Asquito 21 de octubre de 2010

Ninis 2 de septiembre del 2010


Desempleo ilustrado 26 de agosto del 2010

Esa no por que me hiere 8 de octubre del 2009

 

Opacidad Sindical 1 de octubre del 2009

 

Visión de futuro 24 de septiembre del 2009

 

Héroes olvidados 17 de septiembre del 2009
 

Carta a Carlos Alazraki 10 de septiembre del 2009

 

¡Rediez!3 de septiembre del 2009

 

ER27 de agosto del 2009

 

Pobre Gutenberg 20 de agosto del 2009

 

Defender la vida 13 de agosto del 2009
 

Al estilo Jalisco 6 de agosto del 2009
 

Lo que ellos quieren 30 de julio del 2009

Soy narco pero decente 23 de julio del 2009

Perspectivas 16 de julio del 2009

Lección de Civismo 9 julio del 2009

Ahorritos 2 de julio del 2009
¿Circo sin pan?
25 de junio del 2009
Versada jarocha en la academia
17 de junio del 2009
Los lloriqueos 4 de junio del 2009 
Él, Caballero, Fortson
28 de mayo del 2009
Campañas S.A
Tache a la anulación del voto 14 de mayo del 2009.-

Madres e hijos 7 mayo del 2009
Influenza: sobredosis de información
as chicas superpoderosas
Songo le dio a Borondongo
Vivir en el error
SUPERMAN
Ni moza ni musa
Periodismo para mujeres
Yo tenía un chorro de voz
Nuestro siguiente programa: IFE
Porque lo digo yo
 Animales y hombres
Caminos de Guanajuato
Equi…¿qué?
Siembra
Guerra de baja intensidad
Al fondo a la derecha
Fuentes
Como te ven te votan
Vamos ganando
Dime cómo hablas
Son lo que son
Seguridades sobre la inseguridad
Eduardo del Río
El cuero y la camisa
 
Tienes un mensajito
 
Usted disculpe
Limpieza Democrática
Nota roja

Más transparencia
Con b de burro
Los ahorritos
Fitoactivos y nanoesferas
Democracia digital
Palabras bajo sospecha

Ibargüengoitia
Españolas y españoles; ministros y ministras…
Involúcrame y lo aprendo
Verosimilitud, ficción y realidad
Si acaso te ofendí, perdón
Mujeres y comunicación
Zona Retro
Equidad Publicidad;
La Hillary

Ahí lo dejo
Política en tacones
De Pilar Ramírez Ramírezramirez.pilar@gmail.com
 

28 de octubre de 2010

“Chile transparente”, organización que impulsa la transparencia en ese país sudamericano, lanzó una convocatoria para reunir material que diera lugar a la publicación de un diccionario singular: uno que incluye los vocablos o expresiones asociadas con la corrupción, como una manera de combatirla. El nombre de este volumen es Diccionario del Corrupto de la Lengua.



No es por menospreciar a los chilenos, pero nuestro país es altamente competitivo en ese renglón. Es muy probable que si se hiciera una versión mexicana de ese diccionario sería más voluminoso.

Decía Octavio Paz que “cuando una sociedad se corrompe lo primero que se gangrena es el lenguaje”. De ello nos dan prueba muchas frases que se han ido integrando a nuestro lenguaje cotidiano y que nacieron de prácticas poco transparentes, ilegítimas, ilegales o definitivamente corruptas. Afortunadamente no surge un neologismo cada vez que hay un acto de corrupción porque el trabajo de compilación sería titánico y el de publicación, costoso, pues constaría de varios volúmenes.

Los informes de Transparencia Internacional señalan que en México los partidos políticos y la administración pública son percibidos como los sectores más corruptos, no es gratuito que muchas de las aportaciones al lenguaje de la corrupción provengan de la esfera política y gubernamental.

