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Origen de las Especies Políticos delicatessen y con títulos nobiliario |
“
Del arroz
y sus delicias”
Excalibur 5 de marzo del 2011 Con
señales de consumo a cargo
de los humanos, hace más de siete mi años, el
arroz originario del Extremo Oriente, llega a las Américas en el
segundo viaje del buen Cristóbal
Colón; a Cuba precisamente. * Senén y Maridolo González –Suárez, citan a sus amigos para deleitarse con una paella largamente platicada desde la última fraguada en Huasca, bajo el patrocinio de Roberto Maqueo Conde, en abril del año pasado.
*
Existen
dos mil variedades de arroz; en un banco filipino
dedicado al estudio y conservación de todos los arroces
existentes, conservan 83 mil variantes. * La
cita para comprobar la
delicia culinaria, fue en la
Quinta Alles, rumbo
a Santa María Nativitas,
allá por Cuautepec, donde
el espacio y las comodidades
son cosa de admirar,
además de contar con todo
lo necesario para que las hazañas de
las cocineras convocadas tengan
éxito. * Hay
tres tipos de arroz y cuatro variantes. Los hay blancos, rojos
y negros. Donde más
saben del tema
viven en la India, China y Tailandia. * El
que nos interesa es el San
Lázaro, cultivado en México,
cristalino, largo, riquísimo. * Para
llegar a este
modelo y receta, se probaron más de cinco marcas
pues la ya archiconocida y dominada Covadonga,
anda en líos financieros y
salió del mercado nacional, quién sabe por cuánto tiempo. * Los
instrumentos para guisar la
paella tradicional son importantes, comenzando por la misma paella, que
así se llama la cazuela
originalmente de barro, con el tiempo y por comodidad, sustituida por la
de metal con fondo grueso que mantiene el calor parejo y evita
requemar el guiso. * Senén conoce
un sitio en Alicante, del sur
español, donde ofrecen a los
expertos 16 tipos de paella
y ni a cuál irle por lo exquisitas que son. * No
hay receta única; sólo
aproximaciones a la perfección
y dependiendo del tiempo,
ganas y dinero a gastar
en los detalles que
redondean un platillo fuera de serie.
Aquí enlistaré
los ingredientes de
esta paella, dejando a la
imaginación y experiencia personal
de los lectores, las cantidades y los tiempos de incorporación
-de cada uno- al cuerpo principal que es el arroz. * En este caso
se combinaron dos tazas y media
de agua por una de arroz. * Pero
antes se frieron las
rebanadas del chorizo tipo Pamplona, trocitos de cerdo y pollo
en aceite de oliva- del mejor que dispongan- se acondicionan los
camarones sin cabeza de
talla mediana, las almejas blancas, el tocino
que tenga algo de
carne, salchichas de puro cerdo
para freír y de las
cocteleras para darle gusto a todos. * Mientras se fraguaba el guiso motivador, para calentar el ambiente Maridolo repartió croquetas de antología y un cóctel de camarones con aguacate como para olvidarse –casi- de la mentada paella. * Senén
-sospecho que le dan comisión- nos
presumió un vino tinto Marqués
del Riscal de gran novedad y
mejor precio en México,
que no esta nada mal y se dejó paladear durante
la espera del festín. * Los
invitados fueron llegando
luego de las dos
de la tarde; todos bien armados con postres
y vinos
para reforzar el
ágape de manera contundente. * Alcachofas
pequeñitas, pimientos rojos y verdes, ejotes pre cocidos
se van introduciendo al
recipiente que ya tiene
el agua total necesaria; ni
una gota más
se pondrá fuera de las originales anunciadas. * La
concurrencia en este
caso, tuvo un cambio de gran
calado pues la convocatoria
pidió la presencia de las Señoras dueñas de las quincenas de
los machines de
consuetudinarios. Lo
cual redundó
en un éxito sensacional y
de paso, fue aprobado el búnquer de los González-Suárez
como lugar confiable y del sano placer. *
Un
momento antes
del paso semifinal, se incorporó una buena ración de pulpa
de jaiba, mezclándola cuidadosamente,
para luego recibir
una generosa mano de azafrán, toque de magia, sabor y encanto
de todo cocinero que se
precie. *
Todo a punto ya con el pan recién horneado, piezas pequeñitas, tequila, por alguna emergencia, y vino blanco por aquellos alérgicos al tinto.
La
música contratada por Arturo García
Mendoza, como fondo, amenizaba
las intensas y profundas conversaciones
del cotarro donde se profundizó
acerca de la inmortalidad del cangrejo y la cuadratura del círculo,
pues con otros temas se puede armar
un san quintín. *
Con
aquel complejo de ingredientes tan
variados y disímbolos puestos al fuego y todos a punto, se
incorpora el arroz, dibujando
una cruz para luego esparcir todos
los granos cuidadosamente y lo
mejor posible pues no se moverán ni batirán mientras se termina el
artístico proceso, * Con
todo en su lugar, se colocan grandes camarones
como adorno y
para el supremo deleite, cerrando
a manera de
cubierta todo la paella. * Unos
cuantos minutos más y se detiene el fuego lento
que alienta desde la mitad del proceso. Se
tapa todo con papel metálico
y mediando unos momentos de
espera crucial y: ¡
A COMER COMO DIOS MANDA!
Y en esta misma fecha, amigos presentes recordamos los primeros diez años del fallecimiento de Alberto Bitar Haddad.
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