ATITALAQUIA EN LOS IDIOMAS Y LENGUAS DE LOS GRUPOS

 El castellano y otomí dominante.- A don Manuel Rivera Cambas, debemos una extraordinaria crónica del lugar, realizada hacia el año de 1873. "Atitalaquia", dice "agregado a la jurisdicción de Tetepango, estuvo el pueblo y república de Atitalaquia en donde residía por la real jurisdicción un teniente de Alcaldía Mayor. El temperamento de Atitalaquia es semejante al de Tetepango, y aunque también padece de escasez de agua, llueve un poco más lo cual mejora los campos que comprende varios ranchos y haciendas que se logran cosechas de maíz, trigo y otras semillas y también se dedican sus habitantes a la cría de ganado menor destinado a la  matanza, siendo notar que este partido ha sido el ramo principal el comercio porque aunque el terreno produce algunos frutos los fletes impiden llevarlos a los puntos de consumo. En Atitalaquia se padece .escasez de agua no al grado de impedir el cultivo de ranchos y haciendas en que se logran cosechas muy productivas así como lo es también la cría de ganado menor.El otomí es el idioma general y con que administra el cura párroco a muchos indígenas. Sujetándose Atitalaquia, los pueblos de Atotonilco, Zacamilpa y varias haciendas y ranchos. Los terrenos aunque de buena calidad, serían más valiosos si fueran de riego, abundan en ellos el nopal. el maguey y el cardó. Sus montañas calizas tienen algunos criaderos minerales que no se explotan por no haberse costeado su laboreo. Dos leguas al sur de Atitalaquia, hay unas catas que han llevado el nombre de "Minas de Monterrubio" de plata, pero tan pobres que han perdido dinero los que las han trabajado. Cerca de ese punto hay criadero de salitre poco explotado, las maderas que producen sus terrenos son: el mezquite, Perú, huizache, fresno y encino "finalmente señala, tiene un río salado que nace en las barrancas de Hueyepoxtla y entra a la presa hacienda de San Sebastián, Solamente es considerable en tiempos de lluvias y entonces sigue hasta unirse con el río Tezontepec o Mixquiahuala. En cuanto al agua potable, solamente hay un manantial en la orilla del pueblo de Tlamaco, distante media legua de Atitalaquia, siendo los demás salobres. En algún tiempo tuvo algún movimiento mercantil cuando por aquí pasaba el camino que iba al interior de Veracruz; sus actuales medios de subsistencia consisten en la labranza de los campos, las raspa de maguey y el corte de leña para la fabricación de la cal que es conducida a México. El consumo de pulque es muy considerable, por no haber mas que pura agua salada e insalubre".

La llegada del ferrocarril a la zona en el último tercio del Siglo XIX y la industrialización del cemento a principios del siglo XX coadyuvarán en el desarrollo económico de la comarca, no obstante ser la agricultura  y la ganadería las principales fuentes de ingresos en el municipio.

Por el interés que reviste transcurrimos la relación de Atitalaquia de 1580. 

En veintidós días del mes de febrero de mil y quinientos  y ochenta años por mandato del excelentísimo señor Martín Enríquez, visorrey y gobernador y capitán general por su majestad hice yo Valentín Jaso, corregidor de este pueblo de Atitalaquia y sus sujetos a su jurisdicción esta relación para su excelencia los envíe a los reinos de Castilla, a la sacra majestad del rey Don Felipe, nuestro señor, la cual es cierta y verdadera.

 Este pueblo de Atitalaquia está, viniendo de México al norte, situando en tierra llana. Llamase Atitalaquia y quiere decir, en nuestro vulgar castellano: "sumidero de agua" pomponéese de dos nombres y un verbo que son "agua" "tierra" y entrar de suerte que dándole el nombre de castellano conforme a lo que suena en esta lengua mexicana, querrá decir "el entradero del agua en la tierra".

