Evangelios hechizos, profecías balines, sueños dorados o húmedos, a: j1939t@prodigy.net.mx

Enero 5 del 2022

Los tres dormían plácidamente mientras Él, revestido con ropajes luminosos, charlaba con dos viejos conocidos acerca temas importantes, lejos del mundanal ruido.

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Era el momento crucial de la *Transfiguración; ante el asombro de Pedro, Santiago y Juan, el buen Jesús revisaba con Moisés y Elías, los detalles finales de su estancia en este mundo cruel.

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Los que con el tiempo serían sus apóstoles, vieron cómo el rostro de su Maestro se tornaba en que algo que jamás habían conocido, un viento envolvió la escena y se consumó la Transfiguración que cambiaría la Historia del Hombre para siempre, entonces escucharon una voz que les dijo:

… este es mi Hijo amado; escúchenlo…

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Desde aquellos tiempos lejanos, los humanos han intentado transfigurarse, sin éxito, salvo en México, donde de cuando en cuando, algunos seres escogidos -a saber, por qué- se transfiguran y se convierten en profetas infalibles, poderosos, infalibles y amados por la plebe… hasta nuevo aviso…

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Siguiendo la primicia científica de lo que es en grande, es en chiquito, al decir del filósofo de Güemes, en los míseros territorios apaches, la transfiguración les llega a los agraciados, desde las alturas y el centro del poder en el país desmantelado.

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El misterio insondable rodea la determinación para que cualquier pelafustán sea transfigurado al gusto de su amo y señor y, el resto de la perrada relegada y el infelizaje que pagará muy caro los vicios del nuevo transfigurado, además de su vocación de ladrón consumado, como ordenan los usos y costumbres que nos afición deberá acatar la arbitraria selección, so pena de ser condenado a los infiernos de vivir fuera del presupuesto.

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El esmirriado estado de Hidalgo, ahora mismo vive en pellejo –ya no hay carne- estas arremetidas politiqueras pues, como entre las mulas nomás las patadas se oyen, los que creen merecer el favor divino para darse vuelo, alegan toda clase de abusos y crímenes cometidos por los que se sacaron el tigre de la rifa.

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Los que fueron amadísimos compañeros priístas de toda la vida, de pronto, se transfiguran en ladrones de siete suelas, traidores, corruptos, asesinos, puñales, pirujas insaciables… según las afirmaciones de sus viejos compañeros de partido, andanzas y atracos de los bienes nacionales; pues como son priístas de origen indiscutible, llevan el fierro quemador de la casa en toda la zalea de sus cuerpecitos querendones.

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No se salva ni uno solo; podemos decir sin temor a fallar, que todos son iguales; los une e identifica la mala memoria y la abundantísima poca madre.

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Lo mismo da que se joda el soplanucas de Pachuquilla que el veterano priísta que apoyan desde el altar del tlatoani más mamón y mafioso que haya padecido en el país; si se llevan entre las pezuñas a la ñora cónyuge del ladrón de Coahuila, a nadie le importa pues sobran relevos disponibles en el harem de osorito chón, ese que le gustan los carros usados, eso sí pagados con fondos estatales.

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*Transfiguración: significa: transformación de algo que implica un cambio de forma de modo tal que revela su verdadera naturaleza y cultura…

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En Hidalgo y en el resto del territorio, se usan variantes y derivados de la palabra original, a saber: Tranza, transformer, tapado, travesti, guachoma, machete, máquina de patio, transgresor, traidor, trácala, trotacalles y una inmensa variedad de figuras reveladoras de la triste condición humana de los entrepernados grillos que toleramos… ¿hasta cuándo?

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No todo está perdido, afortunadamente, pues en la recta final del 2021, Hidalgo retiene el primer lugar guachicolero nacional, y el país, sigue con su maravilloso promedio de más de cien muertos por día, gracias a certeras balas, afilados machetes, quemazones oportunas, secuestros y atracos, en fin: una envidiable y variada manera de acabar con el vecino… ¡aleluya!

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Comentando con un grato amigo de tibetano origen ramagama, muy observador, me decía que hay gradientes en eso de los políticos rateros; que no todos se deben medir con la misma vara; por mi parte contesté que sólo era cuestión de oportunidades, pues no es lo mismo ser presidiente municipal de un mísero ayuntamiento, que ser gobernador o mandamás nacional… cosa de oportunidad… se aplica el refrán: la ocasión hace al ladrón…  tú, ¿qué opinas?

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