El
espectáculo más grande del mundo
Excalibur José Manuel
Toscana
Muere
Cuitláhuac, enviruelado, al inicio de la Conquista de México; los
tlatoanis de Tacuba, Chalco, Texcoco, tienen dos candidatos para
sustituir al muertito al frente de los aztecas.
Uno, hijo del apedreado y muerto Moctezuma, el otro, Cuauhtémoc.
Sale ganador Memo y, lo primero que hace es darle matanga a su rival, siguiendo
la tradición prevaleciente hasta nuestros días donde quitarse de encima
a los rivales, a como de lugar, es asunto sin mayor relevancia. ¿Verdad
Colosio? ¿Verdad Ruiz Massieu?
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Furiosa, la señora, le reclama al marido: “—Te dije que llegaras
ENVIAGRADO, no embriagado.
&&&
Cárdenas, el presidente mexicano conocido como “Elabión” mandó
a calacas a 27 diputados y un resto de gobernadores, entre otras mil
arbitrariedades y actos de prepotencia, solamente por sus tompeates, así
dijera, colgándose de la bandera, disque era por el bien de la patria.
Memito Cardenitas, el hijito, parásito del presupuesto, vividor de la
inmensa fortuna familiar y del nombre de su progenitor, ha vivido como
mago bajo la sombra del generoso árbol priista, hasta que se le antojó ser
presidente del país, pues creía que ya le tocaba y, como no le hicieron
el gustito, se levantó para enarbolar la bandera disque por el bien de la
patria.
Los ejemplos de los bienhechores de México, son incontables, ahora, salen
otros pelafustanes con el mismo rollo: colgándose de la bandera
y disque por el bien de la patria.
En los paupérrimos estados donde dejamos la existencia, sucede otro tanto
en menor escala pero igualmente viciado.
¿Se acuerdan, aquí en Hidalgo, cuando el “príncipe idiota” abandonó al
partidazo porque “no le daba oportunidades” luego de haber sido
diputado local y federal, senador, delegado en la ciudad de México, donde lo
corrieron por ladrón y tarugo, empresario balín, patrón futbolero
y otras linduras como metemanos en patronato del Valle del Mezquital?
Así son los ingratos y, en esa lista de ojales coloquen a Camacho Solís, al
matón Guadarrama, Andrés López y otros mil que, disque por amor a
la patria, se salen de la filas donde les dieron de tragar, fama, fortuna
sin medida pero, las ambiciones puede más y miren los lío se vecindad donde
estamos metidos, muertos de hambre.
&&&
La vergonzosa, infamante, imagen de miles de atarantados paisanos
correteando un camión vacío, adorándolo cual fetiche sagrado pues
alguna vez las vaticanas posaderas ahí encontraron asiento, es una
manifestación de lo más absurdo, triste y reflejo fiel del extremoso
estado de frustración donde están inmersos la mayoría de los
manipulados mexicanos. ¿O no? Eso si es grave, preocupante.
¿Eso nos merecemos? ¿Eso somos? ¡Qué jodidos estamos! y como dijera el
corsario: ¡Viva Dios!
&&&
Sesenta diputados federales priístas estaban en contra de cortarle el
pescuezo al tabasqueño fraudulento, según el conteo previo a la
presentación del inculpado en la Cámara. Eso lo hubiera puesto al margen
de todo conflicto.
Pero, debido a la pedorrata que lanzó a diestra y siniestra, el farsante perdió
la gracia de los que ofendió sin medida y razón. Que con su veneno
se lo coma.
&&&
Contemplando el espectáculo más grande del mundo, (antes era el circo)
desde una de la siete colinas romanas, creado en torno a la muerte del Papa, san
Pedro le dice a Jesús: “--recuerdas Señor, que éste negocio lo
iniciamos con un burro”
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Peló gallo el Príncipe Charro de Mónaco, opacada su muerte por la feroz
competencia vaticana, el suertudo chapito, dejó su reino de opereta,
ruleta y barajas, a sus jijuelas, las princesitas destrampadas y su
heredero Albertico, que no rompe un plato.
Hace algunos años, el legendario casino andaba haciendo agua, un golpe de
fortuna cambió el destino de los Grimaldi, familia de mercenarios
y piratas de largo, tenebroso, linaje.