 La noticia que se tiene de los fundadores de este pueblo es, aun para los naturales, inmemorial. Todos concluyen en que son chichimecas venidos de fuera parte para poblar aquí. Son los chichimecas indios medios salvajes que casi parecen ser alárabes, porque estos no siembran ni viven en poblados: viven por cuadrillas y andan en el tiempo y la caza, de un cabo a otro, vagando generalmente, se aprecia lo indeciso de esta jurisdicción de venir de estos chichimecas.

 Los reyes  y señores de México conquistaron esta tierra, donde este pueblo de Atitalaquia y los demás de esta jurisdicción, están asentados. La provincia toda se llama Teotlapán que reducido el nombre a nuestro romance castellano, es lo mismo que: "tierra de dioses". Parece que propiamente le dieron el nombre, aunque bárbaros, porque antiguamente, en toda la provincia no había palmo de tierra, por llano o por sierra, de que estos naturales no se aprovechasen; aunque entiendo que hacía mucho el caso, para esto, el gran cuidado de sus mayores tenían en hacerlos trabajar a lo cual ayudaban también la disposición del cielo y temperamento de la tierra, mediante lo cual toda la provincia les era muy provechosa, y los naturales della, grandes trabajadores y para mucho.

 Esto y la disposición de este pueblo de Atitalaquia y de otros cuatro que son de está jurisdicción, que se llaman Temaco, Atotonilco, Apaxco y Tetlapanaloya, era mucha parte que para que fuese estos naturales de estas tierras aprovechados, así en tierras de temporal, como de regadío, donde cogían y de presente cogen, mucho maíz y ají y otras semillas de que son aprovechados y, entre ellos, tiene valor y precio, Tenían junto a esto, por hacienda principal, la de los magueyes, de que son muy aprovechados por los particulares y muchos aprovechamientos que de ellos tienen. De estos magueyes, que en alguna manera aluden a la raíz que en España se dice zábila, sino que son mucho mayores que tienen por principales aprovechamientos el hilo, más o menos delgado, según benefician y tienen las mantas con que se cubren, tan delgadas o bastas como es el beneficio de hilado. Es género entre ellos, estas mantas, de rescata, por vía de feriarse una cosa por otra, atento que no corre entre ellos moneda. Aprovechándose de estos magueyes para suelas de su calzado, porque antes que viniese los españoles a conquistar está tierra, no se servían de otro genero de cosas para este efecto, sino desto. Es este aprovechamiento del maguey, como son la cepas, en España del vino del cual se gasta grandísima cantidad generalmente por toda la tierra. Hácese sin el vino que dicho tengo, gran copa de miel que se aprovechan todos los cinco pueblos de esta jurisdicción porque se ocupan los naturales la miel que dicho tengo, porque se aprecian más taberneros que no de meleron y además hácese el vino a menos costa y el aprovechamiento del entre ellos es mas común medicinal y dulce, de tal manera que, generalmente se aprovechan mapas Della, para beber, que el agua que por estos pueblos pasa, por que salubre; y como tengan la dicha miel, no echan de menos el agua.

Los vientos más ordinarios que corren por este partido de Atitalaquia y los demás pueblos de está jurisdicción son nortes, por cuya causa los indios naturales de está dicha jurisdicción son recios y de mucho trabajo y andan siempre sanos. En tierra llana la de esta jurisdicción, raza, sin montes. Tiene pocos ríos, aunque algunas fuentes tienen algunos arroyitos que corren y son de provecho a estos naturales; porque son fáciles de atajar. Los pastos de la tierra son buenos; los frutales de este distrito son pocos los de los naturales, porque no tienen otros que los tunales, de que a su tiempo se aprovecha por la copia que de ellos tienen. Hay también, unos árboles que echan unas vainillas, que es género de fruta para ellos, de que aprovechan por vía de entretenimiento y que aluden a los algarrobos de Castilla, aunque no en lo ancho de la fruta. De las frutas de España si la haraganería de los indios no estuviese de por medio, o hubiese quien los comprometiese a que se aprovecharan Della, toda esta tierra es acomodada para sembrar en ella la mayor parte de las frutas que dan en España. De presente, hay, en estos cinco pueblos de esta jurisdicción higueras y cepas, duraznos nogales, albaricoques, perales y manzanos. Todo esto se da bien por estos pueblos, aunque no es tanta cantidad como darse podrían; de los cuales la causa que arriba dicho queda. Hay en estos pueblos, en fin un árbol que da la fruta a la madera de las cerezas de castilla y llaman la fruta a la manera de cerezas de castilla y llaman la fruta desde árbol los naturales, capulines.

