Martes
16 de Mayo del 2006
La
víspera del terremoto que despertó a México, allá por 1985,
en Tulancingo se armó una trifulca entre los porros
universitarios llegados desde Pachuca, reforzados por los vándalos
nativos.
Enfrentados los vándalos, embrutecidos por las drogas, con los
espantados guardianes municipales del orden perdido, un barbaján salió
herido por un plomazo que le atravesó la panza, el cual fue llevado al
hospital mejor equipado de la población donde fue atendido por expertos
que salvaron la vida de aquel malhechor.
Pero, las seudo autoridades sanitarias cumpliendo órdenes llegadas
desde de la principal oficina de Pachuca, decidieron que el
herido fuera llevado a la capital del país.
Antes del amanecer del jueves 19 de septiembre de 1985, el pelafustán
llegó en una ambulancia al Hospital General, donde fue rescatado
al derrumbarse todo aquel complejo médico y fue trasladado —suertudo
el malandrín—, al flamante hospital de Pemex, al sur de
la quebrada ciudad.
La catástrofe del temblor distrajo la atención del drama que se vivía
en Tulancingo, donde todo era un caos gracias a los vagos
protegidos, usados, por el gobernador y sus lacayos, así que las
atrocidades que infligieron a la ciudad, a nadie importaron.
Quemas, destrozos, saqueos, vejaciones mil, entre otras mil atrocidades
dejaron huella indeleble en la población y, además, la ofendieron
hasta la ignominia, desconociendo a Luis Roche Carrascosa, presidente
municipal, persona moral y correcta como no ha habido otra en ese cargo,
desde entonces, deshonrado.
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“Separa mas un peso que una pared”, dicen los que saben de las
diputas por herencias, comenta Wences Angulo.
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Entre las gracias de los cobardes, siempre La turba es cobarde, fue
simular un funeral del cómplice baleado, con féretro vacío, pero que
sirvió para darle vuelo a sus aberraciones y taras de nacimiento,
debidamente impulsadas, protegidas, por la muñeca colorida, impostor
individuo llegado a Hidalgo para destrozarlo por capricho del
jolopo.
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En el hospital donde, en mala hora, salvaron la vida del asaltante, sus
compinches cometieron desmanes impunemente al mando del inefable zenaido
meneses, entonces capitoste estudiantil bendecido por la universidad
—así con minúscula— arrancó los equipos telefónicos, navajeó
los asientos de cuero, pintarrajeó las paredes y les mentó la madre a
todo los ahí presentes, saliendo airosamente del nosocomio sin que
nadie hiciera frente a los honorarios y gastos de la operación y las
reparaciones por los daños causados en la a Clínica Tulancingo,
pese a que la orden de atender al criminal llegó de luis corzo,
jefesucho de los servicios sanitarios estatales quién se comprometió a
pagar inmediatamente.
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Más adelante, el famoso muerto, andaba de pachanga en las piqueras de Tulancingo,
siempre enfiestado; el tal tomás marín, como los muertos de Don
Juan Tenorio, goza de cabal salud por la que jamás pagó.
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Los protagonistas de aquellos hechos de vergüenza, siguen tan
campantes; ahora todos disputan por las senadurías y otras canonjías
del miserable estado de Hidalgo, al que han saqueado y ofendido
hasta la saciedad, pero ellos siguen adelante, como si la virgen les
hablara.
Los guadarramas, los macías, los marines, los zenaidos, los, los,
los… ¿para qué seguir?
Son tan capones que ni mencionarlos merecen, pero aquí están, vienen
por todo, desde el frente y bandera que sea. ¡Aguas!
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“Aves del mismo plumaje vuelan juntas.” ¡Aguas!
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Estoy verde por la envidia que me causa el flamante y fachendoso patas
de hule estrenado por Edda Padilla, lucero de Ruta, que deja ríos
de baba a su paso por las avenidas citadinas. Ni hablar. ¡Felicidades!
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De risa loca son las imágenes del moretón priísta en pos de la
presidencia del país, recibiendo la comunión de manos de otro caso
para el catálogo de las infamias, González Torres, grillador
jesuita, hermano de los truhanes dueños del partido verde ecologista y
de los envenenadores impíos de las boticas similares, el fénix, y otra
seudo instituciones caritativas comerciales, calamidades sanitarias que
infestan a la nación entera con ramificaciones en otros aturdidos países
del sur continental.
El otro farsante, mariplutargoberpreciosaurio, rodilla en tierra, clama
el apoyo divino para salir de las broncas donde lo metieron su
estulticia y malas compañías, arrastrando al estado de Puebla entre
sus vergüenzas.
