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Excalibur
“…grandes discursos En eso termina todo lo relacionado con el turismo en Hidalgo y sobre todo en la comarca herida de Tulancingo, donde no hay nada de nada para la burocracia alejadísima que da los presupuestos publicitarios por encima de los reales intereses de los afectados por la carencia, precisamente, de publicidad adecuada. * Me causó pena ajena saber que, para la secretaria del ramo, los “guajolotes” son un importante atractivo turístico de Tulancingo (Ruta 18.XII.09) junto con la mentada catedral que, bonita, bonita, no es como para darle más de un repaso en toda la vida, y tampoco las arruinadas ruinas de Huapalcalco, con eso de la “cultura tolteca” tan desconocida como demeritada entre las masas que solo les interesa “divertirse” a como dé lugar, dejando para otros sectores eso de la arqueología, los tesoros virreinales y otras coas que con una visita, se cumple ese cometido que, a casi nadie interesa, mucho menos a los jóvenes con ganas de pasar un rato agradable dentro de sus siempre reducidos presupuestos fin semaneros.
* La comarca que va desde Singuilucan a El Tejocotal, englobando Agua Fría, Apulco, Cuautepec, Acaxochitlán, Santiago y Tulancingo tiene potenciales turísticos atractivos para casi todo público; siempre y cuando se organicen los interesados lejos dela sombra fatal de la “autoridá incompetente” que todo lo mete en rollos tan insípidos como idiotas como esa mamilona frase “Hidalgo en la piel”.
* El Turismo, así con mayúscula, debe ser repetitivo, que vuelvan una y otra vez los miles y miles de clientes potenciales que están a cien kilómetros y menos, de estos parajes con todo para encantarlos con una gama variada de actividades, que van desde subir en globo, pescar, nadar, escalar, montar, correr entre otras tantas posibilidades de atraer a los clientes de manera familiar, individual, en paquetes pero que sepan que, por estos rumbos, tendrán siempre cosas interesantes por hacer, conocer. * La información debe ser muy clara con servicios y precios que no escondan sorpresas ingratas para el visitante, coordinada para que todos participen, desde el hotel bien establecido, hasta los puestos de antojitos bien instalados, higiénicos, ya sean a la orilla de las presas y lagunas, como al pie de otros sitios donde suelen llegar los turistas, ahora sí tendrán interés en conocer templos y ruinas de haciendas pre porfirianas y precolombinas, mientras otros disfrutan de una pista de gokars, de paseos a caballo, de piscinas donde las hubiera o puedan instalarse, algo más que el vetusto El Molino, pescar, esquiar en fin: un potencial inagotable, siempre y cuando se organicen las “juerzas vivas” dijeran los revolucionarios de antaño.
* Este modelo ha funcionado en Europa, en Estados Unidos y otras latitudes donde, el Turismo, sí produce riqueza que se reparte entre la población toda, pues bien encaminado el proyecto, casi nadie es ajeno por contacto directo o derivado. No hay que inventar el agua tibia ni rehacer el mundo; es asunto de sentido común y ganas de hacer las cosas, no por mera latida de los que llegan a los puestos clave únicamente por cuatachismo, pago de favores y compromisos casi siempre bajo la cuerda o de plano inconfesables. El Turismo en Hidalgo, tiene como destinatarios a los ciudadanos empobrecidos, de los que salen en bola los puentes y fines de semana, de cuando en cuando, pero como es una enorme cantidad y a tiro de piedra, el flujo puede ser importantísimo, al grado de convertirse en una palanca de riqueza más allá de la mera sobrevivencia, a la que está condenada, por ahora, la cuestión turística por estos lares.
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“…el andar tierras y comunicarse nos dice el trotamundos, Wences Angulo
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