SUCESOS HISTÓRICOS MÁS IMPORTANTES

Al sobrevenir la desintegración del imperio tolteca por las guerras que sostuvieron con los señores de Jalisco, nuevas migraciones de este mismo origen vinieron a establecerse en este pueblo y temerosos de ser atacados por otras tribus, edificaron una muralla que tenía en algunos lugares hasta seis metros de altura, y cuya longitud llegaba a 4,788 metros; por los años de 730 a 740 fue fundada Huichapan por los toltecas y es de suponerse que por la misma época sobrevino la primera ocupación de este pueblo por dicha tribu. Al quedar destruido el imperio tolteca, como queda dicho, una migración de bárbaros chichimecas atacó a los toltecas residentes en esta población, pero fracasaron en su intento, pues los toltecas otomíes se defendieron en su muralla. Entonces los chichimecas, viendo frustrados sus propósitos, establecieron un señorío de Caltepaqntla y se posesionaron de parte del río de Tecozautla; abrieron tierras de cultivo, y como represalia cortaron el uso del agua al sector tolteca otomí, para lo cual construyeron un dique que aún existe  y llevaron su sistema de riego hasta el margen derecho del arroyo del Bedejhé, hasta el punto llamado actualmente Los Arcos.

En 1325 los aztecas fundaron la Ciudad de México y se posesionaron de varios de los pueblos ocupados por los toltecas y otomíes de manera pacífica los pobladores de este lugar se sometieron al tributo del gran imperio mexica, pero hacia el año 1446, con motivo de la subyugación del imperio otomí de Querétaro por Moctezuma Hicamina, nuevas migraciones otomíes vinieron en busca de sus amigos y consanguíneos, posesionándose nuevamente de este pueblo y desalojando algunas de las familias toltecas que no habían establecido lazos conyugales con los antiguos otomíes, estos nuevos habitantes se establecieron al margen izquierdo del arroyo del Bedejhé, donde aún se conserva la casa que habitó el último de sus gobernadores de nombre Roque Jacinto, situada en la llamada calles oscura; en este estado de cosas sobrevino la dominación española, el primer español que pisó tierras Tecozutlenses fue Nicolás Montaño, cacique de Jilotepec, quien por el año de 1551 redujo a la obediencia de los españoles los chichimecas y otomíes, que al mando de un indio llamado maxorro recorría el hoy distrito de Huichapan y el actual estado de Querétaro, maxorro fue abatido por dicho cacique, derrotado  y hecho prisionero, con lo que terminó este primer intento de emancipación con el propósito de evangelizar a los indios de este lugar, fue enviado el primer misionero franciscano fray Juan de Sanabria, por el año de 1535, este misionero fundó el primer convento y los españoles que le siguieron alinearon las primeras calles del nuevo pueblo y construyeron habitaciones de tipo bóveda, que ofrecían seguridad contra los ataques de los indios, los bárbaris chichimecas hostilizaron enormemente al misionero Sanabria, que ya  había encontrado simpatizadores entre los toltecas-otomíes que habitaban el lugar, el P. Sanabria puso entonces, el pueblo bajo el patrocinio de Santiago Compostela, cuya imagen (Santiago chiquito) fue colocado en una ermita en la cima del cerro que por esa causa tomó el nombre de cerro de Sanabria, en memoria del primer evangelizador de los indios del lugar.

La constancia y bondad de Sanabria, de fray Pablo Betancourt, de fray  Marcos de Aguirre  y otros misioneros franciscanos rindió frutos espirituales, consiguiéndose al fin la ansiedad a la evangelización y su mutua reconciliación con los chichimecas que habitan la parte sur de la población, por lo que como una demostración fehaciente de tan noble determinación, se destruyó la muralla que dividía a ambas tribus y a son de la chirimías y entre cánticos y plegarias fue descendida la imagen de Santiaguito de su ermita del Cerro de Sanabria y colocada en su pequeño convento a la adoración publica; de esta manera terminó el estado de guerra por tanto tiempo soportado, y como acción de gracias se adjudicó al pueblo el nombre de Santiago Tecozautla.