Ambos personajes del bajo mundo, aparentan religiosa piedad, lo hacen públicamente,
como los escribanos y los sepulcros blanqueados multicitados en los
Evangelios de esa religión que, al parecer desconocen, pues con
claridad indubitable, se indica que todos los actos dirigidos a Dios,
deben ser hechos en la más completa intimidad, sin alardes, sin
jactancias, sin soberbia, mucho menos publicidad.
En el juego de espejos engañoso donde se dejan ver cuentan con la
complicidad de los dizque representantes del poder celestial, embusteros
unos y otros hacen realidad al refrán ya citado: “Aves del mismo
plumaje vuelan juntas”.
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El moretón priísta y el saurio poblano, tienen como oración de
cabecera, el poema que más o menos dice:
“No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes
prometido, para dejar por eso de ofenderte…”
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No se si ya están invitados la rumbosa boda del cuervijo de arturo
montiel, conocido como la rata mayor, que celebraremos en miami,
florida, apenas seremos 500 los privilegiados… si te tomaron en
cuenta… allá nos vemos…
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Mientras nuestros chaparritos, menguados, gobernadores andan en sus líos
de cabaret barato, desde Alemania avisa un directivo de la Volkswagen:
“—Ya no invertiremos en Puebla, debido a lo intransigencia
del sindicato y la corrupta tibieza de las autoridades estatales”.
–“Nos vamos a otros confines con los nuevos planes”. ¡Órale!
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Desde luego la Volkswagen, no llegará a los llanos de Hidalgo,
pues nos acaban de condecorar con un dignísimo, merecidísimo, quinto
lugar dentro de la corrupción nacional, sitio nada despreciable debido
a la feroz competencia que se da en el país, pero ay la llevamos; no
perdemos la confianza: Lavolpe nos dará la mano en eso de sacar
mejor lugar en el torneo de la infamia, tiene Hidalgo personal
muy calificado, según se sabe y con resultados a la vista de todos.
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Ya metidos con los versificadores, vale la pena recordar los que
obsequia el Dr. Juan Garrido, a los distinguidos integrantes de
la Mesa de Celebridades, reunidos en La Floresta de Tulancingo.
De su prolífica musa le llegan poemas dedicados a los amigos, a las
madres, a los maestros, al amor y al inmenso don de la vida.
Generoso, Garrido, reparte copias de sus inspiradas estrofas
entre cuates y conocidos admiradores de su perfil literario. ¡Felicidades!
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Y ya en ese jardín, antes encantado, un mediodía de la semana pasada,
sin previo aviso, llegó a la Mesa de Celebridades, un obsequio
de manteles largos.
Éramos nada más tres elementos los afortunados agasajados con una pizza
de Escamoles, salida de los hornos de don Vicente Rojo,
propietario de la tahona donde cada creación tiene dedicatoria.
Según cálculos sesudamente elaborados, cada rebanada de pizza de
escamoles, cuesta 25 dólares; devoré tres, el resto quedó entre los
demás asiduos.
Sobre pedido de expertos degustadores, don Vicente elabora estos
regalos palatinos, previa advertencia de que se trata de algo único
—fuera de broma— en el mundo gastronómico regional y otras
latitudes, debido a lo exótico y escaso del manjar, puntal de la cocina
precolombina y joyel incomparable de las aportaciones gastronómicas de
e Hidalgo, al mundo.
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En ese afamado lugar ubicado en el corazón de Tulancingo, es
posible degustar otras creaciones del mismo autor, como las pizzas de
barbacoa, carnitas con epazote, nopales combinados con pápalo quelite,
quintoniles y huausontles con resultados altamente explosivos. ¡Gracias
don Vicente, por darle tanto gusto al gusto!
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Tremenda aceptación tiene el “Curso de Cocina Práctica” impartido
por Lilia Ahued Kuri, pues reúne los elementos indispensables de
comer con gusto, sana y económicamente.
Lilia, apoya sus enseñanzas en el principio establecido por un
hombre sabio de la antigua Grecia, de donde nos llega todo lo que hoy
sabemos y presumimos: “—-Que tu alimento sea tu medicina y que tu
medicina sea tu alimento”, decía Hipócrates, hace más de
2300 años, como un código fundamental de la buena vida, disfrutada con
salud.
Si tienes suerte, pero mucha, encontrarás lugar en el curso; llama al:
75 30 829
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El gran Fran Sinatra, amigo íntimo de Wences Angulo, decía:
“—Para tener éxito hay que tener amigos; para sostenerse en el éxito
hay que tener muchos amigos”
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Muertitos, tortitas, versitos, a:
