CULTURA ORAL O ESCRITA

En este aspecto es muy importante el trabajo de investigación de campo, ya que de este modo se puede obtener información que únicamente se halla en la memoria de quienes tienen arraigo en el lugar y que en la mayoría de las ocasiones se trata de personas de edad avanzada, con el consiguiente riesgo de la información se pierda. En este rubro se logró el rescate de  algunas leyendas, siendo las más significativas la de las monjas y la de los arrieros, la primera, la gente del pueblo la cuenta de la siguiente manera:

"Se cuenta que hace muchos años, pero muchos años, salía una peregrinación del Convento de Atotonilco el Grande hacia el Convento de Actopan y que al pasar por el Chico se tenía por costumbre pasar a visitar a un santo que era muy milagroso, para después seguir su camino. Una de esas tantas veces las religiosas y frailes que iban en la peregrinación, cansados de la caminata, decidieron hacer una parada para reponerse de la fatiga y aprovechar para comer algunos alimentos, en el lugar que hoy se le conoce como La Presa, una vez saciado su apetito sintieron tal somnolencia que decidieron pasar ahí la noche, en el transcurso de la noche, de la cual sucedieron las cosas abominables y al día siguiente arrepentidas algunas religiosas ya no quisieron seguir con la peregrinación y decidieron regresarse, cuenta la leyenda que en ese mismo instante hubo un gran terremoto del cual brotaron las rocas que hoy en la actualidad son las que les nombran "Las Monjas", siendo estas  a la fecha el símbolo de la población".

Una segunda versión de esta leyenda nos dice que las monjas quedaron petrificadas y convertidas en piedra en castigo por haber  incurrido en pecado, y que otro tanto sucedió a los frailes cerca de Actopan.

La leyenda de los arrieros cuenta que en las peregrinaciones que se hacía del Convento de San Agustín en Atotonilco el  Grande al de San  Agustín en Atotonilco el Grande al de San Nicolás el de Actopan en algunas ocasiones se agregaban comerciantes y arrieros que llevaban sus atajos de mulas con mercancías para los residentes de Actopan haciendo compañía a los frailes, y en una ocasión en uno de los descansos que hacían en tierras de El Chico, uno de los arrieros escogió tres piedras grandes, las colocó en forma de triángulo y se fue a cortar leña, al regresar la puso en el suelo y tomó la suficiente para prender la fogata y dejó que se hicieran brazas para calentar su cena.

Una vez que cenaron atizaron el fuego con más leña para que durara hasta el otro día durmiéndose enseguida. A la mañana siguiente al despertar fueron a tapar con tierra las brazas para que apagaran y no causaran daños al monte, al hacer esto vieron que de las piedras se habían desprendido unas gotas de algo muy blanco que  no sabían que era, por lo que decidieron juntar algunas de ellas y se las llevaron.

Al llegar a su destino, los arrieros fueron con sus patrones y les mostraron las gotas de metal que recogieron de las piedras, dicho metal era plata pura, más los patrones no hicieron con el pretexto de ir en busca de otra clase de mercancías para su comercios, durante el camino los patrones actuaron con discreción hasta que en la tercer parada llegaron al lugar en donde encontraban las piedras, de inmediato dieron  a la tarea de explorar los alrededores, no tardando en hallar el sitio donde provenían y que era una cueva no muy profunda.

Ya conociendo el lugar continuaron con su camino y una vez llegaron a Atotonilco el Grande, dispusieron todo lo necesario para denunciar el fondo minero ante las autoridades correspondientes, y así fue como descubrieron los minerales que fue el motivo de la fundación del municipio, conociéndose entonces como Real de Atotonilco El Chico. El lugar donde se hicieron las primeras excavaciones se les conoce ahora como Arévalo.

Los hermosos parajes de Mineral del Chico  han servido de inspiración tanto a pintores como a poetas, que encuentran ocasión propicia para recrearse y lograr de ellos lienzos y delicadas poesías como la que a continuación se transcribe.

I.

¿Quieres tomar aire puro?
¿y pasar un día rico?
visita, por Dios lo juro
nuestro gran parque del Chico.

II.

Es un Parque Nacional
patrimonio de mi estado,
con flora sensacional
y hasta parece pintado

III.

Gran belleza natural
con gran variedad de pinos,
majestuosidad total
para los gustos más finos

IV.

Lugares para acampar
hermosos son a fe mía,
o para ir a disfrutar
en el campo un bello día.

V.

Paraíso de alpinistas
grandes rocas pa' escalar
inclinadas, con artistas
y el placer que da el triunfal.

VI

Presas útiles y hermosas
adornan mi bello parque,
espejos de agua, que cosas
perdonen que lo remarque.

VII

El Cedral y Jaramillo
y la presa La Estanzuela,
al parque le dan más brillo
ahí siempre mi mente vuela.

VIII

En El Cedral ha sembrado
trucha  y carpa pa' pescar,
y me quedé yo asombrado
 hay lanchas para alquilar

IX.

Un bello refugio alpino
casi al pie de Las Ventanas,
para el que a escalarlas vino
y que quedó con las ganas

X.

Un mirador natural 
que de mi chico es acervo,
se mira fenomenal
desde la Peña del Cuervo.

XI

Está muy cerca del cielo
y es para gente con temple
un día claro sin recelo
te juro se ve hasta siempre

XII.

El Chico, bello poblado
con gran sabor campirano,
con sus calles de empedrado
se siente de Dios la mano.

XIII.

Su iglesia y la presidencia
y ese jardín con sabor,
no quieres ni una ciencia
para verlo con amor.

XIV

Los domingos hay tamales
y quesadillas de flor,
de hongos sensacionales
de provincia es el sabor.

XV

Pido yo a la autoridad  
que por mi parque haga algo,
hay que cuidarlo en verdad
pues es belleza de Hidalgo.

XVI

Castiguen a los que talan
pues de México es pulmón,
a mí estas cosas me calan
en el mero corazón

XVII

Mejor ya no les platico
vengan pronto a conocer,
el bello parque del Chico
les juro que han de volver

 hidalguia@hotmail.com 

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