TEZONTEPEC EL GRANDE

NOMBRE DEL MUNICIPIO

Centro Médico Quirúrgico Santa Elena

Según interpretación de los primitivos  Códices, en el año 671 de nuestra Era, los Toltecas fundaron las ciudades de Huejutla, Tulancingo, Tula y Huichapan, para indicar sólo lo que corresponde a Hidalgo, provenientes del reino de Huastecapan. Es opinión fundada de algunos historiadores que los Toltecas tuvieron contacto con la raza blanca desde antes del arribo de los españoles. Hasta opinan que talvez algún Obispo católico le enseñó el culto de la cruz y algunas tradiciones de la religión católica, además de avanzados oficios artesanales cuyos vestigios se han encontrado como piedras talladas y la función de metales, aplicando nombres a ese personaje misterioso que llegó del arcano y partió por el mismo rumbo donde vino, lo han llamado Quetzalcóatl.

Conforme a "Los Anales de Cuautilán" (Obra del Lic. Alfredo Chavero) Tollan Tula llegó al Pináculo de su grandeza hacía el año de 974, habiendo sido gobernado por once mandatarios . Los toltecas formaban una tribu de la rama Nahoa y poseían tres características bien definidas: el idioma, la religión y el calendario. Era un pueblo esencialmente agricultor al que se atribuye el cultivo del maíz, además eran buenos artistas. Al emigrar de sus lugares, ensancharon su imperio llegando hasta Teotihuacan donde encontraron ya edificadas las famosas pirámides consagrándolas de inmediato a sus divinidades: la mayor a "Tenatecutli" el dios sol; a "Tezcatlipoca", la diosa de Luna; y a "Quetzalcóatl", lucero de la tarde ocultado en la penumbre.

Otra rama de los mismos se extendió a Chollolan (Cholula) donde construyeron pirámides originales que aún se conservan, iluminados por la técnica de las anteriores. A la extinción de los Toltecas, que habían vivido siglos, llegaron los Chichimecas posesionándose del territorio desocupado sin tener la menor oposición y habitaron, entre otros lugares,  el de Tepeapulco, donde existen aún las ruinas de lo edificado por estos señores, con simétricas pero achatadas pirámides. Otros se diseminaron por Huascazalollan y Atotonilli, (Huasca y Atotonilco el Grande), este lugar significa: "Lugar de agua caliente", a Molango, "Lugar de dios Mulli" y por Meztitlán.

En cuanto a Tezontepec, antes del advenimiento de los españoles, el pueblo primitivo, estaba situado en la falda del cerro del Tezontle, que se ubica donde actualmente se encuentra la "Colonia Benito Juárez". En este aspecto, en documentos que se conservan, en el Archivo General de la Nación, se dice que en "Tezontle"; desde 1300 bajaron de la cima, olvidando sus cavernas y chozas formadas con tezontle, pencas de maguey  y que había quedado definitivamente establecida con las aldeas de Tepeapulco, Tepetitlán, Tlanchochapa, Tlaltecahuacán, Tlealtipa, Huayapan y Guilguastle, congregaciones indígenas de las tribus que habían venido del norte en gran número y que eran rancherías acomodadas en los terrenos laborales a la usanza  primitiva, productores de cereales y cacería.

Este diseminado vecindario contaba con una dilatada llanura que se prolongaba de cerro a cerro, con sus "Tlealtipan", jagüeyes, con sus "Hueyapan", lagunas hondas, con su "Xochihuacán", vergeles y con diversas "Huatontlin", veredas, entonces primordiales para una convivencia común y primitiva. Hacía el año 1530, Tezontepec ya no era un pueblo de raza Azteca pura, (Nahoa, significa: gente que se explica y habla bien), sino una tribu de razas mezcladas: aztecas, chichimecas y otomíes, sojuzgada por el señorío de "Tizantloca", Tizayuca-; este, a su vez, tributario de "Acolhuacan", Texcoco, de raza Tecpaneca  y por este motivo había entre  los pueblos intentos de disputas sangrientas. De donde se deduce que el pueblo actual extendido en la planicie de este inmenso valle, aparte de haberse iniciado su desalojo del cerro en tiempos anteriores, como ya se dijo , se debe propiamente a que en tiempo de la conquista española se inculcó la conveniencia de fundar los pueblos en terrenos planos que facilitan su urbanización.  Pero como los Religiosos Agustinos, desde su llegada a estas tierras hacia 1540, se preocuparon por la construcción, de lo que se llama "obra negra" y el historiador. Don Fortino Hipólito Vera, por su parte, dice que para 1571, ya vivían los padres agustinos dentro del Convento.

