Tiempos de progreso 15 de noviembre 2012

Adiós al PAN 12/11/08

En la lona
1 de noviembre 2012

Evaluación Universal 25 de octubre de 2012

¡Usted no sabe quien soy! 18 de octubre de 2012

Formar maestros11 de octubre de 2012

Juárez no debió de morir 5 de octubre de 2012

Entre la igualdad y la censura26 de septiembre de 2012

La Carta 120920.

La causa son las mujeres 6 junio 2012

Calladitos 120321

Ambiente preelectoral 16 de marzo de 2012

Por iniciativas no paramos 10 de noviembre del 2011

Sufragio ¿efectivo? 10 de noviembre del 2011

Primera plana13 de octubre del 2011

Reprobadas 28 de julio del 2011

El equipo 21 de julio del 2011
 

Marcho, luego existo 7 de abril del 2011

Apagón analógico 23 de marzo del 2011

Realities reales 25 de noviembre del 2010

Versada por la Independencia y la Revolución 18 de noviembre del 2010

Persignarse11 de noviembre del 2010
Ahí lo dejo
28 de octubre del 2010
Asquito 21 de octubre de 2010
Ninis
2 de septiembre del 2010

Desempleo ilustrado 26 de agosto del 2010

Esa no por que me hiere 8 de octubre del 2009

 

Opacidad Sindical 1 de octubre del 2009

 

Visión de futuro 24 de septiembre del 2009

 

Héroes olvidados 17 de septiembre del 2009
 

Carta a Carlos Alazraki 10 de septiembre del 2009

 

¡Rediez!3 de septiembre del 2009

 

ER27 de agosto del 2009

 

Pobre Gutenberg 20 de agosto del 2009

 

Defender la vida 13 de agosto del 2009
 

Al estilo Jalisco 6 de agosto del 2009
 

Lo que ellos quieren 30 de julio del 2009

Soy narco pero decente 23 de julio del 2009

Perspectivas 16 de julio del 2009

Lección de Civismo 9 julio del 2009

Muñecas y pistolas
Política en tacones
De Pilar Ramírez ramirez.pilar@gmail.com 

30 de noviembre 2012

La cercanía de la Navidad y del Día de Reyes inunda con anuncios de juguetes los espacios publicitarios visitados por los niños, especialmente algunos canales de televisión que programan un verdadero bombardeo ante el cual se encuentran indefensos los pequeños. Después pedirán lo que les fue ofrecido por la publicidad, los papás, los Reyes o Santa Claus los complacerán y los niños, para completar el círculo, jugarán como les fue dictado en los anuncios.

Todos los años y sin que casi nadie diga nada, las empresas fabricantes de juguetes ofrecen sus productos según el público objetivo: muñecas, productos de belleza, disfraces de princesas y juegos relacionados con las tareas del hogar para las niñas, mientras que a los niños les ofrecen armas, videojuegos de acción y, curiosamente, las llamadas figuras de acción que no son sino muñecos, pero aceptados como “juguetes para niño”. Recurrentemente se habla sobre el asunto pero en realidad nunca se hace nada concreto, porque parece tarea imposible modificar las prácticas de esta industria.

            En Suecia, sin embargo, la empresa comercializadora de juguetes Toys “r” Us se ha visto obligada a realizar una campaña orientada a evitar estereotipos en las imágenes que acompañan sus productos. Se le ha denominado “campaña del juguete unisex”, aunque en realidad se trata de neutralizar los roles impuestos a niñas y niños por los juguetes que utilizan. A la empresa juguetera no le surgió de pronto la conciencia social, no, sus acciones se deben a que hace tres años provocó en Suecia una polémica por sus anuncios.

