrida de toros que atrajo la asistencia de numerosos vecinos de pueblos cercanos. Entre los muchos personajes que se dirigía a esta población a admirar el acontecimiento  taurino venía, procedente del pueblo de Reyes  Acozac, el Sr. Aurelio Tenorio acompañado de su esposa y de sus dos pequeños, hijos que montaban un manso jumento. La jornada se había realizado sin contratiempos pero al llegar al crucero del Ferrocarril Hidalgo vieron que un convoy se aproximaba, por lo que se apresuraron a sujetar al pollino. Cuento el tren estuvo cerca, el animal se espantó, se desprendió de los criados y fue a estrellarse precisamente contra la máquina, que los despedazó instantáneamente. Los sorprendidos padres, en su angustiosa desesperación, acudieron al lugar de la tragedia, para identificar los despojos de sus hijos, pero al advertir que no estaban, invocaron a la Virgen de Cosamaloapan, suplicando por la suerte de sus pequeños. A las pocas horas recibieron una aviso de la Ciudad de México en el que se les notificaba que el maquinista había recogido dos niños encontrados en la defensa de la máquina, sin que hubieran sufrido ni el más leve rasguño.

Contamos con las poesías de uno de los más ilustres poetas de Tizayuca, si hablamos de Ignacio Rodríguez Galván del cual detalladamente hablaremos mas adelante. Por el momento escribimos algunos de sus poemas:

ADIÓS O PATRIA MIA

I.-

Alegre el marinero
en voz pausada canta,
y el ancla ya levanta con
extraño rumor.
 

II.-

De la cadena al ruido
me agita pena impía,
adiós, oh patria mía,
adiós, tierra del amor.
 

III.-

El barco suavemente se
inclina y se remece,
y luego se estremece a
impulsos del vapor.
 

IV.-

Las ruedas son cascadas
de blanca argentería,
adiós oh patria mía,
adiós, tierra del amor.
 

V.-

Sentado yo en la popa
contemplo el mar inmenso,
y en mi desdicha pienso,
y en mi tenaz dolor.
 

VI.-

A ti mi suerte entrego.
A ti mi virgen Maria,
adiós oh patria mía,
adiós tierra de amor.
 

VII.-

De fuego ardiente globo
en las aguas se oculta
una onda lo sepulta,
rodando con furor.
 

VIII.-

Rugiendo el mar anuncia
que muere el rey del día
adiós, oh patria mía
adiós tierra de amor.
 

IX.-

Las olas que se mecen
con el niño en su cuna
retratan de la luna
el rostro seductor.
 

X.-

Gime la brisa triste
cual hombre en agonía
adiós, oh patria mía
adiós tierra de amor.
 

XI.-

Del rastro del amor
un rayo blandamente
resbala por mi frente
rugada de dolor.
 
 
 

XII.-

Así como hoy la luna
en México lucía,
adiós oh patria mía,
adiós tierra de amor.
 
 
 

XIII.-

En México... oh memoria
cuando tu rico suelo
veré triste cantar
sin ti, cólera y tedio
me causa la alegría
adiós, oh patria mía.
adiós tierra de amor.

XIV.-

Pienso que en tu recinto
hay quien por mí suspire
quien al oriente mire
buscando a su amador.
 
 
 

XV.-

Mi pecho hondos gemidos
 a la brisa confía
adiós oh patria mía
adiós tierra de amor.
 
 
 

La anterior composición fue escrita a bordo del vapor "Teviot", que conducía al autor a la Habana, en junio de 1842. Fue su postre adiós que tanto amaba y que nunca volvería a ver. Por último un mes antes de morir, escribió la siguiente composición.

LA GOTA DE HIEL

I.-

Jehová, Jehová tu cólera me agobia,
porque la copa del martirio llenas
cansado está mi corazón de penas.
 
 

II.-

Basta, basta Señor
hierve incendiada por el sol de Cuba,
mi sangre toda y de cansancio expiro
busco la noche, y en el lecho aspiro
fuego devorador.

III.-

Ay la fatiga me adormece en vano
hondo sopor de mi alma se apodera,
y siéntase a mi pobre cabecera
la miseria del dolor,
 

IV.-

Roncos gemidos que mi pecho lanza,
tristes heraldos son de mis pesares
y a mi mente descienden a millares
fantasmas de terror.
 