Guiados por estas noticias, se sabe que los habitantes de Tezontepec primitivo, formado todavía de indígenas, bajaron poco a poco a tomar posesión del terreno plano y se dieron a la tarea de construir un "Pueblo Nuevo" y así empezaron a llamarlo. Con la plaza del centro reservando un terreno que debería corresponder a la iglesia comprendiendo el atrio. (los indígenas fueron acomodándose en derredor del formidable edificio religioso). Los planos de la construcción hicieron como los demás conventos de la región, provistos de rigurosa y firme mampostería, trazados de ordinario bajo la inspiración de las fortalezas españoles y quizá planeados por un mismo arquitecto. En cuanto que eran escasos estos señores profesionistas que, además, eran frailes agustinos, como lo hacen notar el Padre Cuevas, S.J., en su magnífica historia de la iglesia en México. Por eso se advierte que la contextura general coincide en sus lineamientos uno y otro convento de esta región y aún con los edificios de la Ciudad de México. Cabe considerar que con atinada ponderación, la adelantada inteligencia de aquellos indígenas primitivos que, por una parte, aplicaban los nombres a sus pueblos aprovechando las características geográficas de cada lugar y empleando palabras significativas de su propio idioma.

Tal signo de civilización resalta mucho más porque en la Biblia (antiguo testamento) se nota que para aplicar nombre a los pueblos y aún a las personas, se tomaban en cuenta determinadas características circunstancias, así se aplicaban nombres generalmente descriptivos. Por otra parte, en la misma línea, se considera también la ayuda eficiente que presentaban "los naturales" en la mano de obra de los religiosos. Estos elaboraban la parte intelectual con planos, cálculos y medidas, pero los ejecutores materiales generalmente eran los propios nativos, dirigidos por maestros albañiles españoles y otros indígenas. Al pueblo conocido ya como "Tezontepec" arribaron los españoles como dominadores y dieron a la religión en posesión de "Encomienda" a un español influyente llamado Baltasar de Obregón.

Las encomiendas fueron introducidas en México por Hernán Cortés entregando a sus soldados en posesión los pueblos dominados, con sus grandes extensiones de terreno. La encomienda en aquellos tiempos, consistía en el otorgamiento del poder civil y militar del gobierno vigente a una persona determinada, haciéndola beneficiaria de un territorio para que lo gobernara, dominara e impusiera las rentas que debía canalizar a sus arcas. (En España estos dominios se llamaban "Condados" con posesión y jurisdicción). El nombre de "Tezontepec" se le conservó al pueblo por largos años, pero los nuevos mandatarios añadieron el adjetivo de "Grande" resultado "Tezontepec" el Grande", con la finalidad de distinguirlo de otro Tezontepec de la región y que ahora se le conoce como "Tezontepec de Aldama", situado en la región de Tula y que posee las mismas raíces Nahoas. (Este caso, es similar a otros pueblos del mismo Estado de Hidalgo, como lo es Atotonilco el Chico).

Reiterando que el pueblo de "Tezontepec", en sus inicios que fue formado paulatinamente en la falda del cerro de Tezontle por una raza advenediza Nahoa, espigamos pinceladas de su historia en el Códice municipal ya mencionado, como sigue: "La tradición cuenta que hacia el año de 1290 llegó cierto individuo nómada, de quien se ignora su procedencia pero que buscaba tener un lugar fijo para su estancia y descansar de sus fatigas. Cansado ya de esas andanzas, decidió instalarse en las faldas del "Cerro Colorado" tratando de protegerse de las rachas invernales del norte. Se refugio tal vez en alguna cueva, pero en cuanto le fue posible, construyó con elementos rudimentarios ahí mismo la primera choza, que venía a constituirse en la aurora azul de un pueblo y una raza. Debieron pasar algunos largos años para que otras personas aventureras recorrieran al lugar y guiados por el mismo proceso el iniciador, se instalaron en las cuevas que abandonaron después para construir sus chozas rudimentariamente pero que sirvieron ya para formar la primera comunidad.

