Muñecas y pistolas 30 de noviembre del 2012

Tiempos de progreso 15 de noviembre 2012

Adiós al PAN 12/11/08

En la lona
1 de noviembre 2012

Evaluación Universal 25 de octubre de 2012

¡Usted no sabe quien soy! 18 de octubre de 2012

Formar maestros11 de octubre de 2012

Juárez no debió de morir 5 de octubre de 2012

Entre la igualdad y la censura26 de septiembre de 2012

La Carta 120920.

La causa son las mujeres 6 junio 2012

Calladitos 120321

Ambiente preelectoral 16 de marzo de 2012

Por iniciativas no paramos 10 de noviembre del 2011

Sufragio ¿efectivo? 10 de noviembre del 2011

Primera plana13 de octubre del 2011

Reprobadas 28 de julio del 2011

El equipo 21 de julio del 2011
 

Marcho, luego existo 7 de abril del 2011

Apagón analógico 23 de marzo del 2011

Realities reales 25 de noviembre del 2010

Versada por la Independencia y la Revolución 18 de noviembre del 2010

Persignarse11 de noviembre del 2010
Ahí lo dejo
28 de octubre del 2010
Asquito 21 de octubre de 2010
Ninis
2 de septiembre del 2010

Desempleo ilustrado 26 de agosto del 2010

Esa no por que me hiere 8 de octubre del 2009

 

Opacidad Sindical 1 de octubre del 2009

 

Visión de futuro 24 de septiembre del 2009

 

Héroes olvidados 17 de septiembre del 2009
 

Carta a Carlos Alazraki 10 de septiembre del 2009

 

¡Rediez!3 de septiembre del 2009

 

ER27 de agosto del 2009

 

Pobre Gutenberg 20 de agosto del 2009

 

Defender la vida 13 de agosto del 2009
 

Al estilo Jalisco 6 de agosto del 2009
 

Lo que ellos quieren 30 de julio del 2009

Soy narco pero decente 23 de julio del 2009

Perspectivas 16 de julio del 2009

Lección de Civismo 9 julio del 2009

Pacto por México
Política en tacones
De Pilar Ramírez ramirez.pilar@gmail.com 

16 de diciembre de 2012

Cuesta mucho creer que un acuerdo impulsará mejores condiciones para nuestro país, sólo por la voluntad de tres partidos políticos. Al Pacto por México no sólo le falta el punto de vista de todas las fuerzas políticas sino, especialmente, la perspectiva ciudadana.

            En la historia reciente, destacan los Pactos de la Moncloa como un logro político que alcanzó Adolfo Suárez en los que reunió a fuerzas políticas distintas y aun antagónicas, con la finalidad común de enfrentar la crisis económica española que iba de la mano de la crisis política. Estos acuerdos marcaron la ruta que tomaría España para enfrentar la difícil coyuntura económica y abordar la transición política que tenía como tarea fundamental, nada menos que desmontar las estructuras franquistas creadas y consolidadas a lo largo de 36 años. El trabajo de gestión política fue realizado con tal pulcritud que Manuel Fraga de Alianza Popular no firmó el acuerdo político pero sí lo hizo con el económico.

            El éxito de los Pactos de la Moncloa fue haber tenido la capacidad de convocar a actores políticos clave para confrontar la situación económica y para colaborar en la transición política que requería España. No sólo firmaron el acuerdo las principales fuerzas políticas sino también las centrales obreras. Una sociedad que venía de vivir 36 años de un régimen autoritario no tenía una sociedad civil organizada como la que tienen las sociedades democráticas actuales, pues la oposición política del franquismo se centraba en los partidos políticos y en los sindicatos.

            Con este episodio político español como referente, el Pacto por México firmado por tres partidos políticos aparece como arrogante, porque cada uno de ellos no tiene de ninguna manera la capacidad de convocatoria que se requiere para hacer frente a los múltiples problemas que aquejan a la sociedad mexicana.

            Para empezar, los 50 millones 323 mil votos válidos de la elección presidencial 2012 representan el 63.14% de los votantes. Esto deja fuera a más de 29 millones de ciudadanos que decidieron no acudir a las urnas y por lo tanto no se sienten representados por ninguna de las tres fuerzas políticas firmantes. Para seguir, no fueron invitados originalmente los partidos Nueva Alianza, Verde Ecologista, Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo. El primero obtuvo más de un millón 150 mil votos, lo cual no debería ser ignorado y los otros dos, aunque fueron en coalición, el Verde con el PRI y los otros dos con el PRD, tienen su propia votación y, al menos aparentemente, su propia agenda política.

            La ausencia de las voces sindicales se dejará sentir cuando se discuta, por ejemplo, la iniciativa de reforma educativa, emanada precisamente del Pacto por México que incluye diez acuerdos en materia de educación. Otro asunto laboral que dejó pendiente el calderonismo fue el de los electricistas que están a la espera de una solución definitiva y donde es preciso tomar en cuenta al sindicato.

            De los actores políticos, la gran ausente del Pacto por México es la sociedad civil organizada. Existen una gran cantidad de organismos no gubernamentales que se han ganado el derecho a participar en las decisiones que se toman en distintos ámbitos. Uno de ellos es sin duda el de Seguridad y Justicia. Los acuerdos incluidos en el Pacto pueden considerarse pertinentes pero falta el punto de vista ciudadano. La Ley sobre el Uso Legítimo de la Fuerza Pública que se prevé en el Pacto no puede ignorar Acteal, Aguas Blancas, Atenco o los disturbios del 1 de diciembre y menos el punto de vista ciudadano en estos hechos.

            La inclusión de seis acuerdos relacionados con la cultura es agua fresca en un paraje que desertificó el panismo. En términos generales, es difícil contradecir los acuerdos incluidos en el Pacto, pero sí es altamente reprochable que entre los 95 acuerdos no haya uno solo dedicado a la perspectiva de género, o siquiera una mención en alguno de ellos. Escalar a mejores niveles educativos, de seguridad y justicia, de derechos y libertades, de crecimiento económico y de gobernabilidad democrática como los que plantea el Pacto pasa por reconocer e impulsar los derechos humanos de las mujeres.

Falta ver la forma en que se instrumentarán los acuerdos y sería de esperar que los no convocados aparecieran entonces, para comenzar a creer que hay esperanza de recomponer muchos aspectos que tienen lánguida, desmadejada y descreída a nuestra sociedad. Si se desea éxito para el Pacto por México es preciso impulsar que los distintos sectores lo hagan suyo, de otro modo estará condenado al fracaso.

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