Alternancia 13/01/25

De cal y arena 12/12/20

Pacto por México 16 de diciembre  de 2012

Muñecas y pistolas 30 de noviembre del 2012

Tiempos de progreso 15 de noviembre 2012

Adiós al PAN 12/11/08

En la lona
1 de noviembre 2012

Evaluación Universal 25 de octubre de 2012

¡Usted no sabe quien soy! 18 de octubre de 2012

Formar maestros11 de octubre de 2012

Juárez no debió de morir 5 de octubre de 2012

Entre la igualdad y la censura26 de septiembre de 2012

La Carta 120920.

La causa son las mujeres 6 junio 2012

Calladitos 120321

Ambiente preelectoral 16 de marzo de 2012

Por iniciativas no paramos 10 de noviembre del 2011

Sufragio ¿efectivo? 10 de noviembre del 2011

Primera plana13 de octubre del 2011

Reprobadas 28 de julio del 2011

El equipo 21 de julio del 2011
 

Marcho, luego existo 7 de abril del 2011

Apagón analógico 23 de marzo del 2011

Realities reales 25 de noviembre del 2010

Versada por la Independencia y la Revolución 18 de noviembre del 2010

Persignarse11 de noviembre del 2010
Ahí lo dejo
28 de octubre del 2010
Asquito 21 de octubre de 2010
Ninis
2 de septiembre del 2010

Desempleo ilustrado 26 de agosto del 2010

Esa no por que me hiere 8 de octubre del 2009

 

Opacidad Sindical 1 de octubre del 2009

 

Visión de futuro 24 de septiembre del 2009

 

Héroes olvidados 17 de septiembre del 2009
 

Carta a Carlos Alazraki 10 de septiembre del 2009

 

¡Rediez!3 de septiembre del 2009

 

ER27 de agosto del 2009

 

Pobre Gutenberg 20 de agosto del 2009

 

Defender la vida 13 de agosto del 2009
 

Al estilo Jalisco 6 de agosto del 2009
 

Lo que ellos quieren 30 de julio del 2009

Soy narco pero decente 23 de julio del 2009

Perspectivas 16 de julio del 2009

Lección de Civismo 9 julio del 2009

Princesas y vaqueros
Política en tacones
De Pilar Ramírez ramirez.pilar@gmail.com 

31 de enero de 2013

Los días 23 y 24 de enero se reunieron en la Ciudad de México representantes de 15 países de América Latina y el Caribe, convocados por ONU Mujeres y UNICEF, con la finalidad de discutir los avances obtenidos y proyectos en el trabajo de prevención de la violencia contra las mujeres en los sistemas educativos.

Alba Martínez, subsecretaria de Educación Básica de la SEP, como representante de México, destacó la publicación de contenidos educativos con perspectiva de género, el trabajo de la institución para documentar la experiencia de maestros en el tema y el programa para eliminar la violencia contra las mujeres.

Así es, aunque muchos lo ignoren, México sí tiene programas de prevención de la violencia en las escuelas con la finalidad de construir ámbitos escolares seguros, cuenta con uno denominado Previolem. Además, en 2009, la SEP dio a conocer el Informe Nacional sobre Violencia de Género en la Educación Básica en México, investigación realizada justamente al amparo de los compromisos internacionales que tiene el país.

Lamentablemente, como dijo la funcionaria, se da una importancia excesiva a la publicación de textos con contenidos del tema, lo cual tiene un destino que casi todos conocemos: no se leerán. Por otra parte, los maestros desconocen la realización de este estudio y también los resultados generales, que podrían ser muy aleccionadores sobre lo que se puede hacer para prevenir la violencia.

En muchas escuelas el programa se limita a pegar carteles, con contenidos correctos, sobre la eliminación de la violencia de género, pero eso no es suficiente.

De acuerdo con el estudio de la SEP, más niños que niñas dicen ayudar a sus padres en su trabajo, en cambio disminuye el porcentaje de varones que ayudan en las labores domésticas. Cuando describen las actividades de los padres señalan que las tareas relacionadas con el aseo de la casa, preparación de alimentos y cuidado de los hijos corresponde a la madre en tanto que el padre trabaja fuera de la casa, arregla las cosas que se descomponen, juega con los hijos o ve la televisión. Algunos también refieren que el padre golpea a la madre.

En las expectativas de trabajo, las niñas quieren ser maestras, los niños albañiles, policías, bomberos, médicos, dentistas, ingenieros (según el nivel socioeconómico), o dedicarse a deportes como el futbol. Los directivos encuestados atribuyen la deserción femenina en secundaria a que los padres consideran que sus hijas se casarán pronto y no las alientan a seguir sus estudios. Sobre los roles por sexo, tanto niñas como niños opinan mayoritariamente que el lugar de ellas está en su papel de madre y ama de casa, mientras que los niños tienen interiorizado su futuro papel de proveedores y por lo tanto señalan que ellos deben prepararse más. Los niños se ven a sí mismos como fuertes en tanto que a las niñas se les considera vulnerables, incluso por razones de orden biológico tan natural como la menstruación.

Por lo que se refiere a quienes están a cargo de la educación, muchos docentes y directivos dijeron desconocen que es la violencia de género y su significado; más del 80% no ha escuchado mencionar el término bullying y desconoce el fenómeno que describe.

La escuela no sólo es un espacio de aprendizaje, lo es también de reproducción, así que los niños y niñas muestran conductas aprendidas en otros ámbitos como la familia y los medios de comunicación. La agresión, la discriminación y el bullyng se manifiestan en la escuela porque lo viven en otros ambientes. Los niños, sin embargo, pasan muchas horas en la escuela, y si en ella hubiera una verdadera perspectiva de género podría ser un contrapeso muy importante para las costumbres e ideas tradicionales sobre la igualdad entre hombres y mujeres.

Sería fundamental que además de cubrir el expediente, de citar cifras de folletos publicados, carteles difundidos o conferencias impartidas hubiera un verdadero interés por darle imaginación y creatividad al programa para prevenir la violencia sobre género. Para ello habría que reconocer cómo contribuye la escuela en la construcción de estereotipos, pero también su potencial para desmontar este papel y para enseñar a los niños que las situaciones de violencia y discriminación hacia niñas y mujeres no son normales ni adecuadas aunque las vivan cotidianamente en sus casas.

Las escuelas pueden enseñar con el ejemplo, no sólo aceptar en áreas de conocimiento marcadas como masculinas o femeninas (electricidad, carpintería, mecanografía, primeros auxilios) a todos los alumnos sin límite, sino promover dar un giro a estas costumbres, asignar la responsabilidad del programa a alguien que no sólo sepa del tema sino que esté dispuesto a innovar para hacer llegar el mensaje. Se necesitan personas que de verdad conviertan la perspectiva de género en un contenido transversal, que esté presente en toda la vida escolar y que, además, se dirija a alumnos, maestros y directivos. Pues de nada servirá que por una parte haya un programa de publicaciones, si en el salón de clases, la maestra de primer año trata a las niñas como princesas, porque son sensibles y delicadas, y a los niños como vaqueros, porque son fuertes y aguantan todo, porque, como se ve en las propias respuestas de los niños, pasados los años, esos roles se intercambian, ellos ven la televisión después de un día de trabajo y ellas reciben los golpes.

 

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