Junio 17 de 2018

Yo no deseo conservar ni recuperar la juventud, no solo porque es imposible, sino porque me interesa y apasiona crecer, desarrollarme y perfeccionarme como hombre.

No quiero detenerme o retroceder a etapas que ya viví, cuando el presente y el futuro me traen ideas, emociones y sorpresas que gozaré con la mente y el corazón educados a través de toda la experiencia de mi historia.

Mi niñez, juventud y madurez, a su tiempo, cumplieron su papel. Las disfruté y ahora matizan la percepción cotidiana de mi realidad.

La Belleza, la Verdad y el Amor me envuelven y saturan. Crear y recrearse en la belleza, saber y servir, son placeres crecientes que no me conviene canjear por añoranzas estériles.

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“…para mandar hay que saber hacerlo…”

decía mi bisabuelo y, a sus hijos Cristóbal, Raúl y Martín (su hijo, mi bisabuelo Martín García) les inculcó el trabajo en la fábrica, las haciendas, al igual que el  amor por la familia y la religión católica.

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El bisabuelo Martín tenía cuatro haciendas: San Francisco Londres en Singuilucan, donde nació y en Jalisco, Veracruz y Huajomulco, en Tulancingo. Dirigió la construcción del casco de la hacienda, el establo, los corrales y la huerta de hortalizas para el consumo de la casa. El establo tenía vacas lecheras, rebaños de ovejas, gallinas, pavos reales adornando los jardines, había seis manantiales, todo era un bosque en esos tiempos cuando llovía seis meses al año, la vida era muy en familia; se practicaba  la cacería al estilo inglés con trajes muy elegantes y jaurías de perros entrenados.

La casa familiar en Tulancingo estaba ubicada en lo que ahora es el Episcopado, cuya construcción también dirigió Martín García; el mosaico de los pisos fue importado desde Barcelona, como las puertas y vidrios biselados estilo francés. El olor de la caoba me hace recordar siempre esa casa con sus muebles de la misma madera.

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Hace muchos años el mundo se estremecía por los acontecimientos revolucionarios rusos; un himno recorría el espacio proclamando el futuro glorioso de la humanidad:

“…agrupémonos todos…en la lucha final…

el género humano es la Internacional…

ni en dioses, reyes ni tribunos…

está el supremo salvador… nosotros mismos realicemos… el esfuerzo redentor…

para hacer que el tirano caiga…

y el mundo esclavo liberar…

soplemos la potente fragua…

que al hombre nuevo ha de forjar…”

Quien podía imagina que ahora la madrecita Rusia recibe a los futbolistas del mundo en una fiesta colorida y vista universalmente, que ya no tiene el miedo receloso a los viejos tovariches, a pesar de que su actual mandamás, Vladimiro Putin, encarna las mejores virtudes de los tiempos más oscuros revolucionarios de pepito estalin. Así es la vida.

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“…su mayor ilusión era la fábrica textil que fundó “Los Ángeles” cotidianamente a las seis de la mañana, terminando el desayuno, se presentaba en la factoría  para perderse entre las máquinas, que eran su deleite…

… José Pánfilo García Muñoz, su tío, lo apoderó al frente de todos sus bienes entre haciendas y ranchos en el estado de Hidalgo…

…La hacienda Exquitlán, se rumora que fue un proyecto de Gustavo Eiffel, el mismo de la torre de París, se destacaba por el estilo francés de la fachada, los pisos, canceles y muebles. La escalera principal es de fierro desmontable. A su dueño, Pánfilo García –le atribuían más de cien propiedades y negocios- a pesar de toda su fortuna y saber -hablaba inglés y francés- era un hombre sencillo que gustaba recorrer su latifundio y estar al tanto de lo que acontecía…

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…vivía en una casa al lado de Exquitlán, pues la mansión principal fue terminada en 1909; el buen Pánfilo murió  en septiembre de 1907, antes de terminar el palacete con todo y la capilla de cuatro torres, la huerta bardeada de cinco hectáreas con ojo de agua incluido, con perales, manzanos, chabacanos, ciruelos higueras nogales, melocotoneros y parras por todo el espacio hacendario, logrando un conjunto  encantador…

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…en la entrada de Exquitlán, al centro, hay una fuente, una escalinata y el portón principal; la fuente tiene un ángel sosteniendo una lanza, esto es causa de polémica pues de un lado es un diablo y del otro un ángel. Entrando a la huerta  hay unas jaulas, quiero pensar que, en un momento dado, fue un zoológico. Cuando Pánfilo salía en su carruaje, los arillos de las ruedas al chocar con las piedras sacaban chispas y la gente se asustaba, de ahí que para muchos tendría fama de temerario.