V.-

Incierta vaga mi extraviada mente,
busco y no encuentro la extraviada que
sólo descubro  tenebrosa ruta
donde acaba de vivir.
 

VI.-

Yo sé Señor, que existes, que eres justo,
en está a tu vista el libro del destino,
y que vigilas el triunfal camino
del hombre pecador.
 

VII.-

Era tu voz la que en el mar tronaba
al ocultarse el sol en occidente
cuando una ola rodaba tristemente
con extraño fragor.
 

De un autor anónimo tenemos este curioso poema:

En sus mitos religiosos hay milagros, afamados ya que el Santo Cristo crece, ya que reviven ahogados. Un sacristán que a su hija salva de un atentado, pues la cobija en el nicho que ha ocupado, caen sus rayos abrasadores entre los fieles novatos admiraciones menores sólo dañan sus zapatos con dos niños un pollino va a estrellarse  contra el tren, y la virgen sólo vino para sacarlos con bien. Los fieles quieren llevarse su estatua  a Cosamaloapan, "La virgen quiere quedarse y los más fuertes se rajan".

Contamos con dos calaveras que son muy comunes en las fechas de los muertos en el mes de noviembre. Mencionaremos dos de las más sobresalientes. Dejaremos en incógnita a quién se refiere, pero si usted lo sabe no diga nada por favor, solo sonría.

I.-
No sé ni como ni cuando
lo llevaron a enterrar
ya que por andar tomando
la pata vino a estirar

II.-

Estando en su velorio

recuerdo ese triste día
se repartían en pedazos
al que fue presidente un día.
III.-
Y es que tanto interés tenía,
en que se muriera y jun pues
siempre en el can cun
con su secretaria lo veían.

IV.-

Llegó de mundos extraños

esta ave rara y malilla
que pudo ser presidente
sólo por un día.

V.-

Que Dios te de mucha suerte.
que el saber ya nada importa
si llegaste a ser presidente
fue porque  la muerte  presente.

VI.-

Porque Matatiana te tiene
arraigado en sus pasiones
aunque de nada le sirves
te quiere tener en sus panteones

VII.-

La muerte se arrepintió

de llevarlo a su guarida

pues siempre joven lo vio
contento de la vida.

VIII.-

Cantaba y sigue cantando
con una voz emotiva que él
en la presidencia hacía
lo que él quería.
IX.-
Y hoy que se patatió,
a Felipe Reyes le decía,
siempre soñé que la presidencia 
mía sería algún día.

X.-

Soñé con ser Presidente,
se lee sobre su cripta
y se murió de repente
esa calaca maldita.

XI.-

Y no puedo retornar
de aquellos raros caminos
porque derechito fue a parar
a la fosa y sin amigos.

XII.-

Por eso para Omar todito,
en la fosa donde yace
no tiene ni un letrerito
que diga en paz descanse.

Los pensamientos que siguen vienen en un pequeño folleto que edita la Unión de Jubilados y Pensionados.

I.-

Quisimos anotarlos porque denotan
el sentimiento de nuestros ancianos
Benditos sean aquellos  entienden
lo torpe de mi caminar y la poca
firmeza de mi pulso.
 

II.-

Benditos sean aquellos comprenden
que ahora mis oídos se esfuerzan
por oír las cosas que ellos dicen
Benditos sean aquellos que parecen
comprender que mis ojos están
empañados y mi sentido es limitado.

III.-

Benditos sean aquellos que disimulan
cuando derramo el café sobre la
mesa.
Benditos sean aquellos que con una
sonrisa amable se detienen a charlar
conmigo unos momentos

IV.-

Bendito sean aquellos que
comprenden mis fallas de memoria
y nunca me dicen "y has repetido
la misma historia dos veces"
 
 
V.-
Benditos sean aquellos que saben
despertar recuerdos de un pasado
feliz.
 
 
VI.-
Benditos sean aquellos que me
hacen saber que soy querido y
que no estoy solo.
VII.-
Benditos sean aquellos que saben lo
difícil de encontrar fuerzas para
llevar mi cruz
 
 

VIII.-

Benditos sean aquellos que con
amor me permite esperar tranquilo
el día de mi partida.
Lic. Euquerio Guerrero.
Autor.

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