PERSONAJES ILUSTRES DE TULANCINGO
"Profesor María Rodríguez y Coss. Nació el 19 de marzo de 1823, se dedicó principalmente a la gramática, fue catedrático, literato y miembro de la Real Academia Española. Escribió el libreto de la Opera "Cuauhtémoc", murió el 2 de julio de 1899
Don Manuel Fernando Soto.- Nació el 5 de julio de 1825, se distinguió en la política por sus ideales liberales, defensor constante de la libertad de enseñanza, constituyente del 57 magistrado de la Suprema Corte de Justicia, Gobernador del Estado de México (en aquella época no existía el Estado de Hidalgo). Luchando incansable en la Erección del Estado de Hidalgo, concedida al fin por decreto. Iniciador de la carretera México-Tuxpan. Murió en México en 1898.
En 1863 Aniceto Ortega compuso "Marcha Zaragoza" entonada como himno nacional por los liberales contra Maximiliano que años después le tocarían en Europa las bandas del ejército prusiano cuando estaban en combate contra franceses.
Don Rafael de la Colina. Nació el 20 de septiembre de 1897, fue Cónsul y Canciller de México en varias ciudades de los Estado Unidos del Norte, como New Orleans, Filadelphia, San Antonio Texas, etc.
Don Nicolás García de San Vicente, Nació en Acaxochitlán, distrito de Tulancingo en diciembre de 1801. Ilustre presbítero y gran filántropo, se distinguía por sus dotes espirituales y fue un gran baluarte de la instrucción pública, dejando varias obras de texto. El estado le mostró su gratitud levantándole una estatua en el Paseo de la Reforma en México. Falleció en 1843.
Profesor Isaac González.- Nació en Tetela de Ocampo, vivió en Tulancingo hasta su muerte, publicó varias obras de enseñanza que fueron premiadas en la exposición de París en 1900. En compañía de notables escritores como Federico Gamboa, Luis González Obregón, etc., fue jubilado por el gobierno del Estado en 1922 por sus 50 años de servicio, falleció el 15 de enero de 1935.
Ingeniero Gabriel Mancera. Constructor del Ferrocarril "Hidalgo", filántropo que patrocinó con varios subsidios a la ciudad". Es imposible concentrar a todos los habitantes que han aportado algo para el renombre de Tulancingo, a todos ellos va un agradecimiento especial y una disculpa por omitir sus nombres.