Municipio libre?
Política en tacones
De Pilar Ramírez
1 de marzo de 2013
El ambiente político-electoral comienza a
calentarse en el estado de Veracruz, supongo que al igual que en
otras entidades que tienen este año elecciones. Los aspirantes y
suspirantes de los municipios más competidos, que suelen ser los
de mayor dimensión territorial y económica, quieren colocarse a
la cabeza incluso a contrapelo de la ley electoral. Comienzan a
aparecen una buena cantidad de espectaculares con anuncios de
revistar consistentes en las portadas de las mismas que,
coincidentemente, colocan en sus ellas a personajes que aspiran
a cargos de elección popular. Estos anuncios no forman parte de
los gastos de campaña, es más, a cualquiera que pregunte se le
dirá oficialmente que es porque no hay tal campaña.
Lo cierto es que se trata de una
forma ingeniosa —¿tramposa?— de respetar la ley sin cumplirla.
¿De dónde provienen los recursos para estas campañas paralelas?
No se sabe. Sólo pensemos en que ni siquiera las revistas
nacionales de amplia circulación destinan recursos para este
tipo de propaganda. Con la crisis que hay en los medios impresos
resulta altamente sospechoso que publicaciones locales cuenten
con la fortaleza financiera para hacerlo.
Si esto sucede en la etapa temprana
de la contienda, podemos imaginar la sangría de recursos que
habrá en la campaña electoral en que se elegirán, sólo en
Veracruz, a 212 alcaldes y 50 legisladores locales. Lo
paradójico del tema es que mientras somos testigos del dispendio
formal e informal de los partidos y las fuerzas políticas para
manejar, por lo menos, 786 campañas si se tiene en cuenta que se
disputarán 262 cargos de elección popular y que pueden llevar
candidatos, al menos, tres partidos, en la revisión de la cuenta
pública 2011 se reportó que 39 municipios presentaban quebranto
financiero por 253 millones de pesos.
Veracruz no tiene la exclusiva en esta paradoja
de gastar excesivamente para llegar al cargo y luego no entregar
buenas cuentas, baste recordar que a iniciativa de la Secretaría
de Hacienda, la Cámara de Diputados aprobó condonar a los
municipios los adeudos por multas y recargos generados por no
haber pagado el Impuesto Sobre la Renta. La operación es
sencilla: los municipios retienen a los contribuyentes el ISR
pero a veces no lo reportan a Hacienda. ¿Qué ocurre con esos
recursos? Misterio. Pero eso genera una deuda con Hacienda y
esta oficina federal decidió que la mejor solución es hacer
borrón y cuenta nueva.
Aunque se informó que en Veracruz no
hay deudores a Hacienda sí hay municipios que no cumplieron
debidamente con la Cuenta Pública, y todavía falta la de 2012.
Por eso, los recursos que se gastan en campañas y en los malos
manejos municipales son un insulto a los ciudadanos. Este
fenómeno se repite en muchas otras entidades y en una cantidad
importante de los 2, 440 municipios que existen en el país.
Según datos de la Federación
Nacional de Municipios de México menos del 50% cuenta con la
reglamentación municipal que se requiere como el Reglamento de
Obras, el de Zonificación y Uso de Suelo, Ecología y Protección
al Medio Ambiente o de Protección Ciudadana sólo por mencionar
algunos de los que repercuten en rubros económicos, de
ordenamiento del desarrollo urbano y en la gobernabilidad. La
mayoría no tiene programas de evaluación.
En cuanto a la profesionalización
del personal, se puede mencionar que sólo 40% de los presidentes
municipales tiene licenciatura, mientras 33% tiene primaria o
menos, vicisitudes de la democracia. Un problema de los
registros contables municipales es que se van sumando lentamente
a la realización de registros informáticos, por falta de
infraestructura y de personal capacitado, situación que se
resuelve también lentamente porque la mayoría de los municipios
no tiene un área de recursos humanos y son muy pocos los que
llevan a cabo tareas de capacitación.
Las finanzas de los municipios
dependen en gran medida de las participaciones federales y los
recursos del ramo 33. Los recursos propios más importantes de
los municipios provienen del impuesto predial y las licencias,
lo cual permite imaginar la fragilidad y dependencia económica
de los municipios más pequeños. Una parte importante del gasto
municipal se destina a cubrir los salarios de los casi 900 mil
empleados municipales registrados en 2010, esto es, un promedio
de 368 empleados por cada municipio.
El membrete de municipio libre va
quedando sólo como un recuerdo histórico, pues los municipios
son sumamente frágiles normativa, económica y operacionalmente.
Los datos que reportan los municipios los muestran como
organizaciones administrativas con severas debilidades cuya
existencia y funcionamiento requieren de manera urgente un
replanteamiento. Los múltiples problemas que tienen los
municipios y los que generan hacia otras esferas de gobierno
resultan desconcertantes si se observa el gasto electoral que
implican, especialmente en entidades que tienen un gran número
de municipios, como Oaxaca (572), Puebla (217), Veracruz (212),
Jalisco y Estado de México (125), Chiapas (122) y Yucatán (103).
Ante este panorama: ¿Vale la pena tener un
número tan elevado de municipios que no responden adecuadamente
a los ciudadanos?, ¿Es correcto gastar tanto en las campañas
electorales para ayuntamientos mientras las finanzas municipales
presentan tal cantidad de problemas? ¿Es justo con los
contribuyentes condonar deudas a los municipios sin saber cómo
se gastaron recursos que no les pertenecían? La lógica que dio
origen a los municipios fue el número y distribución de la
población, pero es preciso reconsiderar sus resultados porque en
muchos casos se han convertido en una carga administrativa, pero
la soberanía formal de los municipios los convierte en hijos
rebeldes, de gustos muy caros, a los que mantienen los padres.
www.tulancingo.com.mx
www.hidalguia.com.mx
|