Periodismo para mujeres
5
de marzo del 2009
Con motivo del ya muy próximo Día Internacional de la
Mujer, fui invitada a dar una conferencia en el Puerto de Veracruz para
hablar, por supuesto, del tema de las mujeres. El tema que propuse fue
“Periodismo para mujeres” y mientras preparaba el material me vi
obligada a preguntarme si realmente se requiere un periodismo para
mujeres.
Decidí no aventurar una respuesta rápida para
justificar esta columna y muchos otros espacios periodísticos que
abordan temas de género o desde una perspectiva de género. En cambio, me
puse a revisar distintos materiales que todos los días, machaconamente,
consumen hombres y mujeres en los medios impresos y electrónicos.
Las telenovelas, cada vez más consumidas por
hombres, han modificado aspectos accesorios, como un lenguaje más
atrevido, el vestuario que se va adaptando a la época y se abordan
algunos temas que antes eran tabú como la homosexualidad o el aborto,
pero conservan el manejo de los estereotipos femeninos y masculinos. El
sufrimiento femenino, especialmente a causa del amor, sigue recaudando
dinero a raudales, valores como el recato y la decencia entendidos desde
una dimensión muy estrecha siguen siendo muy apreciados no importa cuán
moderno sea el personaje. La cenicienta es un personaje que se renueva
cada cierto tiempo, porque parece gustar mucho la historia de la mujer
que en un golpe de suerte, ayudada por un flechazo de cupido gracias a
su belleza, pasa de vacacionar en Xochimilco a hacerlo en Ibiza.
La mujer que espera, que calla sentimientos y
emociones continúa siendo un personaje atractivo. Están, claro, las
malvadas que sirven para destacar los estereotipos femeninos, por eso
también es común que a esos personajes malos, malos, el destino les
depare la muerte. El formato telenovela se ha modificado muy poco en los
más de 55 años que tiene de vida, quizá con excepciones valiosas como
“Mirada de mujer” o “Nada personal” de la productora Argos. La distancia
que separa a “Simplemente María”, Cuna de lobos” y “Los ricos también
lloran” con “Cuidado con el ángel”, “En nombre del amor” o “Eternamente
tuya” es muy corta si no se la mide en años sino en estereotipos.
Los programas de revista producidos
especialmente para mujeres también han variado poco: recetas de cocina,
consejos de belleza, consejos médicos, entretenimiento con los cantantes
o grupos del momento, entrevistas con actores y actrices de éxito, y
muchos, pero muchos chismes de espectáculos. Hoy, con una gran cantidad
de tecnología disponible, no hay un programa de revista que haya logrado
superar al “Club del hogar” de Daniel Pérez Alcaraz que podía ser un
larguísimo comercial pero tenía un humor más inteligente.
Los noticiarios estelares de las dos grandes
cadenas televisivas los conducen varones. Las mujeres pueden hacerse
cargo de las secciones de medicina, el clima y los espectáculos. Algunas
conductoras destacadas aparecen en los informativos del mediodía, no
más. La política, los temas sociales, la economía y los “grandes temas”
de los noticiarios van de la mano de una imagen masculina.
La gran aliada de los estereotipos femeninos
es la publicidad. Una gran cantidad de anuncios comerciales continúan
presentando a las mujeres como las “lavadoras de dos patas” por
excelencia, eso sí, les ofrecen comodidades y ayuda tecnológica por si
tienen que cumplir doble jornada.
La televisión de paga también pone su granito
de arena. El canal Sony tiene un conjunto de programas agrupados en un
concepto llamado “macho que se respeta” y que, aunque se trata en
realidad de series donde los hombres suelen sufrir la tiranía femenina,
los anuncian con una pieza musical declaramente machista y antifemenina,
muy festejada por los adolescentes.
En la prensa escrita, las secciones se
manejan según el género de los consumidores. Se ha dicho en muchas
ocasiones, porque se ha indagado con encuestas, que las secciones de
política, deportes y policía son para hombres, mientras que espectáculos
es la sección favorita de las mujeres. En los diarios siempre me llama
la atención el tratamiento de la sección policiaca hacia las mujeres.
Las notas de los delitos cometidos por hombres simplemente son un
reporte, mientras que aquellos cometidos por mujeres merecen
calificativos como “hiena”, “desalmada” o “desnaturalizada”.
Ante este panorama, puedo afirmar que se
requiere un periodismo con perspectiva de género, en el que hombres y
mujeres encuentren un tratamiento del tema que los lleve a asimilar cada
vez con mayor naturalidad las luchas que libran las mujeres por lograr
la equidad laboral, política o partidista; que les permita ver que la
exigencia de una vida familiar más democrática es una condición para
poder plantear otras exigencias. También es necesario que las mujeres y
hombres periodistas que están a favor de este tipo de periodismo
encuentren los medios, los formatos, el lenguaje y el tratamiento que
permita ganar más espacios a una labor que todavía es minoritaria.
Yo tenía un chorro de voz
Nuestro siguiente programa: IFE
Porque lo digo yo
Animales y
hombres
Caminos de
Guanajuato
Equi…¿qué?
Siembra
Guerra de baja
intensidad
Al fondo a la derecha
Fuentes
Como te ven te votan
Vamos ganando
Dime cómo hablas
Son lo que son
Seguridades sobre la
inseguridad
Eduardo del Río
El cuero y la camisa
Tienes un mensajito
Usted disculpe
Limpieza
Democrática
Nota roja
Más transparencia
Con b de
burro
Los ahorritos
Fitoactivos y nanoesferas
Democracia digital
Palabras bajo sospecha
Ibargüengoitia
Españolas y españoles; ministros y
ministras…
Involúcrame y lo aprendo
Verosimilitud, ficción y realidad
Si acaso te ofendí, perdón
Mujeres y comunicación
Zona Retro
Equidad
Publicidad;
La Hillary
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