SUCESOS HISTÓRICOS MÁS IMPORTANTES DE ATITALAQUIA

Etapa prehispánica.- La relación de Atitalaquia realizada por el corregidor Valentín Jaso, el 22 de febrero de 1580, señala que "...La noticia que se tiene de los fundadores de este pueblo es aún para los naturales inmemorial todos concluyen en que son chichimecas venidos de fuera a poblar aquí; son chichimecas indios medios salvajes que no siembran ni tienen poblado, viven por cuadrillas y andan con el tiempo y la casa de un cabo a otro vagando, generalmente se precian los indios de esta jurisdicción venir de estos chichimecas....".

 Sin embargo no puede descartarse la posibilidad de que el lugar hubiera sido habitado como el resto  de la zona, por grupos otomíes dependientes del reino Mamentl, sitio ubicado en lo que mas tarde sería Tula Xicocotitlán. Con la llegada de los toltecas a la zona, el lugar pasó a su dominio, hasta que desaparecida aquella gran civilización, entró en el dominio de Acolhuas como la mayor de los territorios de la región.

Sin embargo al arribo de los mexicas, el territorio aparece ya como posesión de los Acolhuas, inclusive la tira de la peregrinación , consigna que los Tenochca en su recorrido al Valle de México, tocan Atitalaquia, donde permanecen diez años aproximadamente, del 9 acatl (1111) al 6 calli (1121), para después seguir a Tlamaco, este dato es corroborado por el Códice Chimalpopoca, con alguna diferencia en la designación de los años, pues dice textualmente 9 tochtli. En este año murió Huetzín, rey de Culhuacan. En este mismo año llegaron los mexicanos a Atytlalacyan. Luego se entronizó Nonhualcantzin y en reinó en Culhuacan, así que murió Huetzín 10 acatl, 12 calli, 13 tenochtli. También el Códice Aubín, registra el hecho aunque aproxima la estancia de los mexicanos en este lugar a once años.

 Por otra parte se tienen datos sobre que Acacitli, jefe Mexica, abuelo de Huitzilihuitl; tercer jefes de los mexicanos, fue instalado en Tula, donde gobernó 15 años y le sucede en trono Citlallitzon en Atitalaquia.

Al momento conquista, las relaciones existentes, señalan que, la población de la zona "era extraordinariamente densa, pues los asentamientos eran prácticamente contiguos, con casas por todas partes. La lengua predominante era el otomí pero muchos lugares tenían minorías hablantes del náhuatl. Había quizás veinte o mas estados indígenas, distribuidos en tres provincias tributarias de la Triple Alianza. Por otra parte se agrega que para entonces "estos pueblos (Atotonilco, Tetepango y Atitalaquia) estaban dentro de la zona de influencia histórica de los Tecpanecas. Atotonilco era gobernado por una Calpixqui (cacique) y recibía tributo de Apazco y Atitalaquian.

Época Virreinal.- Atitalaquian es una de las tempranas conquistas españoles del altiplano, pues para 1530, Cortés ya le había asignado por mitad, en encomienda a "dos conquistadores extranjeros, Juan Siliciano" poco después de haber recibido la encomienda murió el primero de los nombrados, motivo por el cual su mitad fue dividida a su vez en dos partes, una para su mujer Ana de Segura y la otra parte su hija. Un año después en marzo de 1531 la segunda audiencia revocó estas asignaciones y la población quedó bajo la férula directa de la corona española. 

  Según lo señala Francisco de A. Icaza, a la viuda de Catalán, que casó en terceras nupcias con Gerónimo Tria, le fue reasignada la encomienda de un lugar cercano llamado Tlamaco, que no fue de su gusto por ser un sitio pobre. Por lo que se refiere a Juan Siliciano, poco se sabe de su vida posterior salvo que compró una mina en el Real de Pachuca, a la que puso por nombre la Siliciana, que se hundió inesperadamente, sin embargo por los datos que obran en el Archivo Histórico del Poder Judicial  del Estado, permaneció en ese Real por espacio de veinte años, dedicado por entero a la explotación de minerales.