 Solían ser los pueblos de este partido de Atitalaquia, en su infidelidad, muy poblados de gente, por ser la disposición de tierra acomodada y aparejada por la multiplicación, pero han venido a respecto de los que eran antiguamente, en gran disminución el día de hoy, por muchas pestilencias, principalmente que por ellos habrán venido y después por la haraganía y flojedad de los naturales, por no trabajar en aquel grado que trabajar solían en su infidelidad. Están poblados, el día de hoy en poblaciones juntas, por disposición del muy excelentísimo señor Don Martín Enríquez, visorrey de esta Nueva España, aunque algunos indios como a hurta cordel, se vuelven a la antigua costumbre que tenían de vivir apartados unos de otros de chozuelas pajizas y en quebradas y en llanos, especialmente si para ellos les ayudaba la comunidad de magueyes que tienen, a donde se determinan de ir a vivir; lo cual es inconveniente y digno de remediar por  algunas razones, especialmente por lo que toca a la doctrina suya.

 Los entendimientos de estos indios diferentes entre sí lo que se va a decir de nobleza plebeyo. Son los nobles, habilísimos, y en su tanto los plebeyos naturalmente tienen los entendimientos rateros, aunque no todos; son más o menos hábiles, unos y otros como su natural desenvoltura lo compadecen. Sus inclinaciones son bajas y sus formas y maneras de vivir son diferentes, conforme a los climas del cielo y disposiciones de las tierras donde viven. Hablan, en los pueblos de esta jurisdicción una lengua de aquí se dice otomí que es bárbara al respecto de la mexicana, y háblese también la lengua mexicana, la cual se introdujo entre estos otomíes desde que los señores de México conquistaron estos pueblos.

Hay de México a Atitalaquia once leguas. Tiene a Tlemaco, Atotonilco, Apazco y Tatlapanaloya, al mediodía. Está Tlemaco a un cuarto de legua de Atitalaquia; Atotonilco a una legua; Apazco, a dos; Tetlapanaloya a tres leguas escasas. Toda esta tierra llana y buena de caminar, pues hay por toda ella carriles de carretas, que van a las minas de Zacatecas y de Ixmiquilpan, Zimapán y otras partes, y como digo, es tierra llana.

Ya dije por que se llama Atitalaquia así Tlemaco que se está luego cabe él, quiere decir "fuego en mano". Quien le puso el nombre, a él y a los demás pueblos, tengo por dificultoso poderlo sacar en limpio. Atotonilco tomó denominación de una fuente de agua caliente que está dentro de sus términos y, así en nuestro castellano se llama este pueblo "agua caliente". Apazco quiere decir "lebrillo" tomó esta denominación desde los primeros fundadores poblaron allí, de una hoya que naturalmente se halló en la fundación de aquel pueblo que, a los que lo poblaron les pareció forma de lebrillo, y así le pusieron. El nombre Tetlapanaloya quiere decir piedra de cal quebrada" tomó esta denominación por unos cerros que hay en este dicho pueblo de mucha piedra menuda de cal. Tendráste pueblo como sesenta vecinos. Los aprochamientos que los  de este pueblo son de muy buena cal y mucha. Hay, en los términos de este pueblo españoles vecinos de México, que tienen caleras, de que son muy aprovechados, ya que se gasta mucha cal en edificios que en México se hacen. Tienen también los padres del nombre de Jesús, unas  caleras en términos de este pueblo de Tetlapanaloya.