Pasando un tiempo indefinido, cuando el conglomerado de familias era ya regular, se reunieron en consejo y decidieron aplicarle el nombre de su misma lengua, aplicándole, de común acuerdo, el de "Tezontepetl" o "Cerro de Tezontle". Es obvio que para la formación de un pueblo, cualquiera que este sea, deben pasar no solo años, sino siglos. Fenómeno que se ha observado en todos los tiempos y pueblos de la tierra, ya no iba a ser Tezontepetl la excepción, sino que su canción de cuna la escuchó al principio en los vientos que se deslizaban por las faldas del cerro Colorado y en los cenzontles que saltaban bullangueros entre los órganos de garambullo y cuando se hubo desarrollado, se deslizó como jugando en su niñez, por la pendiente, para venir a refugiarse, después de otros siglos, a la sombra del majestuoso Convento Agustiniano, donde escuchó sorprendido, otros nuevos cantos unidos a la Palabra de Dios. Esta apreciación que parece canto de arrullo o rasgo de romanticismo es la realidad, porque en aquellos misteriosos silencios de la historia venía a instalarse la voz sonora del cristianismo que despertaba a un pueblo que era idólatra, o no tenía deidad.

Por otra parte, consolidada la población que aún pertenecía al Estado de México, nueve años antes de la desmembración de aquel territorio para establecer el naciente Estado de Hidalgo, Tezontepec el Grande, logró la categoría del Municipio por Decreto expedido del Congreso de la Unión Nacional el 29 de Septiembre de 1860. De tal manera que cuando el Estado de Hidalgo alcanzó su soberanía en 1869, ya Tezontepec era una floreciente entidad municipal que se desarrollaba vigorosa en su autonomía y quedaba incorporada dentro del espacioso nuevo Estado, formando cuerpo macizo con los damas municipios. El municipio, conforme a la densidad étnica de sus habitantes, puede aumentar su categoría a la de "Villa", que es intermedia con la de "Ciudad" gozando de mayores prerrogativas debido a la multiplicidad de casas y familias.

Pasando el tiempo, tomando en consideración diversos factores positivos, el Congreso de la Unión del Estado, con fecha 13 de Noviembre de 1912, en medio de calamidades y dificultades por las que atravesaba la nación a causa de la revolución armada, decidió por unanimidad de votos elevar a Tezontepec a la categoría de "Villa". Con esta aplaudida aplicación adquirió el flamante nombre de VILLA DE TEZONTEPEC ,dejando a un lado el adjetivo de "Grande" y queda fuera de toda confusión con el otro municipio hermano que a su vez recibió el nombre de "Tezontepec de Aldama". Los señores mandatarios del estado de Hidalgo, han gobernado por períodos diferentes, obligados por las circunstancias. Unos ocupan la primera magistratura por muy pocos días, mientras que otros se posesionaron por largos años convalidando la reelección. Este fenómeno de prolongación tuvo lugar en 1912, con el Señor Gobernador General Pedro L. Rodríguez, que se reeligió por tres ocasiones manteniéndose en el poder durante dos largos años imitando el procedimiento reeleccionista de quien lo había elevado al trono con el famoso "dedazo", Don Porfirio Díaz.