 Al crearse el corregimiento de Tetepango, hacia 1540, Atitalaquia y sus estancias pasaron a formar parte aquella jurisdicción a la que pertenecieron hasta el final del virreinato. La evangelización del lugar fue iniciada por los franciscanos de Tula, poco después de su establecimiento en la zona en 1539. De este período procede la antigua fabrica de un templo, que secularizando en 1563, era motivo de importantes reparaciones en 1566, según se desprende de una inscripción existente en la parte superior del coro. A este respecto Hipólito Vera en su Itinerario Parroquial, escribe "su iglesia hizo en tiempos de la conquista y se erigió la parroquia en 1663". Así lo dice el Sr. Cura D. Francisco Gómez, que la administraba en 1569. Estas son sus palabras "la iglesia de San Miguel está tan vieja que se quiere caer, tiene necesidad de reedificarse, está muy necesitada de ornamentos para el culto divino, por haber pocos años que hay aquí ministro eclesiástico" Antes había dicho, que hacía seis años poco más  o menos que había ministro. Tenía entonces esta feligresía 10,000 personas de confesión. El año 1576, el 20 de marzo, era cura de Atitalaquia D. Juan González, natural de México.- En Atitalaquia D. Juan González, natural de México.- En Atitalaquia ha habido dos escritores: Fr. Diego Rodríguez natural de este pueblo, que profesó el militar Orden de la Merced en el convento de México, a 8 de abril de 1613, y falleció en 1637 septuagenario: el Sr. Cura D. José Alejandro Jove, que falleció en 1810, la industria es la agricultura y raspa de magueyes. En noviembre, diciembre y enero se dedica a la matanza. Enfermedades endémicas ninguna.

El historiador José Vergara, en su extraordinario trabajo sobre "El Barroco en Hidalgo" señala la existencia de dos documentos que versan sobre la construcción del templo de Atitalaquia, uno procedente del Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Hidalgo, que corresponde a un donativo otorgado en 1734, "para la fábrica de la iglesia que se estaba haciendo en dicho pueblo y el segundo que proviene de 1738, cuatro años mas tarde, que forma parte del dictamen que el connotado arquitecto Miguel Custodio Duran, realiza acerca de la construcción de la Capilla del Rosario, anexa al templo de Santo Domingo en la ciudad de México, en el que expresa, haber labrado entre otras construcciones, la del templo de Atitalaquia y aunque al parecer hay cierta inexactitud en el dato, Vergara reconoce que por lo menos la intervención de Durán pudo darse exclusivamente en la sección del cuerpo que corre de la fachada hacia el crucero, como quiera que sea la contradicción de tan renombrado arquitecto, es muestra del auge económico en desarrollo en la comarca desde principios del siglo XVIII.

Importante y crecido, dicen los cronistas de la época, era el vecindario de esta región, que aun en 1570 era significativo pues tan solo Atitalaquia contaba con 2815 tributarios que después de las epidemias de Matlzahuatl habidas entre 1576 y 1581 quedó reducida a casi la mitad y disminuyó aun mas entre 1550 y 1600. Censos posteriores nos permiten saber que el repunte en esta materia se alcanza ya en el siglo XVIII, aunque una gran mayoría de sus habitantes eran españoles peninsulares, según se desprende del patrón de 1791.

La ya citada Relación de Atitalaquia que se consigna al final de esta  monografía expresa que "....el virrey don Martín Enríquez de Alamaza dispuso que los indios juntasen sus casas para formar el pueblo, pues estaban desperdigadas, aunque a la fecha  (2 de febrero de 1580) algunos vuelven a su antigua costumbre de vivir apartados unos de otros, en chozas muy pequeñas en los llanos y quebradas" y agrega más adelante ".... sus mantenimientos eran y son el maíz, frijoles, calabazas, ajo, pepitas, semillas.... hacían diversidad de géneros de pan: comen gallos de la tierra que en España llaman gallipavos, no comían gallinas porque lo tenían por mal negocio, guardándolas para la generación; comían todo género de caza sin hacer excepción de ella, hasta comer sapos, culebras, ratones, langostas, lagartijas, cigarrones y gusanos. Ningún señor perdía su autoridad por comer todo esto, y cuando se ofrecía la ocasión, comían, carne humana sacrificada pero no entiendo que sin ser sacrificada primero, de su autoridad matasen ellos para comer... Hay en estos pueblos de esta jurisdicción caza de Venados, liebres y conejos; no hay caza de volatería ni hay otro animal bravo ni se ha visto en este distrito sino es uno que parece reposo: este llaman los indios en su lengua cuiotl (coyote) son dañosos para el ganado ovejuno como es el lobo en España".

 Otro aspecto destacado tanto por la multicitada relación como para la documentación de la época es la relativo al uso e industrialización de la cal, que abunda en estas tierras, la que vendían en la ciudad de México y sus alrededores; el maestro Raúl Guerrero, asegura que muchas caleras de la región fueron propiedad de la Compañía de Jesús. 18

A lo largo del siglo XVII, se conformaron en la región diversas haciendas, algunas con asientos en partidos limítrofes, pero con extensiones dentro del de Atitalaquia, así, de la documentación existente en el Archivo General de la Nación, se desprende la existencia de las de: San Nicolás Buenavista, Clapa, Nuestra Señora de Guadalupe, El Salto y Tezoquipan, dedicadas fundamentalmente a la cría de ganado menor y la agricultura, aunque en algunos casos, se explotaban también yacimientos de cal. Entre los personajes importantes que figuran como dueños de los feudos, está desde luego la marquesa de Tenebrón, condesa de Moctezuma, descendiente del antepenúltimo emperador azteca cuya familia recibió diversas mercedes y privilegios en la zona de Tula.