            Un grupo de estudiantes denunció a Toys “r” Us ante el observatorio sueco de regulación de la publicidad por reforzar los estereotipos de género al presentar en su publicidad imágenes de los niños asociadas a los juguetes de acción, en tanto que a las niñas las presentaba en actitudes pasivas de madres y princesas. El observatorio determinó que la empresa reforzaba estereotipos, que el tipo de imágenes manejado en sus catálogos limitaba la elección de los juguetes y que el hecho de excluir a niños y niñas en diferentes juguetes resultaba discriminatorio para ambos géneros, por lo cual la amonestó públicamente.

            Sólo para tener una idea de la fuerza económica de la empresa, se trata del mayor minorista de Estados Unidos, donde tiene 860 tiendas, cuenta además con más de 700 tiendas en otros 34 países y da empleo a más de 70 mil personas. El poderío económico habla también de su indiscutible poder de penetración. Cualquiera que haya visitado la emblemática y enorme tienda ubicada en Times Square en Nueva York, con una rueda de la fortuna dentro del local y personajes de películas en gran tamaño puede imaginar por qué Toys “r” Us es el sueño de cualquier niño y por qué su comportamiento empresarial tiene amplia repercusió social.

            A consecuencia de la amonestación, Toys “r” Us emprendió su campaña de neutralidad, con imágenes menos estereotipadas que incluyen niñas empuñando un arma y niños acunando un bebé de juguete, pero como los tenderos que venden kilos de ochocientos gramos y sólo entregan el kilo completo a quien reclama, dicha campaña sólo fue para Suecia ya que allí se quejaron; en el resto de los países, la campaña de Navidad es igual que siempre con niñas princesas o mamás y niños guerreros o estrategas.

            Al entrar a la página de la empresa distribuidora de juguetes se puede ver cómo dividen los juguetes por sexo. Para las niñas hay muñecas, pizarrones, disfraces de princesa, algunos juegos de destreza y en todos, incluso en los electrónicos, predomina el rosa. Para los niños hay carros montables, figuras de acción, electrónicos, videojuegos también de acción, implementos deportivos y mucho azul o colores oscuros, dependiendo de la edad. Es necesario decir que el enorme interés que han provocado los equipos electrónicos también va socavando la separación tradicional de los juguetes por sexo.

Para llevar a cabo su campaña del juguete unisex Toy “r” Us asegura que se asesoró del observatorio de regulación de la publicidad sueco que vigila la aplicación del manual de buenas prácticas de la Cámara Internacional de Comercio, a la cual pertenece México, pero como aquí nadie se queja y los padres sentimos que los roles de nuestros hijos están en su lugar, la empresa del juguete duerme tranquila y no es necesario poner en práctica dicho manual.

            Resulta cuestionable si como sociedad nos conviene aspirar a que el paquete de la igualdad incluya mujeres dispuestas a matar, aunque sea fantasiosamente. Baste recordar que el estudio de la ONU sobre homicidios en el mundo atribuye a los hombres la comisión del 90% de los asesinatos, ranking poco o nada envidiable. Aún así, es un pequeño avance que comiencen a surgir voces y hechos que vayan horadando la asignación de roles por género donde a las niñas les toca ser menos que los niños, débiles mientras los varones son fuertes, pasivas en tanto que la acción es masculina, papeles que inevitablemente perfilan el lugar que ocuparán más tarde en la sociedad.

            Tampoco hay que dejar de lado la exclusión y el señalamiento que viven los niños si por casualidad se les antoja jugar con la muñeca o la plancha de la hermana. En general, los padres son los más vigilantes y reproductores de los roles tradicionales, porque no desean que sus hijas sean tachadas de hombrunas ni sus hijos de afeminados. Seguramente es en el seno familiar donde se pueden comenzar a desterrar las malas enseñanzas que después padecemos traducida por ejemplo, en violencia de muchos tipos, pero para que comience esta reflexión es preciso colocar el tema en la agenda pública.

            Parece inocente la adquisición de un juguete pero no lo es, allí expresamos una gran carga de nuestro condicionamiento social. ¿Y usted, qué planea regalar en estas fiestas decembrinas a sus hijos?

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