13 de mayo de 2019

…me gustaría volver sobre el coraje, esa gran virtud… tengo un ejemplo cercano…durante mucho tiempo (y no hace demasiado) a mi madre y a mí nos amenazaban por teléfono…cada vez que atendíamos, un individuo de voz gangosa decía:… “los vamos a matar a los dos”… un día contestó mi madre, que ya estaba postrada en cama… escuchó la amenaza y con toda tranquilidad contestó: …“vea, matar a mi hijo, un hombre viejo y ciego que sale todos los días solo a la calle, no es una gran hazaña… en cuanto a mí, tengo más de noventa años… de modo que si no se apura… por ahí me le muero antes…” jlb*

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*Jorge Luís Borges. “El Palabrista”

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Una ciudadanía consciente, con tantas noticias tristes contradiciendo los dichos del profeta madrugador, incapaz de reconocer los desmadres que causa tratando de cambiar lo malo encontrado -a sabiendas- ahora que ya está en la realidad nacional y que se niega a abrir los ojos ante el paraíso prometido, mañana tras mañana y que jamás llegará, amerita relatar otras cosas ajenas a esta situación abrumadora.

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En los sitios donde existen pirámides gigantescas, tumbas colosales, bardas increíbles y otras construcciones donde la imaginación vuela intentando encontrar el cómo lograron esas civilizaciones, sin herramientas poderosas y tecnología como la que ahora disponemos, tales monumentos.

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Así sean ruinas en Machu Pichu, Tiahuanaco, Baalbec, Nazca, Stonehenge, Giza, el Kemerovo siberiano, en Escocia, Japón y China o México y otras más, en todas los vecinos presumen que fueron construidas por seres de otros mundos, provistos con herramientas desconocidas y recursos científicos más allá de lo creíble, no dejan lugar a la creatividad de aquellas personas de remotas culturas capaces de crear semejantes maravillas, impulsadas a saber por qué motivos, creencias e intereses. Todo lo quieren explicar mágicamente, lo cual desmerece –injustamente- el valor supremo del trabajo de sus creadores terrícolas indudablemente.

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Descreído, como soy, estando frente casi todas estas mega obras que conozco directamente, hago a un lado las leyendas regionales y las que saturan los medios cibernéticos que dan cuenta detallada de los extraterrestres llegados del espacio infinito aleccionando a los obreros de cada continente para que levantaran -contra todo razonamiento- lo que parece imposible de realizar por manos humanas.

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El tiempo invertido, la creatividad, los sitios exactos escogidos, la desmesura de las piedras utilizadas, las distancias recorridas para reunir los materiales en el sitio de cada obra, entre otros detalles, solo me han dejado un silencio respetuoso y admiración profundísima por el talento de la Humanidad cuando se propone consumar lo imposible, como es el caso de cada una de estas ruinas, a cual más sorprendente e incomparable.

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Ruinas hay de trece mil años, otras de diez, muchas de cinco y tres mil, las nuevas apenas de dos mil, forman un catálogo testimonial cronológico en los cinco continentes y a saber las que aun falten por encontrarse.

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Las rocas talladas, ajustadas milimétricamente, van desde las dos toneladas hasta las cuatro mil y pico como las rusas de Kemerovo que, además, están elevadas a 40 metros. Antes de encontrar en la Siberia del sur este monumento, las piedras talladas más grandes conocidas eran la de Baalbec, en Líbano que rondan las 1200 toneladas y dan vida a un templo románico único en el mundo por sus dimensiones y elegante belleza perdurable.

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Suceden cosas maravillosas… en Acatlán hay una casona arruinada con árbol que se derrumbó donde anidaba una familia de búhos; la pareja dueña del nido lo abandonó con sus polluelos recién nacidos… estos desplumados pajaritos ahora los tiene Yacelín Monserrat en su cantón alimentándolos cada cuatro horas, con un total al día del 25 % de su peso con atracón de ratones que se despachan los polluelos... cuidados profesionalmente por esta encantadora y dedicada estudiante de veterinaria; tal vez, antes de un mes ya vuelen por su cuenta y riesgo en la misma región donde nacieron, según lo convenido… suceden cosas maravillosas de cuando en cuando…

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En las viejas guerras era costumbre sitiar la fortaleza enemiga quitándoles el agua, suministros de alimentos y asilando a sus habitantes hasta lograr la rendición por las buenas o por hambre y sed, nunca fallaba el procedimiento… algo así están haciéndole a don sosa castelán con la Universidad de Hidalgo bajo su férula… cerrándole las fuentes de dinero sin que importe los que fenezcan en el procedimiento por falta de oro y plata para sobrevivir... el rival tiene todas las de ganar, pues para el peje vengativo estas maniobras son sus viejos procederes y no lo amedrentan, ni conmueven los estragos causados por sus caprichosas órdenes, las que ahora aplica a diestra y siniestra contra sus enemigos fifís, mafiosos, conservadores y otras linduras que le dan aplausos de la plebe sedienta de venganza… lástima que para eso le sirva el poder… lástima…

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Pasó a la Historia gritando, en la Universidad de Salamanca, durante la Guerra Civil Española un individuo brutal, josé millán-astray:

¡Muera la inteligencia!... ¡Viva la muerte!

Y, en esas andamos cuando vemos cómo se apapacha a los maestros traidores, además de los líderes venales y a los jorobados -de tanto agacharse— ante el falso profeta…

…muera la inteligencia… viva la muerte…

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