En el tema electoral hay una gran variedad de vocablos que describen prácticas corruptas, como el “mapache” que roba votos; la “urna embarazada” que gesta votos concebidos por generación espontánea; el “carrusel” donde un grupo de votantes se divierten como niños dando vueltas por las casillas para depositar votos ilegales; el “ratón loco” que vuelve ídem a los votantes para impedir el sufragio y los “alquimistas” que transmutan la voluntad política popular, aunque últimamente se denomina así a varios gobernantes que convierten desechos orgánicos en acciones de gobierno.

En la fiesta electoral mexicana no pueden faltar los “tacos” o los “tamales” con sabor a lealtad política por algún partido; la “cargada”, ese momento celestial en el que diversos sectores políticos son iluminados por el mismo fervor partidista que los lleva a reunirse espontáneamente para expresar su adhesión; la “mesa que más aplauda” es una combinación financiero musical que facilita el trabajo de los “mapaches”; la “cadena” no funciona como las de tipo religioso, con una conminación a no romperla, sino que evita todos los males asegurándose de que el voto por el partido elegido previamente se haga efectivo y también están las “casillas zapato”, el “acarreo” o los “electricistas” que llegan a dar los últimos toques al fraude electoral.

Los políticos también han hecho valiosas aportaciones. Ahora que estamos en celebraciones centenarias, mi querido amigo Pepe Lanzagorta, me hizo favor de recordarme que “maicear” es una contribución porfirista que sigue gozando de cabal salud, como lo demostró el cardenal Sandoval Iñiguez, quien no hablaba del acto piadoso de alimentar a las aves cuando dijo que los ministros habían sido maiceados, sino del sentido que le daba Díaz cuando se refería a los periodistas que hablaban mal de él: “ese gallo ya quiere su maíz”, dicen que decía el dictador.

“Tener la vara alta” generalmente se refiere al uso de la mítica vara para subir a un Olimpo de ilegitimidad; “vivir en el error” ya se sabe que hace alusión al equívoco de no disfrutar del erario público; “agarrar hueso” no es para nada fortalecer el sistema óseo sino asirse de uno que inexplicablemente se roe y robustece manifiestamente al que lo agarró; “que robe pero que salpique” se explica suficientemente por sí misma; “le hizo justicia la Revolución” no se refiere a la mejora que experimentaron las clases populares sino a la astucia revolucionaria de los que saben “agarrar hueso”.

Existen vocablos genéricos aplicables a una gran cantidad de actos de los que somos actores o testigos en nuestra vida diaria como “untar la mano” o “arreglarse”, negociación que no va necesariamente dirigida a acicalarse o mejorar el aspecto físico de nadie pero sí el financiero; algunas frases van cayendo en desuso, pero esperan que algún personaje las rescate del olvido como “así sí baila mi hija con el señor”.o “con dinero baila el perro” en las que paradójicamente lo que motiva el gusto por el baile es una “mordida”, pero no del perro bailarín sino de otro que supo “agarrar hueso”. “Hacerse de la vista gorda” es un contrasentido porque nos permite ignorar aquello que vemos perfectamente; con la globalización nos da por “hacer bisnes” expresión que no habla precisamente de nuestras inclinaciones empresariales y “en lo oscurito” sirve para denominar el espacio nebuloso en el que se realizan acciones y acuerdos de los que no podríamos sentirnos orgullosos si salieran a la luz, como en las alianzas partidistas.

“Cachirul” es una versátil y polisémica palabra, verbo, sustantivo y adjetivo, que denota acciones corruptas, falsas o ilegítimas, se aplica también a productos adulterados, y en su acepción más exacta describe una época muy gris del futbol mexicano, por el caso de la liga juvenil que en 1988 incluyó ilegalmente a varios jugadores que sobrepasaban la edad reglamentaria, los jugadores eran “cachirules” y el caso se conoce como el “cachirulazo”, es decir que hicieron “cachirul”. Hoy, ese pasaje del futbol ya no tiene el monopolio de los impostores, pues la ilegalidad también tiene aspiraciones académicas, tantas como para llegar al Sistema Nacional de Investigadores, razón por la cual teníamos orgullosamente más de 300 investigadores “cachirules”.

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