Otro bucanero moderno, Aristóteles Onasis, armador griego de buques sin
bandera, metió una corta pero valiosa feria para poner a flote las arcas
esmirriadas del casino principado, a cambio de lavar su lana y tener
nacionalidad monagesca, además del chance para estacionar en el
reducido puerto, la fragata guerrera convertida en el yate Cristina,
nave fastuosa, [.1][.1]alguna vez surta frente a las playas de Vallarta, allá
en Jalisco.
Ya con el barco a flote, Rainiero, buscó una trepadora social y, Grace Kelly,
hija de un próspero alarife gringo, convertido en banquero, llegó a un buen
arreglo con el insignificante principito: Ella aportó lana de sobra en la
Sociedad del Mar, así se llama el antro y él, le ofreció el soñado
título nobiliario de Princesa. Un perfecto matrimonio de conveniencia.
Cual debe ser.
Pues a éste parásito social, ni su muerte le dejaron disfrutar, para su
desventura, coincidió con la de Juan Pablo II y con la boda del mi
primo, otro príncipe idiota, Carlos de Windsor y Camila Rodwailer. Eso sí
es mal fario.
&&&
Olaff, dotado desde su más tierna infancia, con una voz privilegiada para el
canto, nos deleitó con un par de melodías debidamente coreadas por
malvivientes reunidos en los fastuosos salones del Hotel La joya, en
Tulancingo, el sábado recién consumido.
De mancebo, fue la delicia de incontables chavalas que se derretían
cuando el ahora respetable viejo, adornaba saraos, gallos y otras
manifestaciones de amor juvenil. No se qué le habrá pasado a Olaff.
Y, con la siempre explosiva presencia de Toño García, se sortearon
regalos chafas, pues de las dos televisiones solamente vimos las cajas de cartón
y un teje-maneje con los números y boletos “ganones” que, como siempre,
nadie supo, nadie sabe, dónde quedó la bolita.
Pero, eso si, en el estacionamiento del hotel, varios carrazos recién
mercados, esperaban a sus felices dueños, todos integrantes del comité
desorganizador de la legendaria pachanga anual donde amigos, compadres, cómplices,
compinches, fraters y demás formas delincuenciales de rotunda amistad,
nos encontramos gozosos, entusiasmados, por el simple, categórico, hecho de
sobrevivir a los muchos años acumulados en campos de batalla inverosímiles.
&&&
Le dice la tortillera al filósofo: “—No haymasaya”
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Solamente por saludar y disfrutar del perfecto trabajo del
taxidermista personal del incomparable amigo, muy querido y respetado, Tachis
Urrutia, valió la pena estar presente en el reciente Octavo Concilio
Tulancinguense, momento que fue aprovechado por otros expertos en conservación
etílica, como Blas, para obsequiar consejos de cómo llegar a un primer
siglo y, al igual que ellos, seguir tan campantes. ¡Felicidades!
&&&
Cunde la decepción entre los vecinos de la región al comprobar que ni uno de
los cargos importantes dentro del nuevo gobierno estatal, recayó en un
tulancinguense.
Así que el frío político hace de las suyas trayendo pulmonías fulminantes a
más de uno que sentían ya estaban en el paraíso y con derecho de
pernada en el presupuesto que, caray, que no sólo del canto
vive el grillo.
&&&
Nada más por deformación profesional, desde los tiempos idos del gobernador
poblano Alfredo T. Fernández de Lara, he concurrido, sin falta, a la
presentación de los planes para desgobernar a la humillada entidad, de los
candidatos a gobernador, senador y diputado, incluidos los presidentes
municipales.
Luego, ya trepados en las sillitas, regresé a las pachangas integradoras
de los planes estatales para el desarrollo, bla, bla, bla, de todos y cada uno
de estos tan simpáticos como cínicos personajes, sin que hasta la fecha, mis
pispiretos ojitos, contemplen UNO SOLO de estos temas, realizado.
Presiento que, con Mario Marín, nada cambiará; están limitadísimos los
fondos disponibles, casi tanto como las ideas realizables y las ganas de hacer
algo en serio. Ojalá me equivoque de cabo a rabo. Ojalá.
&&&
Roberto Maqueo y Wences Angulo
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