TIZAYUCA

 

Se "fundo" en el año de 1350.

 

"Lugar donde se prepara tiza". Sus raíces son Tizatl "tizonte" o "Tiza" y yo "voz impersonal del verbo hacer" y can "lugar". En nombre primitivo de Tizayuca fue Tizayocan, "lugar en que prepara tiza". Corría en el año 1325, una numerosa tribu nahuatlaca, que desde hacía muchos años había abandonado su patria, la legendaria Aztlán, hacía su aparición en la mesa Central de lo que hoy es la República Mexicana, erizando con sus contingentes bronceados las altivas cumbres que ciñen el majestuoso Valle de México. Sus creencias los habían obligado a abandonar su lugar de origen y a peregrinar para buscar la eterna morada. Caminaban alegres y confiados, con la fe que anima y con la esperanza que consuela, sin importarles las adversidades que a cada paso desgarraban su empeño, sin tomar en cuenta los cansancios ni las fatigas que ya habían troquelado profunda huella en sus severos rastros. La fulminante orden de Huitzilipochtli los empujaba siempre adelante, hasta que su mirada chocara con el signo elegido previamente: "UN ÁGUILA DEVORANDO UNA SERPIENTE ".

Por fin, el 18 de julio de ese mismo año de 1325, dos explotadores de la vanguardia nahoa, los fieles y serviciales Axoluhua y Cuauhcóatl, tropezaban con la señal prometida: en uno de los islotes del largo de Texcoco la silueta de un águila dibujaba en el fondo del paisaje, devoraba a la ansiada presa que en esta ocasión era una culebra próxima a expirar entre las uñas de la regía ave. Habían alcanzado la tierra de promisión, los designios de sus dioses se habían cumplido. Ese mismo día, con toda la solemnidad requerida por los ritos de su incipiente religión, tomaban posesión del munúsculo islote que algunos años más tarde se había de convertir en el asiento definitivo de la orgullosa Tenochtitlán, Fue así como los aztecas, después de una prolongada y penosa peregrinación, tendieron los cimientos de una nueva civilización que muy pronto debería imponerse sobre sus vecinos y que algún día habrían de admirar y de respetar aun los mismos conquistadores.

Corría el año de 1350. Después de veinticinco años de un trabajo rudo y constante la nueva ciudad se había transformado, derramando los primeros resplandores de su futura  gloria sobre los reinos comarcanos. Una pequeña tribu, disgregada del núcleo principal, se dirigía al norte, quizás en busca de mejores tierras o simplemente arrastrada por su inquieto espíritu aventurero. Después de algunos días de haber iniciado su marcha, se detenía el grupo en risueño y fértil valle que invitaba a la tranquilidad y al descanso y fundaba un nuevo pueblo al que dieron el nombre de TIZAYOCAN, es decir, "Lugar donde se hace tiza".

Tizayuca, desde los albores de su historia fue cuna de grandes hombres, a esta región le tocó el honor sido el solar nativo del segundo emperador azteca del abnegado y valiente Huitzilihuitl, "ave de ricas plumas", cuyo gobierno recordamos con admiración, porque tuvo que enfrentarse con el poderío de los tepanecas, a quienes pertenecían las tierras ocupadas por los mexicanos. Tuvo también que atenuar la rivalidad de los tlahtelolcas, celosos del engrandecimiento de sus vecinos, sufriendo con paciencia y resignación las humillaciones de los primeros y el orgullo de los segundos.

No obstante las difíciles circunstancias que contribuyeron a opacar los buenos deseos de este monarca, se le cataloga entre los emperadores ejemplares, pues durante su reinado, que  fue de veinte años, se preocupó hondamente por el progreso de su ciudad, así como de resolver y atender los problemas de sus súbditos, para quienes dictó leyes justas y humanitarias que estuvieran los problemas de sus súbditos, para quienes dictó leyes justas y humanitarias que estuvieran en armonía con sus necesidades y con sus anhelos de mejoramiento y superación. Huitzilihuitl murió en el año 1409, y fue muy llorado por su pueblo. Dejó un hijo, apuesto mancebo, que con el tiempo se había de perfilar en los horizontes del triunfo y de la gloria con el nombre de Moctezuma Ilhuicamina, el ilustre "flechador del cielo".

No nos han quedado vestigios de esta primera época de la historia de Tizayuca, a la que llamaremos precortesiana, pues los únicos restos existentes son los que se localizan en el paraje denominado Tilhuacan, contiguo a la exhacienda de San Miguel, y que según autoridades opiniones pertenecen a pueblos que alcanzaron un alto grado de desarrollo y que desaparecieron en el tiempo matlazahuatl, terrible peste que diezmó a la población indígena en el año de 1546. Durante la dominación española, Tizayuca fue república indígena habiendo sido ofrecida en encomienda, por mitad, a Don Alfonso Pérez Zamora quedando el resto en propiedad de la corona real.

Su superficie en aquel entonces era pequeña, pues no llegaba a catorce kilómetros cuadrados, o sea la sexta parte de la que tienen actualmente. Su extensión territorial actual es de 92.5 kilómetros cuadrados. Limita por el norte con el municipio de Tolcayuca, y al sur y al este y al oeste con el Estado de México. Se encuentra a 19° 50' 21'' de latitud norte y 98° 59' 50'' de longitud oeste del Meridiano de Greenwich, con altitud de 2, 270 metros sobre el nivel del mar.

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