El Padre Garciano Agüero, socio honorario del tribunal de la inquisición, ocupó el curato de esta población y adquirió en propiedad el solar donde se levantaba el pequeño convento, se le considera como hombre docto y piadoso, realizó algunas obras públicas de beneficio general, entre  la que se peden citar la terminación del templo parroquial, al que agregó el coro y el campamarop. obras que difieren en arquitectura a la del templo. El atrio parroquial era usado como campo mortuorio, lo que daba un aspecto lúgubre al centro de la población, además de que exponía a los habitantes a la adquisición de contagios en tiempos de epidemia. El padre Agüero construyó al sur de la población el actual camposanto con lo que  quedó corregido este mal, también fue obra de este ducto varón la presa del Dorani cuyas ruinas aún pueden admirarse como una muestra de ingeniería, fue edificada bajo su dirección y dedicada a las ánimas del purgatorio según reza la placa conmemorativa que aún  ostenta , por último, edificó bajo su costo y dirección una bóveda que dedicó a la escuelas de los grupos étnicos jóvenes.

Este benefactor murió en marzo de 1824 a la escritura pública de cesión fue escritura pública de cesión fue suscrita por su sucesor el padre Medalla el 8 de mayo  de 1832, el padre Agüero jugó un interesante papel en el período de guerras de la independencia, como después se verá. Tecozautla al igual que otros pueblos de México, aportó su contingente de sangre a la causa de la independencia Nacional. Sus habitantes desempeñaron un papel heroico en la causa libertaria.

El martes 9 de octubre de 1810, don Julián Villagrán se levantó  en armas contra el gobierno virreinal, secundado en Huichapan por don Cayetano Anaya y sus familiares. Además del coronel don Miguel Sánchez, quien se desprendió de la hacienda de San Nicolás de los agustinos de Michoacán; este coronel en su marcha progresiva ocupó Huichapan en ausencia de Villagrán e hizo cosa igual con los pueblos aledaños invitado el gobernador del sector indígena de Tecozautla,  don Bartolo Fino, a unirse a los grupos insurgentes, aceptó gustoso, abrazó con entusiasmo la causa y se puso a las órdenes de los jefes de Villagrán, Anaya y Sánchez. Los Anayas y los Villagranes recorrían el camino a México y el coronel Sánchez el que condujo a Querétaro, fue así como en una de las correrías, Villagrán intercepto los pliegos que el alcalde de corte de don Juan Collado, conducía a México y que tenían las causas por él instruidas en contra de los corregidores de Querétaro y de los humanos Epigmenio y Emeterio González, por su participación en la conjuración de Querétaro. Estas causas y su actor fueron  llevados a Huichapan y destruidas concediéndole la libertad a Collado.

El viernes 5 de abril de 1811 sale de Querétaro el coronel Castro con dirección a Huichapan, donde llegó el día 10 después de vencer a don Julián Villagrán, quien fue a refugiarse al cerro de La Magdalena (Cadereyta) hasta donde fue perseguido y derrotado, puesto a dispersión el 3 de mayo siguiente, procedió a su reorganización en los cerros de El Doctor (Querétaro) y organizó un asalto en Zimapán, de donde fue rechazado y al retirarse incendió varias casas, asesinó a indefensos vecinos y repuesto un tanto volvió a Zimapán y los sitió durante tres meses, al cabo de los cuales la plaza se rindió y allí Villagrán estableció su cuartel, hizo acuñar monedas con su efigie y dizque se hizo llamar Julián I. Emperador de las Huastecas (este hecho no ha sido confirmado). En estas acciones fue auxiliado por el sector indígena de Tecozautla.

Villagrán y los suyos tuvieron noticias por el padre Correa (cura de Nopala) que también se había adherido a la causa insurgente, de que el virrey Venegas se disponía a enviar un convoy destinado al general don Félix Ma. Calleja del Rey, quien en San Luis Potosí organizaba  una brigada para dar batalla a las huestes insurgentes. Dicho convoy conducía parque, armas y vituallas, venía custodiado por 500 hombres puestos de acuerdo los guerrilleros y resueltos a intentar un asalto e interceptar tal convoy, fue avisado el gobernador Fino de este lugar, quien se dispuso luego a organizar sus contingentes, para este objeto ordenó a su clarín órdenes Domingo Guxfí que tocara llamada de tropa y generala y una hora después se congregaba en la plaza pública el contingente deseado, compuesto de más de 500 hombres entre los 18 y los 10 años de edad, se conformaron varios grupos a cuyo frente se puso a los caballeros más distinguidos como don Casildo Mendoza, don Ignacio Llovizna, don Cayetano Martínez, don Nicolás Herreros, don Andrés Díaz, don José Antonio Blanco, don Felipe Tendido, don Ignacio  Chirimoya, don Florentino Martínez y otros.

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