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Los Valientes José Manuel Toscana: Excalibur Fogatas, quemazones, incendios, hornazas, chamusquinas, rosas y jazmines, a: j1939t@prodigy.net.mx
Atraído por la humareda y ulular de las sirenas, algo insólito en los espacios donde va conociendo personajes dignos de todo respeto, Wences Angulo vio cómo se controlaba un incendio en el Averno* donde el mantenimiento de las calderas es peor que el de la Línea 12 del Metro capitalino.
** *Se rumora que Satanás gasta todo el presupuesto en pura propaganda electorera ** Con el valor y arrojo que fama y gloria le dieron merecidamente, un hombre desplazó al mismísimo Lucifer y sofocó las llamaradas que amenazaban derretir las arreboladas nubes. Diestro, don de mando, voz rotunda y a la par serena, ordenó la estrategia indicada a sus camaradas, que lo han seguido durante su terrenal existencia, y ahora como residente en el más allá. Pronto, dispuso el orden en que las nubes dejaran caer su preciado tesoro líquido sobre las llamas infernales; también controló el rescate de los diablos menores atrapados en el siniestro. No se quemó ninguno; por lo cual, el Jefe Supremo de los Malos, agradecido, le entregó el Trinche Dorado, como medalla al valor demostrado. **
Evodio Alarcón García, nativo de Cuautepec, es el personaje admirado aquí y allá; cuando el desastre fue controlado, Wences se identificó con el Comandante Alarcón, comentaron los tópicos de actualidad, recordaron sus tiempos en Tulancingo y, a pregunta directa de Angulo, contestó el Jefe Evodio: -el mundo está en llamas y no sé si podré apagarlo… como logré hacerlo en más de 6 mii conflagraciones en las que participé*
El once de abril en 1950, el fuego prendió en la Ferretería Arroyo, en pleno centro de Tulancingo; la participación heroica de los empleados de la empresa, de los vecinos y bomberos llegados desde otros cofines, lograron contener el desastre que se llevó algunas vidas y dejó heridos graves.
El acontecimiento cimbró a la sonriente población y, los dueños de la ferretería, conscientes de la participación de los afectados en primeria línea cambió el nombre que, desde entonces se llama “Los Valientes” y es una referencia inolvidable de lo que logra la comunidad cuando se une por una buena causa. ** En 1948, “La Sirena” tlapalería y ferretería ubicada en el centro de la Capital Federal, se quemó totalmente; fallecieron 12 bomberos y más de 20 civiles. ** Tulancingo, desde aquellos tiempos, cuenta con Bomberos de gran capacidad y entrega al servicio de la sociedad; es ejemplar su desempeño a lo largo de todo el año, atienden percances muy variados, son sin duda, los servidores públicos más apreciados, merecidamente. Cuidemos, apoyemos y acudamos a nuestros Bombero, pues cuando la lumbre nos llegue a los aparejos… ellos ahí estarán. **
El 20 de abril de 1900, un grupo de entusiastas y valientes vecinos, fundaron los Bomberos Voluntarios de Tulancingo; este contingente ha crecido y perfeccionado su trabajo ejemplarmente. Su centenaria entrega incondicional al servicio de la comarca, merece ser respaldada sin cortapisas, pues los Bomberos no condicionan su entrega cuando se necesita su presencia.
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Extensa y por demás interesantes, son las colecciones de fotografías de los Bomberos de Tulancingo, si les interesa, en los espacios cibernéticos, encontrarán imágenes muy agradables, unas, otras, en plena labor atendiendo desastres, pero todas conforman el devenir de estos paisanos picados por el compromiso de servir y, a la par, vivir aventuras de alto riesgo las cuales, sin duda, marcan sus vidas.
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También, revisando las fotografías, comprobaremos los cambios en el pueblo, cómo pasó de pequeña población a ciudad, de ranchos maravillosos a industrias y fraccionamientos… ¿qué se perdió en el camino? ¿qué se ganó con el progreso? Valen todas las versiones.
** Una visión del Tulancingo en mayo de 1840, la copio del relato de la Marquesa Calderón de la Barca:
“…cerca de las tres de la tarde llegamos a Tulancingo, ciudad de cierta importancia, teatro de varios sucesos revolucionarios… tiene bastantes calles y comercios, una bonita iglesia; alcaldes, prefecto, etc… se ven algunas casas que por su buen aspecto deben pertenecer a familias acomodadas… pequeñas tiendas muy limpias, y en los alrededores, agradables y umbrías alamedas; y aunque también abundan las casas miserables y la gente sucia… puede decirse que el lugar posee un proporcionado nivel social…la casa de los Adalid que se levanta en medio de un gran solar, y que es la casa por excelencia, es muy hermosa, con pocos muebles, pero con vestigios de pasados lujos…” **
Francis Erskine Inglis, fue esposa de Ángel Calderón de la Barca, primer embajador español en México; llego al país en 1839 y aquí permaneció 2 años y veintiún días. Durante ese tiempo la señora sostuvo una abundante correspondencia con su familia, residente en Boston. Ella misma escogió 54 cartas publicadas en inglés, traducidas más delante para formar el libro “La Vida en México”
** “…el salón comedor es un noble aposento, cuyas paredes están cubiertas e hermoso papel tapiz de China, y abierto a un jardín que es el orgullo de la República… sí, su belleza es singular, no lo es menos el primor con que le cuidan… con sus senderos de fina grava y hermosos árboles, la amenidad de los estanques de tersas aguas, el bullir de las fuentes y la extraordinaria profusión de las flores más bellas, entre las cuales las rosas manifiestan su predominio …” **
“…se percibe como un infundido ambiente de vergel oriental… las fuentes se exornan con valiosas figuras y vasos de la China… al pasar bajo los arcos que forman los rosales, nos rociaba la lluvia de las sutiles y líquidas columnas que brotan de cada arbusto… pero el más delicioso rincón del jardín es el gran estanque de agua transparente que encuadra por sus tres costados el pórtico de un pabellón chino, al que dan sombra grandes y blancas cortinas que penden de entre los pilares… cómodos sofás amueblan la columnata, que abre un espacioso cuarto en donde puede uno vestirse después del baño… este el retiro más grato y fresco que puede imaginarse… todo rodeado de árboles y rosas… se puede holgar aquí, por filo del mediodía, a salvo de los rigores del sol y del mundo… le llaman jardín inglés… pero más bien parece el escondido sitio de verano de un sultán…”
** Siguiendo la charla entre Wences Angulo y el Comandante Evodio Alarcón, le preguntó qué opinaba de los candidatos a encomendero de Hidalgo; le contestó:
“…los conozco des que eran priistas chiquitititos y ya estaban todos chamuscados…”
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