…don Pánfilo, tuvo una hija llamada Jesusita, aún se recuerda uno de sus cumpleaños cuando de regalo fue a la joyería “La Princesa” muy reconocida en la Ciudad de México, y le pide al  encargado que le muestre un aderezo de brillantes; el empleado le enseña una pieza engarzada con circones, Pánfilo que no es ningún tarugo, se enoja con el individuo que pretendía engañarlo, pues Pánfilo era instruido y consiente.  Llegó el dueño de la joyería y ofreció el aderezo de brillantes; satisfecho Pánfilo preguntó el precio: 5 mil pesos oro. El hacendado saca la viborilla y paga el valor con monedas de oro.

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Vienen los tiempos difíciles… la revolución, el agrarismo y sus saqueos.  Mi bisabuelo Martín García, falleció antes que don Pánfilo; la heredera, tía Jesusita, supuestamente adoptó a un tal Gelasio; cuando muere tía Jesusita, el feliz Gelasio hereda todo; llevando desde entonces una vida ostentosa, con grandes fiestas en Exquitlán hasta su muerte…

…nadie sabe para quién trabaja…

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… El agrarismo expropia los ranchos y haciendas; en el caso de Exquitlán la convierten en cuartel militar; al paso del tempo el gobierno la pone a la venta comprándola una prima de mi abuela, la tía Trini García y, durante muchos años ahí siguió viviendo la familia…

…de las fincas de Pánfilo García salían diariamente trenes cargados de pulque rumbo a la ciudad capital del país… en esos ayeres circulaba la plata y el oro…

… no sé dónde quedó la fortuna, pero sí sé que Exquitlán es un lugar donde pasé parte de mi infancia, con las tertulias de la tía Trini, mi madre, mis tías, mis hermanos y toda la familia... tiempos inolvidables quedaron plasmados para siempre y, es bueno decirlo, que todavía con la descendencia familiar continuamos viviendo esos hermosos momentos, recordando y teniendo presentes a todos…

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“…cuando tenía 7 años era costumbre ir a la casa de la abuela materna: María García y Soto, le decíamos cariñosamente Tatita… en su recámara tenía un cuadro con las fotografías del bisabuelo Martin García López, y del abuelo Guillermo de la Torre Arroyo… siempre me decía Tatita: -es mi papito y es tu bisabuelo, y tu abuelo Guillermo a los cuales hay que quererlos mucho, pues fueron muy buenos…

…mi abuelo Guillermo dela Torre, murió  causa de la llamada influenza  española en 1912  (*) experimentaron con él una vacuna contra esa gripe, matándolo… dejó tres hijas sin  padre, Guillermina de la Torre García –mi madre- y las tías Amelia y Paz; mi madre de 9 años, era la mayor…

…el abuelo dejó un rancho pulquero de 130 has, y una casa en 5 de Mayo en la Capital, de unos 1500 m2, la que rentaba a unos empresarios judíos fabricantes de ropa para niños, prácticamente era de lo que vivía la abuela Tatita con las tres hijas…al paso de los años les vendió la casa a sus inquilinos y con ese dinero construyó varias casas en las calles de Doria y Juárez, en Tulancingo…

… me gustaba amucho platicar con mi abuela, de su niñez, sus recuerdos  de que sus primeras palabras fueron en inglés, ya que tuvieron dos institutrices, una de Boston y otra de Minnesota; pese a tener 16 gentes a sus servicio en la casa paterna, Tatita y sus  hermanas tenían la encomienda de aprender las diferentes labores de la casa, como cocinar, limpiar y demás responsabilidades porque el bisabuelo decía: …

… para mandar hay que saber hacerlo…

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Estos pasajes íntimos, familiares, de un Tulancingo y sus celebridades idas ya,  son narrados por Antonio Hornedo de la Torre, fiel testigo de esa Historia de la que ya también es parte inolvidable. ¡Gracias querido Toño!

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(*)En los tiempos de “la bola” séase la falsa revolución mexicana, cundió esta enfermedad llevándose medio millón de almas por todo el país.

Los historiadores de esa mortífera época, presumen un millón de muertos a causa de la revolución, lo cual es falso de  toda falsedad, tratando de magnificar esa temporada de crímenes sin nombre. La triste realidad es que de ese millón alardeado, a 500 mil se los cargó la gripe (*) otro cuarto de millón se fue a vivir al país del norte, sobre todo gente de Zacatecas, Durango, Chihuahua y, si acaso, otros 250 mil fenecieron de hambre persistente  y plomo de alta velocidad disparado por los metidos en la bola, sin saber de qué se trataba ese rico mole de olla.

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(*) A mi abuelo paterno, cuando llega de Iberia en pos de sus hermanos ya radicados en Guatemala, al cruzar la frontera por las estribaciones del volcán Tacaná, lo pescó la mentada gripe; ahí está enterrado.

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Wences Angulo no participó en este espacio  -como acostumbra- porque le pidieron allá, en Las Alturas, les echara una manita los jurgolistas mechicas en sus andanzas por la madrecita Rusia. Como es un asunto peliagudo ustedes sabrán disculparlo.

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