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Ni moza ni musa
12
de marzo del 2009
Sin
duda, colocar el tema de los derechos de las mujeres en la agenda
política y la promulgación de leyes federal y estatales para garantizar
una vida libre de violencia para ellas es un avance, pero no es
suficiente. Las mujeres necesitan saber que algunas prácticas violentas
que padecen a diario se consideran ya un delito y existen consecuencias
legales para quienes incurren en ellas. Los hombres, por su parte, deben
conocerlas también para que dé comienzo ese proceso largo y lento en el
que cada individuo se reconoce en prácticas sociales que están señaladas
como negativas o como franco delito para dar el primer paso hacia su
erradicación.
Se dice fácil, pero desde la existencia de la
norma jurídica hasta su entrada a la intimidad de los hogares y la
asimilación de que aquello que antes era práctica común hoy es delito
hay un trecho enorme. Considero que buena parte de la lentitud con la
que avanza este proceso es porque faltan mecanismos de comunicación que
permitan extender esta información. Es fácil que los contenidos que
apuntan a la equidad de género suenen a consejo, a reconvención, a
programa oficial y por lo tanto que resulten ajenos, de difícil
comprensión o que provoquen un cierto rechazo.
No basta con que algunos temas sean
beneficiosos para un sector de la población. Para darlos a conocer es
preciso tener en cuenta los hábitos de consumo de los medios, la cultura
audiovisual que hemos adquirido con películas, telenovelas, series,
periódicos o revistas. De otro modo, es muy probable que suceda lo que
durante años caracterizó a los programas culturales, especialmente en
televisión: eran unos ladrillos que nadie quería ver, lo que llevó, para
muchos, a la conclusión de que la cultura era simplemente aburrida, hoy
tenemos buenos ejemplos, minoritarios ni modo, de que no tiene por qué
ser así.
Este fenómeno, que he visto repetido en innumerables
ocasiones, me obligó a imaginar cómo trabajar a favor de la difusión de
tales contenidos. Una respuesta a mano la tenía en el hecho de que en el
estado de Veracruz, especialmente en la Cuenca del Papaloapan, la forma
poética de la décima está viva y es de uso popular. Quizá esta vigencia
de la décima, sólo registro histórico en otros lugares, se debe a que es
común recitarla con acompañamiento musical de son jarocho.
En la ciudad de Tlacotalpan, auténticamente
hasta en el mercado se escuchan décimas. Si uno va a comprar verduras,
el vendedor hace plática y del tema de la conversación recuerda una
décima y comienza a recitarla sin más. Este gusto popular por la décima
me hizo considerar que podía resultar atinado utilizarla para construir
mensajes que promuevan los derechos de las mujeres.
Esta idea, expresada sólo como una
posibilidad en voz alta, fue reforzada con el entusiasmo de José Luis
Rivera, el dirigente del STIRT en Xalapa, de la diputada local Dalia
Pérez Castañeda que no rechaza apoyar este tipo de proyectos por más
llena que tenga de compromisos su agenda y de Rafael Figueroa que puso
de inmediato en la mesa su conocimiento del son jarocho y su contacto
con toda una legión de decimistas para darle forma a la intención de
producir un disco de décimas jarochas con mensajes que promuevan los
derechos de las mujeres.
Así nació “Ni moza ni musa. Décimas jarochas
para mujeres”. Las décimas de 29 autores fueron seleccionadas para
integrar el disco, aunque debo decir que fueron muchos más los que
respondieron. Las voces son de la propia Dalia Pérez Castañeda, quien
tiene una larga trayectoria en los medios, Daniela Meléndez. Manuel
Munguía y Rafael Figueroa. Se abordan temas como el rechazo a la
violencia, la doble jornada o la mujer campesina. Hay décimas
divertidas, de esperanza, crudas y otras que cantan el orgullo de ser
mujer; todas ellas muestran un poco del mosaico multicolor que es el
mundo femenino.
Paralelamente, como dice bien Rubén Blades a propósito
del bautizo de un niño “como nadie tiene chavos, que todo el barrio sea
el padrino”, o como dirían los tecnócratas “desplegamos un gran trabajo
de gestión”. En castellano puro y simple, tocamos varias puertas para el
financiamiento. Todas ellas se abrieron. Mi querido amigo Gerson Ferra
tomó como suyo el proyecto y convenció rápidamente a Luis Rafael Poceros
del diario Gráfico de Xalapa; se sumaron también Martha Mendoza Parissi,
directora del Instituto Veracruzano de las Mujeres; el alcalde de
Xalapa, David Velasco Chedraui y su entusiasta directora de comunicación
Sheyla Fuertes; David Cuevas, director de Radiotelevisión de Veracruz,
que al patrocinar proyectos como éste le da sentido al lema de RTV “la
radio y la televisión de los veracruzanos”; Ana Rosa Valdés y su
organización AJUA; la diputada local Elvia Ruiz Cesáreo; el conocido
empresario xalapeño Ricardo Ahued Bardahuil; el secretario de Trabajo,
Previsión Social y Productividad, Américo Zúñiga Martínez y Mayela
García del Colectivo de Investigación, Desarrollo y Educación entre
Mujeres.
Es justo mencionar los nombres, porque las instituciones
no actúan solas ni tienen vida propia. Están manejadas por personas y
fueron ellas las que dieron respaldo a la hechura de este disco que ya
está en los medios y se presenta formalmente este jueves 12 de marzo a
las 18:00 horas en el Centro Recreativo Xalapeño.
Como corresponde al tono del producto, no habrá vino de
honor, sino “toro de honor”, así que no falten.
Periodismo para mujeres
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Animales y
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Caminos de
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Guerra de baja
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Al fondo a la derecha
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Como te ven te votan
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Dime cómo hablas
Son lo que son
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El cuero y la camisa
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