Todos estos cinco pueblos están poblados en llano. Tiene Atitalaquia que es la cabecera de este distrito, dos sujetos pequeños. Tlamaco no tiene sujeto ninguno, los pobladores de esta juntos en la cabecera de Atotonilco, como tres leguas. Todos los sujetos pequeños y de muy poca gente. Apazco tiene, sin la cabecera dos sujetos como a media legua del dicho pueblo.  Tetlapanaloya no tiene sujeto ninguno, los pobladores de el son muy pocos, como dicho tengo, y están todos juntos en la cabecera.

Estos cinco pueblos de este jurisdicción parten sus términos con los pueblos que aquí dice: tienen, al norte de su asiento a Tlahuililpa, pueblo que está en cabeza de su Magestad; al poniente de estos pueblos, está Tula pueblo que está también en cabeza de su majestad al frente levante de estos pueblos está Ajacuba, pueblo que está encomendado en Jerónimo López, vecino de la ciudad de México y está Tequixquiac a tres leguas, Ajacuba a dos.

Desde que fueron conquistados estos pueblos de este distrito por los señores de México, no tuvieron señor natural, porque era costumbre del vencedor matar y apocar las cabezas de los señores del pueblo vencido, por lo mejor lo asegurar. Y luego ponían a un recaudador mexicano que tuviese cuenta de cobrar los tributos del pueblo y acudir con ellos a los señores de México. Estos recaudadores que habían este distrito, en la conquista de México y revolución de tierra cuando don Hernando Cortés, Marqués del Valle, vino a conquistarla, se quedaron introducidos por señores de los pueblos que a su cargo tenían y, así quedaron por señores de ellos sin que apurase la verdad de ello. Esto se entiende no generalmente de todos los pueblos, porque en algunos, había señores naturales, aunque pocos, que, aliados con los señores de México y reconociéndoles señorío, se quedaban con el suyo. El señorío que sobre estos se tenía era acudir a los llaniemientos de los señores de México y a darles por tributo aquello que se les imponía, conforme a la disposición de la tierra. El dándoseles esta obediencia, estaban obligados los pueblos que así daban, de tomar por dioses a los demonios que los de México les señalaban y también el cacique ya que las conquistas de los mexicanos se fundaban sobre si se debía de adorar a sus indios, las costumbres de estos naturales, generalmente eran de tiranos; tratar de ellas es proceder en infinito.

 Su gobierno de los de este distrito de que debo yo de dar cuentas, era el mismo que tenían los de México. Remítome, por eso, a lo que el gobierno de México otros dirán, las guerras que estos naturales tenían no eran otras que las de México tenía. Servíanse, de la mayor parte de los naturales de este distrito, por hombres de carga y así los llevaban a las guerras con bastimentos y municiones. Y siendo, sujetos a México, ninguna guerra en particular tenía de que pueda yo dar razón. Peleaban estos naturales con arco y flecha, con espada de navajas y con rodela y con macanas que es un género de porras que en  aquel tiempo usaban.

El hábito suyo es unas mantas, mejores y no tales, conforme el puesto principal indio o plebeyo, que no tenía. Cubría sus vergüenzas con unas bandas tejidas de algodón a manera de rocas de camino, con las cuales, dadas la vuelta a los lomos un poco encima de los cuadriles y anudándolas por las hocejaduras, venían a ser una forma de paneles con que cubren sus vergüenzas los hombres. A estos panetes llamaban ellos Maxtels. Las mujeres tenían unas mantas de algodón o de henequén, que es lo que se hace de hilo de maguey y les daba un poco encima del tobillo y para cubrir los pechos y el resto del cuerpo, hacían un vestido que entre ellos llamaba "huipil", que allegaba un poco encima de las rodillas, con la cual quedaban cubiertas  las indias, desde pescuezo hasta los pies. De estos se ponían las indias uno o dos, un sobre otro y más o menor rico conforme a su posibilidad.

 Los mantenimientos que se usaban antiguamente y de presente usan, eran y son el maíz, frijol, calabazas, ají, pepitas y semillas de pan. Comían gallos de la tierra que en España llamaban gallipavos y no comían gallinas porque temían por el mal negocio guardarlas para la generación. Comían todo género de caza, sin hacer excepción de ella, hasta comer sapos, culebras, ratones, langostas, lagartijas, cigarrones y gusanos. Y no perdían ninguna señora la autoridad de ser señor, por comer de esto que tengo dicho. Y entre ello cuando la ocasión lo ofrecía, comían carne humana sacrificada, pero no entiendo que, sin ser sacrificada primero, de su autoridad la mataba, ellos para comer.

