Por iniciativas no paramos 10 de noviembre del 2011

Sufragio ¿efectivo? 10 de noviembre del 2011

Primera plana13 de octubre del 2011

Reprobadas 28 de julio del 2011

El equipo 21 de julio del 2011
 

Marcho, luego existo 7 de abril del 2011

Apagón analógico 23 de marzo del 2011

Realities reales 25 de noviembre del 2010

Versada por la Independencia y la Revolución 18 de noviembre del 2010

Persignarse11 de noviembre del 2010
Ahí lo dejo
28 de octubre del 2010
Asquito 21 de octubre de 2010
Ninis
2 de septiembre del 2010

Desempleo ilustrado 26 de agosto del 2010

Esa no por que me hiere 8 de octubre del 2009

 

Opacidad Sindical 1 de octubre del 2009

 

Visión de futuro 24 de septiembre del 2009

 

Héroes olvidados 17 de septiembre del 2009
 

Carta a Carlos Alazraki 10 de septiembre del 2009

 

¡Rediez!3 de septiembre del 2009

 

ER27 de agosto del 2009

 

Pobre Gutenberg 20 de agosto del 2009

 

Defender la vida 13 de agosto del 2009
 

Al estilo Jalisco 6 de agosto del 2009
 

Lo que ellos quieren 30 de julio del 2009

Soy narco pero decente 23 de julio del 2009

Perspectivas 16 de julio del 2009

Lección de Civismo 9 julio del 2009

Ambiente preelectoral
Política en tacones
De Pilar Ramírez ramirez.pilar@gmail.com

16 de marzo de 2012

El periodo intercampañas, o la veda electoral como se le dice popularmente, se parece a ese juego en el que se elige una palabra que no debe ser pronunciada por uno de los jugadores, generalmente se seleccionan los monosílabos “sí” y “no”, mientras que el otro ensaya todo tipo de argucias para que su contrincante las diga y éste pierde si las llega a pronunciar, lo cual sucede muy a menudo; en cambio, si conserva la firmeza para no emitir las palabras prohibidas el que pierde es el preguntón. Los ahora candidatos y sus equipos de campañas monitorean muy acuciosamente todas las presentaciones públicas, entrevistas y declaraciones de sus adversarios para ver si caen y los pueden acusar con el IFE.

Si el priista convocó a acabar con el “mal gobierno” evocando el llamado de Hidalgo para que los indios y campesinos se rebelaran contra el gobierno virreinal, hay que crucificarlo porque es una manera de hacer campaña veladamente y llevar agua a los molinos azules. Que si la candidata panista tuvo que pronunciar su discurso en un estadio con muchos lugares desocupados, es una excelente oportunidad para demostrar que ni los de casa votarán por ella, ya que no aguantaron ni la hora y media de retraso que les hizo esperar. La candidata y su coordinador de campaña caen en la trampa y se ponen a explicar que el estadio no estaba semivacío y se reparten culpas por el acto fallido, o, según su óptica, por el acto semimultitudinario.

La veda electoral también desata la imaginación de los aspirantes a cargos de elección popular para evadir las limitaciones de la autoridad electoral. En este periodo, en que no se puede hacer campaña, se han colocado en la ciudad de Xalapa unos espectaculares con el anuncio de una revista local, en la portada de la revista aparece, nada menos, que un personaje panista que no logró la candidatura a una diputación por su partido y ha corrido la versión de que aspira a obtenerla con otras siglas. Que una revista se anuncie no tiene nada de extraño, lo raro es el contenido de la portada que deja muchas dudas sobre la intención.

También desde los más altos cargos se ensayan caminos para hacer campaña sin que tal cosa se pueda probar irrefutablemente. Sí, hablo de la declaración presidencial sobre los resultados de las encuestas, que supuestamente benefician a la candidata panista. Bien elegidas las palabras para que no se pueda decir que se incurrió en una ilegalidad pero con la garantía de que serían afirmaciones que recogerían los medios, que comentarían los analistas y que reprocharían los otros partidos. Un gol al IFE que no pudo sacar la tarjeta roja, también para los partidos porque con sus quejas contribuyeron a multiplicar el dicho presidencial y una lección para la ciudadanía, que pudo constatar, una vez más, que las normas sólo las acatan quienes no tienen ingenio para evadirlas.

Las acusaciones ante el árbitro son otra forma de estar en los medios. Funcionan más o menos como en la pieza que cantaba la desaparecida Celia Cruz: “Songo le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé, Bernabé le pegó a Muchilanga, le dio a Burundanga” y a todos se les hinchan los pies y las venas faciales del coraje, por eso corren con el IFE a acusar a su compañero de banca. El PRI acusa a Josefina por el acto en el estadio Azteca, el PAN revira con doble queja, por la acusación contra su candidata y por actos de campaña anticipados como el de Dolores, Hidalgo, que debe haber dolido porque se hizo en tierra tradicionalmente panista.


Enrique Peña Nieto; Josefina Vázquez Mota

A veces la campaña se hace por interpósita persona. Por ejemplo, después de varios meses de anunciarla, aparece muy “oportunamente”, el documental De panzazo, donde aparentemente se analiza el problema de la educación en México, cuando en realidad parece una dedicatoria contra la maestra, ustedes saben exactamente quién es LA maestra, pues aparece como el único personaje de la política al que se le responsabiliza de los muchos problemas que presenta la educación. El otro personaje es el secretario Lujambio que queda a salvo por su ausencia debido a los problemas de salud que le aquejan, y como somos un pueblo compadecido, no vamos a hacer acusaciones contra un enfermo. Hasta Carlos Santana tuvo la ocurrencia de hablar a favor de la candidata panista y se llevó una rechifla porque su público no es precisamente de derecha.

El barrunto de las campañas negativas ya se hizo realidad, que es otra forma de abonar el terreno propio, echando la basura a la casa del vecino. Está circulando en la red un anuncio, atribuido supuestamente a uno de los partidos, en el que afirma saber negociar con el crimen organizado. Se presenta como anuncio de un parabús y mucha gente cree que es real.

El debate acerca de si la información es o no parte de las campañas no se resuelve. El IFE prefiere recular para evitar la interpretación de que se atenta contra la libertad de expresión, aunque es bien sabido que todo jefe de prensa trabaja denodadamente por hacer que entrevisten a su candidato; en las entrevistas los candidatos tienen que cuidar sus palabras para evitar que el réferi los vaya a amonestar. No invitar a votar, no hacer campaña, no mencionar el voto o habrán perdido el juego por pronunciar las palabras prohibidas. Más o menos así ha sido la veda electoral. Y esto apenas comienza.

 

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