 En el siglo XVIII, se agregaron a las haciendas existentes en la región, las de San Antonio, San José, Nextongo, San Miguel Chingú y San Isidro Bojay. Don José Antonio Villaseñor y Sánchez, que visitó la región hacia 1746, la describe de la siguiente manera: "Jurisdicción agregada a la de Tetepango es el pueblo y República de Atitalaquia en donde reside por la jurisdicción Real, un teniente de Alcalde Mayor, háyase distante de la ciudad de México, veintiuna leguas por parte del Norte, experimentase su temperamento igual al de su capital y aunque como ella padece escasez de agua, se muestran las nubes mas benignas en su territorio, cuyos campos se registran acompañados de varias haciendas y rancherías de labor, donde se logran las cosechas de trigo, maíz y demás semillas, que siembran dedicándose igualmente sus habitantes a las crías de ganado menor para las matanzas, porque en éste partido no se verifica otro trato, no otro fruto, sucediendo lo mismo en las otras dos jurisdicciones que componen este oficio, porque aunque el país produce algunas especies de frutas, con el motivo de la distancia a México, donde es mucho el consumo de ellas, no las conducen para su expendio, porque la dilatación corrompe la mas en el camino. "Así mismo continua, "en esta cabecera hay iglesia parroquial con cura clérigo, del idioma otomí en el que son administradas doscientas familias  de indios, que la habitan con la de los barrios, que la hacen círculo, sujetos a su gobierno, con mas de treinta familias de españoles, mestizos y mulatos ejercitados en la labranza" y finalmente, escribe "compónese este partido de otros cuatro pueblos que son gobiernos y repúblicas de indios pertenecientes en lo espiritual a la doctrina de Atitalaquia, institúyase el primero Atotonilco, que tiene ciento cincuenta familias, el de Halpanaloya es de noventa y cuatro familias, el de Tlamalaco tiene sesenta y seis, y el de Apasco ciento cuarenta y cinco y en ellos se comprenden algunos barrios, sujetos a cada de estos gobiernos, cuya especificación se omite por carecer de formalidad sus poblaciones, pues hay algunos tan cortos, que apenas los habitan seis u ocho familias de indios".

 Como podrá observarse, para la época en que Villaseñor visitaba Atitalaquia continuaba su pertenencia a la Alcaldía de Tetepango, pero debido a su gran población de indios estaba considerada como república de estos y merced al elevado número de pobladores españoles, la corona le había asignado un teniente de alcalde.

 Dos descripciones de finales del virreinato, resultan muy ilustrativas de la situación prevaleciente en Atitalaquia, la primera procede de la "General Noticia de todas las Jurisdicciones de esta Nueva España, Temperamentos, Frutos, Obispados, Tributos y Tributarios, llevada a cabo en  1784" que sobre Atitalaquia expresa que en este lugar, "de temperamento frío, hay ganado de pelo y lana, jarcias, cal, y pulques, así como una tributación de 6,347"4'9". La otra pertenece a las "Noticias de Nueva España que en 1805 publicaba el Tribunal del Consulado", en las que puede leerse que la tensión en Atitalaquia para ese año (1805) ascendía a 7 778" 3' 6 y contaba con dos ministros y dos capellanías.

GUERRA DE INDEPENDENCIA

Por los datos con que se cuenta hasta el momento, Atitalaquia, no es escenario de importantes batallas durante el periodo insurgente aunque deben registrarse en la zona, las correrías de Julián y José Maria (Chito) Villagrán que operaron entre Huichapan, Tula y Zimapan. 

MÉXICO INDEPENDIENTE

 Concluida la independencia en 1821, Atotonilco, pasó a formar parte del extenso Estado de México, con el rango de ayuntamiento municipal, reconocido  en la Constitución de esa entidad promulgada en 1827 y con esta misma categoría continúo con el Estatuto Provisional de 1885 y en la segunda Constitución del Estado de 1861. Durante la vigencia del derecho de el 7 de julio de 1862, expedido por el presidente Juárez, formó parte del segundo distrito militar con cabecera en Actopan.

Finalmente, aunque Atitalaquia no figura entre los municipios que solicitaron desde 1862 la creación de un nuevo estado, si aparece agregado a los vecinos de Tula, que ratificaron aquella petición en marzo de 1868 y no tuvo como consecuencia, la emisión del decreto de fecha 16 de enero de 1869, que creó el Estado de Hidalgo, al que pertenece desde entonces con la categoría de municipio.

 hidalguia@hotmail.com 

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