Tulancingo muestra los Carnavales de Hidalgo 2016
Luis Felipe López Monroy
Fotos: Yolanda Rivera Estrada y Luis Felipe López Monroy
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Tulancingo, Hgo., febrero 7 de 2016.- Carnaval, particular celebración de antes de la cuaresma cristiana. Los cánones morales son sin pudor despedazados por la gente que se disfraza y utiliza música y cantos estruendosos y excitantes durante el evento. Lo antecesor al carnaval son dos fiestas ofrecidas, una al dios Baco, y se llamaban bacanales; y la otra se llamaba saturnalia, en honor a Saturno, dioses del vino, y de la siembra y la cosecha respectivamente. Carrus navalis, era un carro marino o naval que se utilizaba en esa época para ofrendar a Baco. Mientras que carnestolendas, como también se lo llama al carnaval, proviene de "caro", carnes, y "tollo", tapar, términos que parecerían aludir al disfraz.

La costumbre de arrojarse distintos tipos de elementos también fue heredada de los romanos, quienes se divertían tirando con fuerza confites de menta, rosa o anís a la cara de los transeúntes; de aquel habito fue que se adoptó el papel picado. Pero este, como lo conocemos hoy en día, tuvo su origen en una imprenta de París. Allí, un obrero que perforaba pliegos de papeles de colores, al ver caer los redondelitos sobrantes los juntó y se los regaló a su hijo; el obsequio no sólo causó sensación entre los niños sino también en los adultos, quienes comenzaron a encargarle bolsitas de papel picado para arrojarlo durante los días de carnaval.

El carnaval se funde con elementos aborígenes cuando llega a América. en un crisol se incorporan toques de cada región, distinguiéndolo en cada zona. Desde la época de la colonia y hasta nuestros días,  los carnavales huastecos, con sus bailes y mascaradas son famosísimos, y en algunas partes de nuestro estado se disfrutan, se admira, se observan con vistosos. fastuosos  y coloridos disfraces.

La fiesta se nutre gastronómicamente, así que, sumada la gastronomía con la danza intensa de los participantes y la música, la celebridad tiene un toque mágico, místico, litúrgico, demostrando que está fuertemente arraigado en algunas zonas de Hidalgo. Por ejemplo, en el municipio de Alfajayucan es conocido por el juego o guerra de naranjazos, momento que es aprovechado por los habitantes para resolver diferencias personales, en la que al término de ésta, los contrincantes, unos de El Boxtho, y otros de la comunidad de El Espíritu, se vuelven a dar la mano como si nada hubiese pasado. Antiguamente este duelo era ¡¡¡a pedradas!!!

En Huautla, la alegría es cosa de un jocoso personaje, el diablo demanda que la gente se divierta, por lo que los habitantes en cuadrillas, toman las calles danzando, bebiendo y comiendo, olvidando sus sentidos durante los días de carnestolandas, "el diablo o demonio no es aquí un ente maligno, sino una dualidad, en la mejor tradición indígena, exenta de la separación judeocristiana entre el bien y el mal: es, al mismo tiempo, señor del día y de la noche, bueno y malo, que cura y embruja, que propicia maíz, si se le sabe inducir hacia la fertilidad agrícola.