Mujeres de la tormenta 13/03/08

Municipio libre?13/03/01

1 de marzo de 2013

Narcocorridos 13/02/22

Ahorros 13/02/02

Princesas y vaqueros 13/01/31

Alternancia 13/01/25

De cal y arena 12/12/20

Pacto por México 16 de diciembre  de 2012

Muñecas y pistolas 30 de noviembre del 2012

Tiempos de progreso 15 de noviembre 2012

Adiós al PAN 12/11/08

En la lona
1 de noviembre 2012

Evaluación Universal 25 de octubre de 2012

¡Usted no sabe quien soy! 18 de octubre de 2012

Formar maestros11 de octubre de 2012

Juárez no debió de morir 5 de octubre de 2012

Entre la igualdad y la censura26 de septiembre de 2012

La Carta 120920.

La causa son las mujeres 6 junio 2012

Calladitos 120321

Ambiente preelectoral 16 de marzo de 2012

Por iniciativas no paramos 10 de noviembre del 2011

Sufragio ¿efectivo? 10 de noviembre del 2011

Primera plana13 de octubre del 2011

Reprobadas 28 de julio del 2011

El equipo 21 de julio del 2011
 

Marcho, luego existo 7 de abril del 2011

Apagón analógico 23 de marzo del 2011

Realities reales 25 de noviembre del 2010

Versada por la Independencia y la Revolución 18 de noviembre del 2010

Persignarse11 de noviembre del 2010
Ahí lo dejo
28 de octubre del 2010
Asquito 21 de octubre de 2010
Ninis
2 de septiembre del 2010

Desempleo ilustrado 26 de agosto del 2010

Esa no por que me hiere 8 de octubre del 2009

 

Opacidad Sindical 1 de octubre del 2009

 

Visión de futuro 24 de septiembre del 2009

 

Héroes olvidados 17 de septiembre del 2009
 

Carta a Carlos Alazraki 10 de septiembre del 2009

 

¡Rediez!3 de septiembre del 2009

 

Enredados
Política en tacones
De Pilar Ramírez ramirez.pilar@gmail.com 

 

15 de marzo de 2013

Según datos de la Asociación Mexicana de Internet, en 2011 había 40 millones 600 mil usuarios de internet y el 77% de ellos, es decir, 31 millones 262 mil hacían uso de las redes sociales, especialmente Facebook, Twitter, Youtube, Google+ y Hi5. ¿Cómo fue que tantos millones de mexicanos se sumaron en tan sólo cuatro años al uso de redes, visto que Facebook se creó apenas en 2004 y la versión en español fue lanzada tres años después? Por una razón simple: la gente se entretiene porque hay humor a raudales en las redes.

La horizontalidad de las redes, el tú a tú, la ausencia de jerarquías hace que los internautas digan con toda libertad lo que se les viene en gana. Cuentan chistes, se sienten poetas, filósofos, se quejan de la vida diaria, de los políticos a quienes, en general, insultan —cosa que no podrían hacer en otro sitio ni en tales términos so pena de ser encarcelados—, hacen de su vida cotidiana algo digno de contarse y los demás se lo celebran, como si estuvieran en la sala de su casa enseñan fotos a sus amigos, comentan la noticia del día, expresan sus emociones y los más inhabilitados para establecer relaciones sociales se sienten a sus anchas porque no tienen que pasar el trago amargo de ser aprobados. Es un lugar donde todas las opiniones cuentan, se trata de una verdadera democracia, muy abierta, aunque desorganizada. La gente ama las redes, por eso la venta de los teléfonos inteligentes que permiten conectarse a internet se duplicó de 2010 a 2011, porque estos dispositivos permiten realmente llevarse la fiesta a donde sea.

Haciendo a un lado los peligros reales que entraña compartir información por las redes, la mayoría de los internautas lo que más desea es estar en contacto con otros, lo cual, desde mi punto de vista es un buen signo. Algunos pudieran decir que los usuarios de las redes están acompañados pero solos, aunque el uso de las redes no se realiza exclusivamente en la soledad, ni como algo malo o pecaminoso, sino en público, en el restaurante, en el parque, en el camión, en el salón de clases, en la oficina y hasta caminando por la calle. Cierto que llega a hartar que los comensales de una misma mesa en un restaurante se estén enviando mensajes, viendo fotos, oyendo música, compartiendo videos, chacoteando o criticando a los que tienen al lado, pero la gente ha despertado al humor y al contacto que facilitan las redes, que ni qué.

En Facebook, en Twitter o en los foros de discusión que están abiertos en casi todos los medios informativos en línea la gente le habla de tú al presidente, le reclama por decisiones o problemas no resueltos en voz alta y muchas veces altisonante, lo cual no haría si lo tuviera enfrente, para empezar, porque la mayoría nunca tendrá oportunidad de ver en persona al presidente, pero les resulta tranquilizador externar su opinión ante un público.

Con internet, en muy poco tiempo se transformaron de forma muy importante nuestra vida y nuestro lenguaje. Palabras como software, hardware, web, e-mail, nickname, wiki, blog, navegar pero no a la antigüita sino en el mar de páginas electrónicas, plugins, aplicación, cookies, plataforma, comunidad virtual, tuit, follower, hashtag, timeline, link, hacker, avatar, spam, trolls, chat, newbie, replie, like, view, viralizar, trending topics o spam y muchas más llegaron a poblar nuestras conversaciones; a veces incluso de forma chocante, pues en algunos casos, a pesar de existir el equivalente en español como el muy común correo electrónico se insiste en decir e-mail y barbaridades como “imeiliar”.

            No faltan tampoco, más bien sobran, los que no saben ni español pero usan a diestra y siniestra los vocablos en inglés propios de internet porque sienten que les otorga status o ser parte de la modernidad. Hace poco hice un pequeño y cruel experimento entre mis alumnos de bachillerato. Pregunté quienes tenían cuenta en Facebook, levantaron la mano todos menos uno, enseguida pregunté qué querían decir varias palabras propias de las redes sociales y prácticamente todos los usuarios saben a qué se refiere el término, pero desconocen su equivalencia en español, excepto las más comunes.

            Sin duda, una de las principales razones del enorme éxito de las redes sociales radica en que la gente se divierte en ellas. De acuerdo con los datos disponibles, los usuarios dedican poco más de cuatro horas al día a navegar por las redes. Y si la finalidad más importante es el entretenimiento, para la chunga, pues, ¿por qué tanto empeño en limitarlas o censurarlas, como pasó con la negociación del ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), el tratado internacional que con el argumento de combatir la piratería pretendía vigilar y censurar el uso de internet? La respuesta evidente es que ya han surgido muestras muy sólidas de que la gente puede volverse organizada en las redes cuando algo le interesa. El movimiento antiActa, que desde las redes fue capaz de echar abajo esa iniciativa, es un ejemplo, pero no es el único.

             El potencial de participación política de las redes es enorme con más de 30 millones de usuarios que se acercaron inocentemente a entretenerse, pero que entre bromas y veras, hablan continuamente de política. Si hay políticos o gobernantes que consideran tener algo que perder con una ciudadanía organizada tienen razón, esta enorme plaza pública, como la llama el politólogo José Merino, puede, con un hecho que la motive lo suficiente, organizarse y demostrar los alcances de este mundo democrático.

 

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