Hoy en estos pueblos de esta jurisdicción, caza de venados y liebres y conejos y no hay caza de volatería, ni hay otro animal bravo ni se ha visto en esta tierra, si no es uno para que parece reposo: a este llaman los indios en su lengua cuyotl; por dañosos para el ganado ovejuno como lo es el lobo de España.

 La forma de las casas es la misma que tienen las de México, hay en los pueblos de este distrito, copia de cal y cantera de piedras comunes. Las casas de los indios, labradores y plebeyos, son pequeñas y bajas; las paredes son un poco más anchas que un palmo. No tienen altos, por la mayor parte, contentas con tener aposento para dormir y aún en medio de el tienen  un fuego a donde hacen comida. Esto se entiende de la gente común.

Ningún pueblo de este distrito tiene fortaleza presente, ni lugar fuerte, ni inexpulgable. 

Los tratos y contrataciones y granjerías de que viven los indios de este distrito son los que tengo arriba dichas.

Es este distrito del arzobispo de México.

Cada uno de estos pueblos de esta jurisdicción tienen una iglesia principal en la cabecera, y en cada uno de sus sujetos otra pequeña.

En ninguno de ellos hay hospital, con renta o sin ella.

 Hay en este distrito solo dos beneficiados: Atitalaquia, Tlemaco y Atotonilco, tienen un beneficiado, Apazco y Tetlapanaloya tienen otro beneficiado.

No hay monasterio de frailes en todo el distrito.

Sin las referidas granjerías de que estos indios son aprovechados, hay la granjerías de las aves de Castilla y de la tierra, la cual es mucha cantidad.

En todo el distrito hay solo dos españoles vecinos de este pueblo de Atitalaquia y, en algunos otros pueblos, residen las personas que los tienen por encomienda.

Esto es lo que entiendo que convenga dar relación de este partido, enviado con ella, juntamente, una pintura donde ven figurando, los cinco pueblos de esta jurisdicción.

Hízose esta relación en este pueblo de Atitalaquia. Halláronse presentes, al hacerla, Juan de Cabrera estante en este pueblo, y Martín Hernández, vecino de este pueblo, y don Gabriel de la Corona gobernador de este dicho pueblo, don Domingo de Rojas gobernador del pueblo de Apazco y los demás gobernadores de los demás pueblos de esta jurisdicción. Y lo firmaron de sus nombres, Valentín de Jaso (rúbrica), Juan de Cabrera (rúbrica), don Gabriel de la Corona (rúbrica), don Domingo de Rojas (rúbrica) don Fabián Cortés (rúbrica).

 

De acuerdo a los resultados que presento el II Conteo de Población y Vivienda en el 2005, en el municipio habitan un total de 66 personas que hablan alguna lengua indígena..

Evolución Demográfica

De acuerdo a los resultados que presento el II Conteo de Población y Vivienda en el 2005, el municipio cuenta con un total de 24,749 habitantes..

Religión

Al año 2000 de acuerdo al XII Censo General de Población y Vivienda del INEGI, el porcentaje de población de 5 años y más que práctica la religión católica es del   96 % y  el   4 %  practica otras como se muestra en el cuadro siguiente:
 

TOTAL MUNICIPAL
19,224
CATÓLICA
18,353
PROTESTANTES Y EVANGÉLICAS
266
HISTÓRICAS
6
PENTECOSTALES Y NEOPENTECOSTALES
56
OTRAS EVANGÉLICAS
204
BÍBLICAS NO EVANGÉLICAS
211
ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
13
IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (MORMONES)
44
TESTIGOS DE JEHOVÁ
154
OTRAS RELIGIONES
113
SIN RELIGIÓN
187
NO ESPECIFICADO
94

 

 

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