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julio del 2011
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7 de abril del 2011
Apagón analógico 23
de marzo del 2011
Realities reales
25 de noviembre
del 2010
Versada por la Independencia y la Revolución
18 de noviembre del 2010
Persignarse11 de noviembre del 2010
Ahí lo dejo 28 de octubre del
2010
Asquito 21 de octubre de 2010
Ninis 2 de septiembre del 2010
Desempleo ilustrado
26 de agosto del 2010
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Enredados
Política en tacones
De Pilar Ramírez
15 de marzo de 2013
Según datos de la Asociación
Mexicana de Internet, en 2011 había 40 millones 600 mil usuarios
de internet y el 77% de ellos, es decir, 31 millones 262 mil
hacían uso de las redes sociales, especialmente Facebook,
Twitter, Youtube, Google+ y Hi5. ¿Cómo fue que tantos millones
de mexicanos se sumaron en tan sólo cuatro años al uso de redes,
visto que Facebook se creó apenas en 2004 y la versión en
español fue lanzada tres años después? Por una razón simple: la
gente se entretiene porque hay humor a raudales en las redes.
La horizontalidad de las redes,
el tú a tú, la ausencia de jerarquías hace que los internautas
digan con toda libertad lo que se les viene en gana. Cuentan
chistes, se sienten poetas, filósofos, se quejan de la vida
diaria, de los políticos a quienes, en general, insultan —cosa
que no podrían hacer en otro sitio ni en tales términos so pena
de ser encarcelados—, hacen de su vida cotidiana algo digno de
contarse y los demás se lo celebran, como si estuvieran en la
sala de su casa enseñan fotos a sus amigos, comentan la noticia
del día, expresan sus emociones y los más inhabilitados para
establecer relaciones sociales se sienten a sus anchas porque no
tienen que pasar el trago amargo de ser aprobados. Es un lugar
donde todas las opiniones cuentan, se trata de una verdadera
democracia, muy abierta, aunque desorganizada. La gente ama las
redes, por eso la venta de los teléfonos inteligentes que
permiten conectarse a internet se duplicó de 2010 a 2011, porque
estos dispositivos permiten realmente llevarse la fiesta a donde
sea.
Haciendo a un lado los peligros
reales que entraña compartir información por las redes, la
mayoría de los internautas lo que más desea es estar en contacto
con otros, lo cual, desde mi punto de vista es un buen signo.
Algunos pudieran decir que los usuarios de las redes están
acompañados pero solos, aunque el uso de las redes no se realiza
exclusivamente en la soledad, ni como algo malo o pecaminoso,
sino en público, en el restaurante, en el parque, en el camión,
en el salón de clases, en la oficina y hasta caminando por la
calle. Cierto que llega a hartar que los comensales de una misma
mesa en un restaurante se estén enviando mensajes, viendo fotos,
oyendo música, compartiendo videos, chacoteando o criticando a
los que tienen al lado, pero la gente ha despertado al humor y
al contacto que facilitan las redes, que ni qué.
En Facebook, en Twitter o en los
foros de discusión que están abiertos en casi todos los medios
informativos en línea la gente le habla de tú al presidente, le
reclama por decisiones o problemas no resueltos en voz alta y
muchas veces altisonante, lo cual no haría si lo tuviera
enfrente, para empezar, porque la mayoría nunca tendrá
oportunidad de ver en persona al presidente, pero les resulta
tranquilizador externar su opinión ante un público.
Con internet, en muy poco tiempo
se transformaron de forma muy importante nuestra vida y nuestro
lenguaje. Palabras como software, hardware, web,
e-mail, nickname, wiki, blog,
navegar pero no a la antigüita sino en el mar de páginas
electrónicas, plugins, aplicación, cookies,
plataforma, comunidad virtual, tuit, follower, hashtag,
timeline, link, hacker, avatar, spam,
trolls, chat, newbie, replie, like, view,
viralizar, trending topics o spam y muchas más llegaron a
poblar nuestras conversaciones; a veces incluso de forma
chocante, pues en algunos casos, a pesar de existir el
equivalente en español como el muy común correo electrónico se
insiste en decir e-mail y barbaridades como “imeiliar”.
No faltan tampoco,
más bien sobran, los que no saben ni español pero usan a diestra
y siniestra los vocablos en inglés propios de internet porque
sienten que les otorga status o ser parte de la
modernidad. Hace poco hice un pequeño y cruel experimento entre
mis alumnos de bachillerato. Pregunté quienes tenían cuenta en
Facebook, levantaron la mano todos menos uno, enseguida pregunté
qué querían decir varias palabras propias de las redes sociales
y prácticamente todos los usuarios saben a qué se refiere el
término, pero desconocen su equivalencia en español, excepto las
más comunes.
Sin duda, una de las
principales razones del enorme éxito de las redes sociales
radica en que la gente se divierte en ellas. De acuerdo con los
datos disponibles, los usuarios dedican poco más de cuatro horas
al día a navegar por las redes. Y si la finalidad más importante
es el entretenimiento, para la chunga, pues, ¿por qué tanto
empeño en limitarlas o censurarlas, como pasó con la negociación
del
ACTA
(Anti-Counterfeiting Trade Agreement), el tratado internacional
que con el argumento de combatir la piratería pretendía vigilar
y censurar el uso de internet? La respuesta evidente es que ya
han surgido muestras muy sólidas de que la gente puede volverse
organizada en las redes cuando algo le interesa. El movimiento
antiActa, que desde las redes fue capaz de echar abajo esa
iniciativa, es un ejemplo, pero no es el único.
El potencial
de participación política de las redes es enorme con más de 30
millones de usuarios que se acercaron inocentemente a
entretenerse, pero que entre bromas y veras, hablan
continuamente de política. Si hay políticos o gobernantes que
consideran tener algo que perder con una ciudadanía organizada
tienen razón, esta enorme plaza pública, como la llama el
politólogo José Merino, puede, con un hecho que la motive lo
suficiente, organizarse y demostrar los alcances de este mundo
democrático.
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