Don Pedro L. Rodríguez había iniciado su reinado placentero el primero de Abril de 1901 para abandonarlo hasta el 13 de marzo de 1913 en que ya se luchaba cruelmente por la "No Reelección", cuando vino a sucederlo  Don Ramón R. Rodríguez. Volviendo de nueva cuenta a Tezontepec, cabe también recordar en sentido histórico que toda cadena de personas con investiduras de Presidentes Municipales han desfilado por sus salones palaciegos  desde 1860 en que esta Comunidad fue elevada a la categoría de Municipio. Larga, como inútil, sería la lista de esos respetables señores si nos propusiéramos enumerarlos, parece suficiente mencionar que por este municipio han pasado 59 honorables Presidentes incluyendo al actual. Como va relacionada la jurisdicción parroquial con la municipalidad, aprovechamos puntualizar que hasta 1960 la Parroquia atendía pueblos del Estado de México, pero cuando se instituyó primaveral diócesis de Texcoco, los pueblos pertenecientes al Estado de México, por convenio jurídico dictado desde Roma, pasaron automáticamente a la jurisdicción de la Diócesis recién erigida y Tezontepec quedó reducido a su mínima expresión, quedando a la orilla del Estado de Hidalgo con unas pequeñas colonias que comprenden la jurisdicción civil. Estas son: Colonia de Guadalupe, (antes la reclamaba en lo eclesiástico el párroco de Téllez, pero con fecha 15 de Mayo de 1987 definió el Sr. Obispo que fuera entendida por Tezontepec como lo había sido antes.

Las Colonias de Acozac, Cantera, El Tejocote, Tlexpan, El Capulín, Jaguey de Arriba (este solo es el rancho), Jagüeycillo, Morelos la de Benito Juárez (que es la mayor y al pie del cerro Colorado de Tezontle), Chamverluco y Rancho de Santa Elena. Para su comunidad social, la cabecera se encuentra repartida en barrios. Aparte del "Centro", se cuentan, el de San Gerónimo, San Juan, Santiago, La Virgen y El Calvario. Se dice que estas distribuciones se llevaron a cabo por conveniencia de las labores de sembradío y se crearon desde 1740. Según consta en la Historia de México, unos años después de la conquista, había azotado el terrible del "Matlszahuatl" que diezmó a los indígenas, aunque no perdonó tampoco a los españoles. En 1736, por motivos inexplicables volvió a extenderse la epidemia mortal sin que se contara con remedio para contrarrestarla, y volvió dejar hogares completamente vacíos. Los españoles que quedaron y que tenían alguna inclinación por la agricultura, como la enfermedad había azotado también a la Ciudad de México, la abandonaron y se dispersaron por las provincias de todo el País.

Por tal motivo Tezontepec se vio invadido de varias familias entre las que pueden citarse por ser las más numerosas en la entidad, los Orozco, Canales, Valencia, Ortiz, González, García y Lamadrid. Troncos genealógicos que se entrelazaron co la raza indígena y criolla que perduró desarrollándose una nueva madeja de sangres renovadas, y se observaron de inmediato sus ventajas: las humildes y antihigiénicas chozas, fueron sustituidas por verdaderas habitaciones de mampostería, amplias con soportes y techos de vigas y "terrado". El campo, la agricultura floreció sustituyendo el sistema de sembrar "a piquete" por el sistema de "áspero y arado egipcio". Se aportó ganado vacuno y las aguas del "Papalote" se emplearon para el regadío.

Villa de Tezontepec, es un pueblo cauto, tranquilo, pacífico y progresista en el que sus moradores están dedicados al trabajo del campo, de la industria y el comercio que son pilares fuertes para su economía y lo han hecho superarse en un considerable nivel cultural, cívico, material y espiritual. Se precian sus habitantes de mantener incólumes las costumbres que les heredaron sus antepasados. Es normal, que todo pueblo de este suelo mexicano que se ha contagiado con las luchas sociales y revolucionarias en todas y cada una de sus repercusiones, que ha habido algunos moradores que por diversas circunstancias han cometido fechorías y determinados abusos, pero puede considerarse circunstancial, y   esporádico.

No puede negarse que los atractivos de la ciudad son pocos, porque Tezontepec se gloría de poseer un magnífico templo con su convento, que desde prolongados siglos han constituido en el corazón de la entidad, ornamentados, con un atrio de envidiables dimensiones en el que se admiran en sus cuatro esquinas unas preciosas "pozas" coloniales que continúan prestando sus servicios litúrgicos en las solemnes procesiones eucarísticas de la parroquia.

 hidalguia@hotmail.com 

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