A la carta
Política en tacones
De Pilar Ramírez
20 de septiembre de 2012
Es
proverbial la desconfianza que tenemos los mexicanos en
las declaraciones de los políticos, quizá tan grande
como las mentiras que nos han dicho, algunas de ellas
verdaderamente de antología. ¿Que las cifras de
población no cuadraban con los resultados electorales
del gobierno salinista? Nada más fácil que hacer unas
estadísticas de a modo aunque ello significara la caída
estrepitosa de la credibilidad del INEGI. ¿Qué el caso
Colosio y los asesinatos correlacionados estaban
empantanados y parecía no servir de nada haberle dado la
Procuraduría General de la República a un panista en un
gobierno del PRI? Pues nada mejor que pedir la ayuda de
una “vidente” para que le diera una manita a los
investigadores y les “guiara” a la finca El Encanto para
localizar los supuestos restos de Manuel Muñoz Rocha,
total, si la gente está dispuesta a creer en estos
procedimientos en las series estadounidenses, por qué no
en la justicia mexicana. ¿Que el gobierno “del cambio”
estaba urgido de justificar la alternancia? Pues
disminuir el número de pobres hubiera sido un logro nada
desdeñable y Fox lo hizo ¡en el papel¡ modificó el
criterio de clasificación de la pobreza y eliminó a
millones de pobres de un teclazo.
¿Qué los cuerpos policiacos carecen de credibilidad? Pues nada
mejor que un montaje estilo CSI o Rambo en la captura de
Florence Cassez aunque el numerito haya costado un problema
diplomático con Francia que puso en entredicho el juicio por
secuestro contra la francesa. ¿Qué unos funcionarios querían
darse su bono de fin de sexenio? Pues el sorteo Melate les dio
una oportunidad de oro para jubilarse con 160 millones de pesos
ayudándose de un truquito de video, aunque con ello millones de
mexicanos perdieran la fe en uno de sus juegos de azar
favoritos.
¿Qué ya estaba bueno de que año con año los periódicos se
cebaran en los malos resultados educativos de las pruebas
estandarizadas y le echaran la culpa al gobierno y su
complacencia con el sindicato? Pues nada mejor que modificar los
resultados para dar buenas noticias ya como despedida de sexenio
y de paso darle un raspón al gobierno del Distrito Federal, pues
ya chocan con tantos reconocimientos internacionales.
Por lo menos, a decir del investigador Olac Fuentes Molinar, los
resultados de la prueba Enlace fueron inflados para hacer
parecer que se obtuvieron mejores resultados. Es insostenible,
señala Fuentes, que mientras Chiapas —entidad con importantes
rezagos educativos— logró 38.5 por ciento de alumnos de
secundaria con niveles bueno y excelente en matemáticas, el
Distrito Federal que estaba entre las tres entidades punteras
haya alcanzado un puntaje de 20.3 por ciento en el mismo rubro.
Estos datos suponen que Chiapas logró casi el doble de alumnos
con esos ventajosos resultados y el DF se cayó estrepitosamente.
No es que los estudiantes chiapanecos no sean capaces de ese
logro, pero son tendencias que no se modifican tan radicalmente
de un año a otro.
Los
resultados no son creíbles ni con el incremento de estudiantes
que copiaron en el examen, pues la misma Secretaría de Educación
Pública informó que los copiones crecieron sólo ligeramente, al
pasar de 5 a 5.06 por ciento. Parece poco, pero fueron 683 mil
749 niños de primaria y secundaria los que copiaron en el
examen.
Algo no
cuadra. Mientras según el gobierno federal los resultados de
Enlace mejoraron notablemente, la OCDE, en su informe
Panorama educativo 2012 ubica a México en los últimos
lugares en expectativa de graduación de bachillerato y en tasa
de graduación de nivel superior; es el país con más desempleo
entre los egresados de nivel superior, ocupa el tercer lugar en
“ninis” donde las mujeres son el grupo mayoritario y ocupa el
primer lugar en la proporción de alumnos por maestro en
preescolar que es de 25 niños por cada maestro mientras que el
promedio de la OCDE es de 14.
También, mientras el gobierno
federal se coloca como medalla el incremento en los resultados
de Chiapas en Enlace, el Instituto Nacional para la Evaluación
de la Educación ubica a esa entidad como la de menor tasa de
asistencia escolar en su reciente publicación El panorama
educativo de México 2011.
A pesar de lo anterior, el
secretario de Educación afirma que se debe analizar el informe
de la OCDE sin “ponernos pesimistas”. Se me ocurre que para
conjurar el pesimismo podemos simplemente hacer a un lado los
datos de la OCDE y refocilarnos en los datos oficiales de
Enlace. También se puede elaborar otro informe educativo a la
carta, para que los funcionarios elijan el platillo de logros
que les haga sentir mejor y el próximo primero de diciembre
digan adiós con mucho entusiasmo por sus excelentes resultados.
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