¿Evaluación a funcionarios? 14/03/26 Humilladas y ofendidas 14/04/14 Un paso adelante, dos atrás 14/02/06 ¿Tiene género la inteligencia? 14/01/21 Paternidad responsable 14/01/15
Certificado de
regalo 14/01/07
|
8 de abril de 2014 El senador del Partido de la Revolución Democrática por Michoacán, Raúl Morón, presentó una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo y al Artículo 123 constitucional a fin de para ampliar la licencia de maternidad de 84 a 135 días, con 45 días previos al parto y 90 posteriores a él. La propuesta también incluye otorgar 30 días de licencia por aborto o parto prematuro no logrado; 90 días de licencia por adopción y licencia de paternidad por 30 días. Con la reforma a la ley y la modificación constitucional se brindaría protección a las madres trabajadoras tanto de dependencias públicas como de organizaciones privadas.
Si esta iniciativa prospera, México se colocará entre los países con regulaciones laborales que ofrecen amplias garantías a la salud de la madre trabajadora y al recién nacido. Desde hace años varios países europeos ofrecen este tipo de beneficios a las mujeres, coincidentemente países altamente desarrollados; Suecia es el que va a la cabeza: ofrece 96 semanas de licencia con el 80% de la remuneración, Inglaterra otorga un año con el 90% del salario, Noruega da 46 semanas con el sueldo completo. En América Latina los países más adelantados en esta materia son Cuba, Chile y Venezuela que dan a las madres trabajadoras 18 semanas de licencia con el salario completo. Se ha señalado en muchas ocasiones el caso excepcional de Estados Unidos donde no se reconoce este derecho, sólo las mujeres que trabajan en empresas con más de 50 empleados pueden gozar de 12 semanas, es decir, se protege el empleo pero no se garantiza el pago del salario. Es importante mencionar, sin embargo, la enorme distancia que existe entre las remuneraciones regulares y los servicios de cuidado infantil de aquel país y el nuestro. La propuesta con toda seguridad se enfrentará a resistencias. Primero debe esquivar la congeladora legislativa, es decir, que se incluya en la agenda legislativa y si así ocurre, es muy factible que las organizaciones patronales se den a la tarea de cabildear para intentar disminuir el tiempo de la licencia u obtener un subterfugio que los salve del pago completo. Por otra parte, la promesa de las guarderías del sexenio pasado quedó sepultada en las pifias del combate al crimen organizado, las manos limpias y la presidencia del empleo. ¿Quién se acordó de esta promesa de campaña que estaba en muchos espectaculares? Los lugares en las guarderías son escasos y siguen siendo muy disputados, especialmente en las guarderías que gozan de buena reputación, que no son muchas. De modo que la madre debe vivir una parte del “descanso” maternal con la zozobra por la calidad del futuro cuidado del niño. En nuestra sociedad, tanto por la falta de guarderías como por la escasez de recursos económicos, la familia es todavía el soporte más a la mano de las mujeres que trabajan, aunque no siempre sea el más aconsejable. También abundan los casos en los que la madre, en el interés de obtener un cuidado profesional y seguro para su hijo, opta por destinar un porcentaje importante de su salario al pago de una guardería; en otros se ve orillada a ello para hacer compatible el cuidado de su hijo con la ruta hacia el trabajo para disminuir el tiempo matutino de llegada a los dos lugares. La regulación es muy necesaria también para evitar la insensibilidad de los servicios médicos institucionales. Hace muy poco presencié el caso de una joven compañera que padeció un embarazo sumamente complicado, estuvo hospitalizada más de un mes antes del nacimiento del bebé y finalmente el bebé falleció antes de nacer. No obstante, tuvo un parto natural, traumático tanto física como emocionalmente por el hecho del fallecimiento del pequeño. Esto no contó para el médico del IMSS: le extendió dos semanas de incapacidad a pesar de que continuó presentando diversos problemas de salud, el médico alegó que a pesar de ellos estaba en condiciones de trabajar. Lo que decía el médico del IMSS era contradictorio con otra opinión médica, pero para efectos de la dependencia de trabajo, lo que cuenta es la determinación del médico institucional. Lo grave del caso es que ese mismo médico, con esa misma insensibilidad continúa “atendiendo” a muchas más mujeres. Cualquiera que haya sido madre puede dar testimonio de que los 45 días actuales que se otorgan después del parto son insuficientes para la recuperación física y emocional de la madre y el cuidado del recién nacido. Cuando la madre apenas está adaptándose a los cuidados del menor debe preocuparse de buscar una guardería o asegurar quién o quiénes se harán cargo del pequeño mientras la madre trabaja. Por otra parte, las madres siempre desean permanecer el mayor tiempo posible con sus hijos. Si por alguna razón el parto se adelanta, la licencia de los días 45 días posteriores al parto comienza a correr desde el momento del nacimiento, aunque no se completen los 84 días totales, es decir, se aplica la norma de manera estricta. No se les permite, aun en los casos en que las mujeres han tenido un embarazo sin complicaciones, tomar la licencia de modo que puedan disfrutar una o dos semanas más con su hijo. Es, claro, una forma de reducir el tiempo de la licencia y los médicos de las instituciones públicas de salud son feroces en la aplicación del reglamento. La reforma que se propone no resuelve las deficiencias en la atención a la salud materna ni los casos en que ésta escala hacia la violencia obstétrica, pero sí garantiza una mayor seguridad y tranquilidad a las madres trabajadoras en el cuidado de los hijos y se ensancha el esfuerzo por involucrar más a los padres en esa atención. Por lo pronto, es bienvenida la iniciativa de reforma y ya veremos la respuesta de los partidos políticos. |