Los Ahorritos
La Política en Tacones

De Pilar Ramírez Ramírezramirez.pilar@gmail.com

5 de junio de 2008

          Hace casi una década llegó a la televisión el concepto de reality show o telerrealidad, género televisivo en el que aparentemente se muestra lo que le ocurre a personas reales. El productor holandés John de Mol fue el creador del formato, inspirado en programas como los estadounidenses An american family en el que una cámara seguía la vida de una familia, Cops que mostraba a policías durante su jornada de trabajo y el programa The real world de la cadena MTV. Estos antecedentes sirvieron a de Mol para producir en 1999 The Big Brother o Gran Hermano, cuyo éxito hizo que se adaptara en más de 70 países.


          Surgió así un gigantesco negocio televisivo que tiene como premisa mostrar distintos ámbitos de la vida de personas desconocidas, del ciudadano medio que salta a la fama gracias a la magia de la televisión. Desde entonces han aparecido una gran cantidad de programas con diferentes temas y formatos. Está el tipo de observador pasivo como el Big Brother, la cámara escondida que graba bromas o situaciones chuscas para divertir a su público –donde el ingrediente jocoso suele ser el ridículo de los embromados- y los programas de concurso.
        

         Los temas también se han diversificado. Están los programas tipo encierro como Confianza ciega, El bar y el mismo Big Brother; los de búsqueda de empleo, donde los participantes deben someterse a las reglas de su potencial empleador, como El aprendiz; los de cambio de imagen personal como Extreme makeover que modificaba la apariencia de personas que no tenían motivos de gratitud con la naturaleza, mediante cirugías estéticas, Fashion emergency que con cambios cosméticos y de atuendo transforman la presentación de los participantes; Enchúlame la máquina, en el que un auto casi chatarra queda como nuevo o Esta casa es una ruina que consistía en cambiar radicalmente la imagen de las casas elegidas, y los realitys para encontrar pareja como The Bachelor. Los programas de supervivencia fueron también muy vistos como El conquistador del fin del mundo, El desafío y Nómadas.


         Un formato que ha tenido un gran éxito en la televisión mexicana, claro, copiando formatos probados en otros países, ha sido el del espectáculo artístico tipo concurso, con producciones para muchos gustos: La Academia, Cantando por un sueño, Bailando por un sueño, Bailando por la boda de mis sueños, Bailando con las estrellas y El circo de las estrellas.
El tema de las mejoras a la salud se ha introducido con gordos que deben perder peso, de éste hay varias ediciones: El premio gordo de Colombia, Cuestión de peso en Argentina, los estadounidenses The big fat y The biggest loser que transmite actualmente la cadena NBC, el cual ha superado los 13 millones de audiencia, y la versión mexicana ¿Cuánto quieres perder?
 

         Los estudiosos de los medios han dicho que los realitys son un género porque no son enteramente realidad ni ficción, tampoco caben en otros géneros como el drama, la comedia o el espectáculo. Le llaman hiperrealidad televisiva. Eso lo podemos entender, porque quienes deseamos bajar de peso, por ejemplo, difícilmente tendremos a un nutriólogo de cabecera, tampoco podemos dejar de trabajar para dedicarnos a bajar de peso y generalmente no ganamos más que nuestra propia satisfacción cuando lo logramos.
 

         Es posible también que los realitys tengan un éxito inusitado por nuestra vocación de voyeuristas, porque los problemas o temas sociales no existen si no les vemos cara y les escuchamos voz, razón que puede explicar también el éxito de programas de ayuda social como Teletón o Juguetón. Siendo así, los productores de televisión le harían un gran favor al gobierno federal si se deciden a llevar a la pantalla algunos realitys que le describan la cara mexicana de la crisis. Aquí les van unas sugerencias: Tragafuegos por 365 días, Sobreviviendo en la selva del asfalto como limpiaparabrisas, El pequeño aprendiz o ¿Por qué no apruebo el examen Pisa?, Operación salario mínimo o ¿Cómo sobrevivir en el supermercado?, Mexican idol o ¿cómo ganar puntos de popularidad? y ¿Cuánto quieres perder en poder adquisitivo?


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         Una madre de familia que conozco podría ser candidata ideal de alguno de esos realitys, sostiene a una familia de tres miembros con mil quinientos pesos al mes, en una zona urbana; como el aceite acaba de subir casi al doble compra rabadillas de pollo con mucha grasa, la deshace y la utiliza como grasa para guisar (supervivencia y desafío a la naturaleza), pasan meses sin que pruebe más proteína que el huevo; si el azar quiere que a su casa llegue un poco de carne o fruta es para el hijo adolescente que estudia secundaria y la señora no sabe qué talla es porque hace años que sólo se viste de lo que le regalan. Me pregunto si esta familia, como la que nos pinta el anuncio de Pemex, estará haciendo sus ahorritos para adquirir sus petrobonos que son baratos (a cien pesos por bono) y por primera vez darán parte de las ganancias de la paraestatal a quien adquiera los bonos ciudadanos. Eso sí es hiperrealidad.


 

 

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